EN EL PERSONAJE DE HOY.
PANCHO “ELBARRABAS”
“El Chaparro” y Chencho, iban subiendo por la calle de Galena, en el barrio del “Arbolito” en el callejón de Peñuñuri estaba tirado Pancho “El Barrabas”
- Mira Chencho. Este cabrón, esta bien borracho y lleva tres días sin ir a trabajar.
- Vamos a levantarlo, con este frio le vaya a dar una pulmonía.
- No le hables. Es muy necio, no se va a querer ir a su casa, mejor vámonos.
- Le hablare como los agentes de la policía.
- Órale cabrón, perece o me lo llevo al bote, Soy el comandante Mocotes, jálele.
- ¿Eh?..¿Que?
- Cállese el hocico, y váyase a su casa, pinche borracho.
Lo levantaron y lo recargaron en la pared, camino con dificultad, hablando solo, decía palabras que no se le entendían, se le acabo la pared y cayo, al suelo, ahí se quedo tirado, pasaron las horas, el frio lo hizo despertar, con trabajos se levanto, y dando un paso hacia adelante y otro para atrás, para no caer, bajaba las manos, para equilibrarse, parecía que andaba agarrando pollos.
Para su mala suerte ahí estaba su mamá, había venido de visita a saludarlo y al verlo así lo regaño.
- Mira nada más como vienes, guardas la imagen de tu padre, que murió de borracho, eres igual que el.
“El Barrabás” se recargo en la pared abriendo las piernas, para no caerse, con la cabeza hacia abajo.
- Perdóneme Jefecita, Le juro que ya no lo vuelvo hacer
La señora, al ver a su hijo borracho casi lloraba, se había orinado en los pantalones. Le dijo a su nuera.
- Teresa ponle agua a calentar para que se bañe.
- Que se bañe con agua fría, sirve que se le baja la briaga.
- Tienes razón, ayúdalo a desvestirse apenas se puede parar.
- Lo voy a bañar con todo y ropa en agua de clarasol, porque huele re feo.
Poco después “El Barrabás” salió del cuarto bañado con ropa limpia, temblando de frio, se acerco a su mamá y con respeto le beso la mano.
- Perdóneme mamacita, me tome unas copas, no lo hago seguido.
- Cállate Chismoso, me conto tu mujer que llevas varios días tomando, sin llegar a tu casa, me avergüenzo de ti.
- Jefecita, le juro por Dios, que de hoy en adelante, no voy a tomar me voy a portar bien.
- Si quieres que te perdone y regrese al rancho tranquila, vas a la iglesia y ante la Santísima Virgen de San Juan de los Lagos, le pides perdón, por la vida descarriada, que llevas y juras, que vas a dejar de tomar.
- Esta bien jefa, pero antes que me sirvan de comer, con el baño ya me dio hambre,
- Que comer ni que nada, te pido que vayas ahorita, si en el camino encuentras a tus amigos, te los llevas para que hagan el mismo, mañana me voy a mi casa y quiero ver que cumplas el juramento.
“El Barrabas” de mala gana salió a cumplir la voluntad de su madre, aunque era una misión imposible, paso por la cantina “El Relámpago” sin mirar hacia adentro, para no caer en la tentación, no falto alguien que lo viera, y le grito.
- Barrabás, Barrabás.
Le gritaba, el Rafles un compañero de parranda, lo llamaba con la mano
- Ven, Ven.
“El Barrabas” le hacia con los dedos, que lo esperara un ratito, cuando iba a seguir su camino lo alcanzo.
- ¿Dónde vas tan aprisa carnal?
- Voy arreglar un asunto muy importante, que va a cambiar mi futuro y no puedo retroceder, porque es una orden de una mujer, a un amo y le debo la vida.
- Ah, chinga, no pensé que quisieras tanto a tu pinche vieja.
- No es mi vieja, es mi jefa vino desde su rancho a verme
- Vente, nos tomamos un pulque.
- No me tientes, no puedo hacerlo, por esta vez te falle.
El Rafles lo jalo y lo metió a la cantina, donde estaban sus amigos, olvidándose de las palabras de su mamá, “El Barrabas” volvió a tomar, al poco tiempo le entro la melancolía, y comenzó a llorar.
- No chilles, van a pensar que te estoy pegando.
- Es que soy un infeliz, un desgraciado un hijo de la chingada.
- Eso ya lo se, ¿porque lloras?
- Es que mi jefecita, la pobre, trabajo de gata, haciendo tortillas, lavando y planchando ajeno, para darme de comer. Mi padre fue un pinche borracho, mi madre desde que era chavito, me dio consejos para que fuera un hombre de provecho hoy, llego a la casa y al verme briago se encabrono, me dijo palabras que me llegaron al corazón. Me mando a que fuera a jurar a la iglesia, que ya no voy a tomar, me dijo que me llevara a mis amigos.
Al escuchar eso el Rafles respingo.
- No la chingues. ¿Yo que le echo a tu jefa, que me quiere quitar los días de felicidad?
Lo encamino a la puerta.
- Ve a donde te mando tu mamacita, antes de que cierren la iglesia.
- ¿No me acompañas?
- Vete solo.
“El Barrabas” se metió a la iglesia, por lo atarantado, que andaba no encontraba el altar, de la Virgen de San Juan de los Lagos, se sentó en una banca, y lloro arrepentido, a los pocos minutos se quedo dormido, comenzó a roncar, sus ronquidos se escuchaban en toda la iglesia, que parecían rugidos de un león bien encabronado, el padre interrumpió el Rosario, que rezaba con las hijas de María le hizo una seña al sacristán y le pregunto.
- ¿Qué es lo que se oye como rugido?
- Es un borracho que esta durmiendo
- Despiértalo y dile, que se vaya a dormir a su casa.
- Ya lo hice padre, me dijo de groserías y se volvo a dormir.
El sacerdote, fue a la sacristía, para hablar por teléfono, poco después entraron dos policías, y se lo llevaron sacándolo, de palomita. Al otro día “El Barrabas” despertó en el calabozo, como había cometido faltas leves lo pusieron a lavar los escusados y le dejaron salir.
Cuando paso por la iglesia, juro no volver a entrar, tampoco quiso regresar a su casa, sabia que allá estaba su mamá. Se dirigió al mercado se comió unas gordas de tripas, como estaban muy picosas se metió a una cantina a tomarse un pulque, ahí encontró al “Cajete”
- Arriba las manos cabrón. Un mexicano nunca toma solo.
- Quihubole “Cajete” pide una jarra de pulque esta re bueno.
“El Barrabas, le dijo a su amigo.
- Vamos con doña Rica, a seguirla, allá venden pulque toda la noche.
- Vamos a casa don Guty.
Después de varios días de no llegar a su casa “El Barrabas” se presento a su casa y su señora le dijo.
- Ya ni hubieras venido, la cosa se puso del cocol, no tuve para pagar la renta, deje la vivienda, y ahora vivo con mi mamá, habla con ella a ver si te recibe.
La señora Gela le puso miles de condiciones para aceptarlo.
- Te voy a dar otra oportunidad, de que vivas con nosotras, de hoy en adelante tendrás que trabajar de lo que caiga, olvídate de tus amigos, te juro, que si te vuelvo a ver borracho te coso el hocico con hilo cáñamo.
Pasaron los días “El Barrabas” trabajo como chalan de albañil, en esos tiempos, los hermanos Pichardo, del barrio del Arbolito comenzaban a organizar el viacrucis viviente, reclutaban gente del rumbo, El Cristo era uno de su familia, los apóstoles, eran de buena conducta, y los demás serian los que la hicieran a los soldados romanos. Eso llego a los oídos de doña Gela que le dijo a su yerno.
- Ve apuntarte para que participes en un cuadro religioso.
“El Barrabas” busco a los organizadores y le dijo a uno de ellos.
- Dame chance de entrar al viacrucis, puedo hacer el papel de Barrabas.
- Ya tengo a todos solamente falta Gestas,
- Quien es.
- Gestas, es un ladrón que crucificaron junto con Jesús.
- ¿Dime que es lo que tengo que hacer?
- Cargaras un madero atravesado en los hombros, un soldado todo el camino te va ir pegando, llegando al cerro te amarramos en la cruz a una lado, de Jesús y Dimas, cuando estés en la cruz le dices a Cristo muy burlón “Si eres de verdad el hijo de Dios, sálvate a ti mismo y salvamos a nosotros.
- Cuenta conmigo, quiero pedirte un favor, que le digas al los soldados, que me peguen muy fuerte, me he portado mal y quiero hacer penitencia.
- Como tú digas, eso se vería muy real.
“El Barrabas” se confeso y anduvo con ellos toda la semana Santa, en los ensayos, llego la semana mayor, El Jueves Santo, después de la Ultima Cena y de la aprehensión de Jesús, se despidió de los organizadores.
- Mañana nos vemos.
- Te espero a las 8 de la mañana, llegas cambiado con la ropa que te di. No fallar a fallar.
- Como crees, no se te vaya olvidar que le digas al soldado que me pegue muy fuerte.
En el camino a su casa “Barrabas” encontró al “cajete” estaba afuera de la cantina.
- Hola pinche “Barrabas” te invito una chela,
- Me vas a perdonar pero me acabo de confesar y mañana tengo que estar en el viacrucis.
- Tomate una por el gusto de vernos.
- Te lo agradezco, mi suegra me tiene amenazado que si vuelvo a tomar me va a coser el hocico.
- Que caso le haces a esa pinche vieja, chaparra.
Le estuvo rogando, hasta que “El Barrabas” cayo en la tentación, se metieron a la cantina, al otro día el organizador al ver que no llegaba tuvieron que improvisar a otro Gestas.
Mientras Teresa la mujer del “ Barrabas” arreglaba a sus hijos para que fuera a ver a su papá, dona Gela le pregunto.
- No vino a dormir tu marido.
- No mamá ya lo sabes que los que participan en el viacrucis, se quedan en la iglesia.
- No seas pendeja hija, me acaban de decir que anda de borracho
- No puedes ser Pancho, ya se regenero.
La señora, sus hijos, y su suegra, subieron al cerro para esperar el viacrucis, mientras tanto Gestas, el improvisado sintió los fuertes chicotazos, que le daba el soldado, quería protestar, pero se aguantaba por los cientos de gentes. Hasta que no aguanto, porque le pegaba cada vez mas fuerte, se volteo se le fue a patadas al soldado.
- Ya no me pegues guey.
La gente que lo escucho, quedo asombrada, esto no esta escrito en la Biblia el hombre que la hacia de Dimas, le dijo algo al soldado y ya no le pego y siguieron al viacrucis, Entre la gente la señora del “Barrabas” se ponía de puntitas para ver si lograba ver a su esposo, al comprobar que era otro el que la hacia de Gestas, se puso triste y se sentó a llorar.
- Te lo dije que ese cabrón se fue de borracho, pero me lo voy a chingar.
Regresaron a su casa, al abrir el estaba acotado durmiendo “El Barrabas”, le dijo la señora, échale sus tiliches en una bolsa.
La suegra, salió al patio lleno una cubera de agua y se la aventó al durmiente que, se levanto echo la chingada, se sacudió como perro, doña Gela lo agarro de las greñas, y lo golpeo, con un palo lo correteo hasta la puerta.
“El Barrabas” agarro su costal y se fue, a juntar con los teporochos, que andan en el escuadrón de la muerte, al poco tiempo, vino a buscarlo su mama, no lo encontró porque Pancho “El Barrabas” había muerto.