UN INFIERNO BONITO

LOS PARARON EN SECO

La policía de Hidalgo se puso las pilas. Por lo pronto se les cayó el teatrito a unos asaltantes de usuarios del transporte público que acababan de asaltar. La verdad no hay día en que salga en los diarios de los muchos delincuentes que tenemos en Pachuca y sus alrededores.

 

Rateros, asaltantes, robos en casa habitación, a mano armada, y de todo, y se dan el lujo de asesinar a algunos individuos y venirlos a tirar a Pachuca, que se ha convertido en un basurero de cadáveres, y los agentes no dan una porque no los conocen, ni saben de dónde son.

Pero vamos al grano. La oportuna llegada de los patrulleros al lugar de los hechos permitió perseguir a los delincuentes a pata. Iban corriendo a todo lo que daban para darles alcance, la gente pensaba que era un maratón  que estaban realizando por la inauguración del Reloj de Pachuca, al ver que iban arrojando el botín la gente comenzó a levantarlo y a entregárselo a los gendarmes, lo bueno es que los arrestaron más adelante.

Se explicó que uno de ellos llevaba en la mano un cuchillo de 15 centímetros de largo y amagó a los usuarios con amenazas de muerte obligándolos a entregar los valores. Lo que pasó, para no enredarlos, fue que los pasajeros viajaban en una camioneta Nissan Urvan, tipo panel modelo 2007, color blanco con franjas verdes, del servicio público Estatal, de la ruta Cuautepec- Tulancingo.

Todo ocurrió el lunes poco antes del cuarto para las once, fueron cuatro sujetos, uno de ellos cubierto del rostro con un pasamontañas color negro con orificios donde se le veían los ojos y el hocico, por eso dicen que está trompudo.

Se explicó que el que llevaba el cuchillo gritó “Venga toda la lana o los destripo”, otro de ellos pasó con una bolsa para que depositaran los billetes y cosas de valor y los otros dos obligaron al chofer de la camioneta a detener su marcha y bajarse en la carretera a Tulancingo- Cuautepec, frente a una tienda Oxxo.

Alertados los agentes de seguridad Estatal del asalto, sin pérdida de tiempo se trasladaron al lugar los de las patrullas que realizan recorridos de seguridad y vigilancia en el boulevard Bicentenario.

Encontraron a la camioneta mal estacionada con las portezuelas abiertas y gente alrededor, quienes al ver la patrulla le hicieron señas para que se parara, pidiendo auxilio. Poco después indicaron el camino que tomaron los cuatro delincuentes, que corrían hacia la secundaria Benito Juárez, y los agentes tomando medidas de seguridad comenzaron la persecución.

Con mucha suerte a su favor descubrieron a cuatro personas corriendo por un callejón, la buena condición física de los policías que iban corriendo y levantando lo que ellos tiraban, les dieron alcance a Jonathan de 20 años de edad, vecino de la colonia Medias Tierras; a José Luis Joaquín de 23 años de edad, vecino de la colonia El Paraíso; y a Moisés y Marcos, de 20 y 15 años de edad, respectivamente, de la colonia Santa Rita, municipio de Cuautepec.

Los objetos que iban tirando en el camino fueron: dos celulares, 821 pesos en diferentes monedas, que iban en la marimba (portamonedas que usan las unidades de pasajeros), credenciales del IFE, de Coppel y de Prospera, así como una credencial escolar de una pasajera.

Asimismo un gorro de tela, un pasamontañas, un cuchillo con mango de madera de 15 centímetros de largo, el cual dejaron abandonado entre los asientos de la camioneta Nissan. Se dijo que uno de los pasajeros, de nombre Hipólito, fue el que señaló a los ladrones. Se informó que a las 11 horas del lunes se efectuó la detención haciéndoles saber sus derechos constitucionales a los probables   delincuentes y los remitieron al Ministerio Público del fuero común en Tulancingo, Hidalgo.

No se descarta que los ahora encarcelados, entre ellos un menor de edad de 15 años, sean autores de robo con violencia en agravio de choferes y pasajeros de colectivas cometidos recientemente.

 

LE AGARRÓ LA MANO EL CHANGO

Por la velocidad dio varias maromas, quedando el automóvil Renault Clío, color rojo, con placas de circulación MPF-2608 del Estado de México, con  las llantas hacia arriba, donde viajaba un matrimonio con sus chavos. Quedó todo desmadrado y a los pasajeros los llevaron al Seguro Social, donde los van a acabar de amolar.

Esto ocurrió como a las 7 y feria de la mañana, a la altura de la colonia Santa Matilde, en el municipio de Zempoala. Conducido a gran velocidad que parecía que los iban correteando, y la falta de precaución fue lo que ocasionó el vuelco.

Con eso se demuestra que el chofer es chafa para manejar, le aconsejaron los de tránsito que cuando mejore vaya a la explanada del Estadio de Fútbol de Pachuca para que el comandante Flores lo enseñe a conducir.

Según en las declaraciones, el chofer se llama Gerónimo Sánchez, de 33 años de edad, perdió el control al entrar a la carretera federal, en sentido hacia el centro de Pachuca. No faltó un testigo de los hechos que llamó al número de emergencia y llegaron los elementos a ver qué Pez.

Las ambulancias se llevaron a los heridos a una clínica del seguro social, el coche quedó hecho chatarra, no se lo llevaron al corralón mejor esperaron que pasara el carro de la basura. Todo fue tan rápido que no tomaron los nombres de la mujer y de sus chavos, limpiaron la carretera y se fueron porque los llamaron que había pasado otro accidente similar en el Boulevard Colosio. Que no daban más datos porque no les dio tiempo de tomarlos, que será para la otra.

 

SOSPECHA DE SU VECINO

Juan Velasco vive en el departamento 3, en el segundo piso del edificio que se encuentra en la calle de Allende 717. Dijo al Ministerio Público que dos veces robaron en el mismo domicilio y sospecha que el ladrón vive entre ellos, para saber quién es va a estár medio pelón.

Les comentó que hace 4 meses renta un departamento, ayer regresó como a las 3 de la mañana y encontró su candado abierto, cuando entró su cuarto era un desmadre todo tirado y se llevaron un estéreo, un televisor, dos trajes de medio cachete y 500 varos que tenía ahorrados. Salió como agua para pelar pollos y en la calle esperó a que pasara una patrulla, y subió con los policías para que vieran cómo habían dejado su pulguero.

Se levantaron los vecinos al ver varias patrullas de la policía afuera rodeando el edificio, los policías anotaban todo lo que Juan les decía y estaba tan enojado que se le salían palabrotas de arriero. Unos vecinos le comentaron que esa misma noche, como a las 9,  habían robado un departamento junto al suyo nada más que la vecina no se encontraba.

Les dijo a los policías que el ladrón vive en el edificio, está seguro. Qué casualidad que la puerta de la calle está bien cerrada, cada inquilino tiene una llave para entrar. Les dijo a los policías que levantaran a todos los que viven ahí y que ellos que  tienen callo de conocer a ladrones lo podían identificar.

Los gendarmes le dijeron que mejor fuera a poner su queja y las autoridades competentes le resolvían su caso. Estando ante el Agente Social le dijo que le extendieran una orden de cateo y él se encargaba de encontrar al ratero porque ya conoce sus cosas. Le dijeron que iban hacer las averiguaciones, pero Juan no quedó muy satisfecho y les echó mentadas a los ladrones.

 

EL ENEMIGO INVISIBLE

José Antonio Pérez Ortiz, de 53 años de edad, ya tiene ojos de tecolote de no dormir, está hecho un palo, se le ha ido el apetito y lleva varias semanas que no come, sale a la calle asustado volteando la cabeza para todos lados, luego se regresa y se encierra como la puerta negra.

Le da mucho miedo estar en su casa, le mandan cartas amenazadoras diciéndole: “cuídate Pinto”. Disfrazado con un abrigo que le llegaba hasta las patas, un sombrero abajo de las orejas, con mucho temor llegó al Ministerio Público y les dijo en voz baja que alguien le quiere hacer daño, le hablan por teléfono y le dicen que se cuide, le echan recados por debajo de su puerta. Les dijo que trabaja en el Instituto del Petróleo, y vive en la colonia Doctores, en la calle de Manuel Gea González 700. Como le dicen “El pinto” ya lo traen finto.

Dice que tiene tanto miedo que le suda la cola, y más cuando abre su correo electrónico y encuentra las palabras de “cuídate Pinto”. Ya trató de contratar a unos guaruras, pero le cobran muy caro, que si es posible que le presten por lo menos unos meses unos ministeriales para que lo protejan, le punza que le hagan algo.

Esos enemigos sin rostro ya lo tienen hasta la madre, que lo están volviendo loco. Dijo que a lo mejor puede ser alguno de sus trabajadores que tiene bajo sus órdenes, pero deben darle prisa para ayudarlo, porque sufre y se le puede parar la molleja del mismo terror, que cuando trata de dormir desde la calle le gritan “cuídate Pinto”, y pide agarren al culpable antes de que se suicide.

 

LE PEGÓ A LOS POLICÍAS

Jesús Escamilla Morales, que maneja una combi del Servicio Público, por ir tragando camote se pasó un alto frente a Plaza Perisur, en el boulevard Felipe Ángeles. Ahí se encontraban despiertos los oficiales y de volón pin-pon lo detuvieron para ejecutarlo con una buena infracción.

El chofer les dijo que ni madres, que no se había pasado nada, cuando sacaron su block de infracciones se les fue a madrazos, a uno de ellos le rompió el uniforme, pidieron ayuda y llegaron varias patrullas hasta con una grúa, ya no tenía remedio, se lo iban a llevar a huevo por ponerse a las patadas con la autoridad. Al chofer no le paraban el hocico en estar amenazandolos que no se la iban acabar, que no sabían con quién estaban tratando, que él es el más chicho de su barrio y que se dieran por muertos. Pero los policías saben muy bien que chillidos de puerco, orejas de carnicero, y se iban a llevar la combi.

En un descuido el chofer se subió a la unidad,  la puso en marcha y se las echó encima que tuvieron que brincar como chapulines para que no les fuera a quebrar una pata. Lo alcanzaron y lo bajaron de las greñas, le acomodaron sus puñetazos, pero Juan Carlos estaba furioso, les tiraba patín y trompón, al que se acercaba le daba un tope. Enojados los policías los había sacado de onda y le echaron bola, lo tiraron, unos lo agarraron de los brazos, otros de las patas y lo metieron a la patrulla, lo llevaron a la Policía Municipal y le dijo al Ministerio Público que sólo se pasó la luz amarilla, que los iba a demandar con Derechos Humanos porque le fracturaron el dedo chiquito de la mano izquierda, y se pasaron de lanzas dándole con la macana en la choya.

gatoseco98@yahoo.com.mx.

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