LO ATROPELLARON Y PERDIÓ UN REMO

Ya está cansado de tanto peregrinar, las autoridades lo traen como calzón de mujer mala, para arriba y para abajo, y no le hacen justicia, no sabe si no pueden o se hacen como tío Lolo. Esto ya lleva año y medio, cuando el remolque de una camioneta se lo llevó de corbata y perdió una pierna, la derecha, desde arriba de la rodilla.

José del Ángel Morales Meza no ve llegar a la justicia, decidió contar su asunto a la opinión pública a ver si de chiripa pega. El o la conductora son los responsables, pero parece que se los tragó la tierra, no los encuentran, yo creo que es la incompetencia de la Procuraduría General de Justicia o de plano hay una movida chueca. Dijo que él es vecino del municipio de Mineral de la Reforma y trabajaba de lavacoches.

Recuerda muy bien cómo estuvo el accidente automovilístico, ocurrió el jueves 18 de septiembre del 2014 a las 2 y media de la tarde, en la carretera Pachuca-Tulancingo a la altura del tope que está en la desviación al autódromo de Pachuquilla. José Ángel circulaba en su bicicleta cuando una camioneta Ford, placas HS- 73497 con remolque iba con dirección a Pachuca a toda velocidad.

Al llegar al tope, el o la conductora frenó violentamente y eso hizo que el remolque se zafara de la pesada unidad, y salió disparado llevándose de corbata al joven ciclista, que se encontraba a varios metros de distancia, ajeno a lo sucedido. Llegaron las autoridades y se lo llevaron en una ambulancia de la Cruz Roja al Hospital General, donde le mocharon la pierna derecha y estuvo internado 6 días en el nosocomio.

Las autoridades hicieron la averiguación correspondiente 12/HG/1319/2014. No agarraron al responsable porque escapó del lugar, pero se llevaron el remolque al corralón. El tiempo pasó y la averiguación ni sus luces; con sus propios medios el muchacho y su familia pagaron la cuenta del hospital, que salió carita, y una prótesis. A uno de sus amigos le platicó su caso, y él se lo pasó al costo a su hermano, que es abogado y este le echó la mano como defensa de su caso.

“Como iba seguido a la Procuraduría ya ni me pelaban, haciendo una investigación como detective localicé la camioneta en el municipio de Acaxochitlán, y con apoyo de la fuerza pública fui a la comunidad Los Reyes, acompañado del jefe de grupo de la policía investigadora llamado Jesús Ranchito Galindo, nos enteramos que el vehículo está a nombre de Elpidio Hernández Pérez, quien dijo haberla vendido, por ese motivo solicité al Ministerio Público que lo citara a comparecer.

Así lo hizo, pero ya tenía bien estudiadas las preguntas del agente social, y las mías como defensor en agravio. No supo o no quiso decir a quién le había vendido la camioneta y se sentó en su macho de asegurar que no tenía el contrato de compra-venta. La autoridad no le exigió, es más, le dijo que ya se podía retirar. Después en la Secretaría de finanzas, el abogado se enteró de que la unidad está a nombre de Beatriz Pérez León, vecina de Santiago de Anaya, por eso yo digo el o la responsable, porque con el madrazo me llevaron inconsciente al hospital. Prácticamente hemos estado haciendo el trabajo que le corresponde a la Procuraduría; todo lo que se ha investigado, para el Ministerio Público no es suficiente para consignar la averiguación”.

Por lo anterior, José del Ángel Morales solicita al Procurador General de Justicia del Estado de Hidalgo, Alejandro Straffon, revise el caso a fondo, ya que su gente no quiere hacerlo. “Tiene más de año y medio, y sigo mendingando justicia para que se me repare el daño”. Pidió a los medios de comunicación que le echen la mano, cualquiera de sus lectores por caridad puede ayudarlo.

También puede llegar a las manos del señor procurador para que agarren a los culpables, dijo que antes del accidente era ciclista, futbolista y atleta, pero cómo lo dejaron ahora sólo brinca el avión con una pata.

VIOLENCIA FAMILIAR

A una mujer de 32 años de edad, su viejo estuvo a punto de apachurrarle el gañote, lo sacó de quicio y por un pelito se la echa al plato. Sus dos hijas menores gritaron espantadas y lloraron a todo pulmón, cuando vieron a su jefa con la lengua de fuera. Ángela Jiménez Pérez demandó ante la Procuraduría a Gerardo Arroyo, que se le botó la canica y le iba a romper el pescuezo. También demandó a su cuñado, de nombre Rodrigo de los mismos apellidos, que se mete en lo que no le importa y entró a su casa a animar a su carnal para que la despachara al otro mundo.

La señora declaró ante las autoridades que se casó hace 7 años, por las tres leyes, con el susodicho, tienen tres hijas de 7, 3 y un año de edad. Desde el mes pasado los problemas familiares aumentaron cuando el señor se fue a vivir con una colombiana, que según dicen las malas lenguas que conoció en España, y en el mes de enero la trajo a vivir a Pachuca.

Ella le reclamó a Gerardo que porqué andaba de cuzco si las mexicanas tienen lo mismo que las colombianas, él se enfureció y le dio un sopla mocos, diciéndole que se callara el hocico, y por chismosa la amenazó con que le iba a quitar a sus hijas. Ella puso una demanda en el Juzgado Familiar, y su viejo la amenazó con matarla, y puso otra demanda; ya lo andaban buscando los agentes.

Comentó que el domingo pasado cuando se bañaba en su domicilio de quinta Bonita, Gerardo llegó con su hermano, se brincaron la barda, se dirigieron a donde se estaba bañando, la sacó encuerada, los vecinos en vez de ayudarla estaban de babosos, la sacó jalándola de las greñas, comenzó a golpearla y le dijo: “Esto es para que entiendas que a mi me la pelan las autoridades”.

La tomó del cuello y le apretó el gañote con la intención de matarla. Como pudo pidió auxilio, chillaron sus hijas, y los mendigos se salieron por donde llegaron, se subieron en una camioneta y se largaron. Dice que teme por su integridad, tiene miedo que le quite a las niñas y se las lleve al extranjero, ya que él se cree la gran cosa y muy poderoso.

Los agentes investigadores que andan tras sus huesos comentaron que según sus investigaciones, vive con una mujer colombiana que trajo de la Ciudad de México, que es una taibolera que trabaja en un cabaret de mala muerte, la conoció en la calle de España en la colonia Roma; ya le andan pisando los talones y de un momento a otro le echaran el guante.

LO ROBARON A PLENA LUZ DEL DÍA

Luís Roberto Hernández estaba cargando gasolina en 2 Caminos, entre las calles de Camerino Mendoza y Calzada Veracruz, eran las 8 de la mañana, en eso llegó una camioneta Nissan que se le pegó demasiado al carro de Luis, quien tuvo que echarse hacia delante. Se bajó y le reclamó al chofer que tuviera cuidado, que ya le había dado un golpe a su coche, o era muy güey para manejar.

El chofer de la camioneta también se bajó, tomó del brazo al abogado y le dijo que le gustaba mucho su reloj, que se lo regalara. Luis le dio un aventón y le dijo que se estuviera quieto, que ya estaba grandecito para mamar, el chofer le volvió a decir que le regalara su reloj, de momento se le aparecieron tres grandulones por la retaguardia, uno de ellos llevaba un garrote, ese mismo le aventó un golpe que si no se agacha le pasa lo que al perico, luego le tiró otro que paró con el brazo, le torció la mano y lo hizo soltar el garrote. Los otros tres se le aventaron a Luis doblándole la cabeza, que le tronaron los huesos, le dieron un aventó que cayó de cola que hasta se le hicieron las nalgas cuadradas y le echaron “Bolita”. Cuando se iba a parar sintió un garrotazo en la oreja derecha, incluso se le salió la cerilla, el chofer le quitó a huevo su reloj marca “Mido”, y le dio de patadas en las nalgas. Una señora que vio que lo estaban madreando se bajó de su coche, les dijo que lo dejaran, sacó su celular y trató de marcarle a la policía pero uno de ellos se lo arrebató, cayó al suelo y se rompió. Le siguieron dando de patadas a Luis, quien ya no sentía lo duro si no lo tupido, sonaba como tambora. Otra señora gritó que ahí venía la policía, se subieron a su camioneta y jalaron rumbo a Actopan.

Muy triste, la víctima fue a poner su queja al Ministerio Público que lo habían madreado y robado, pero que no podía hablar más porque le quedó el hocico hinchado.

OTRA VIOLENCIA

La señora Josefina Valencia Hernández, vecina de la colonia La Raza, recibió una tremenda madriza de parte de su borrachento viejo, que la dejó irreconocible: con los ojos cerrados, la nariz chata, y el hocico todo roto, un brazo fracturado y caminaba como cangrejo; dijo que le había amolado el cuadril.

Todo comenzó cuando su chupador viejo llegó a su cantón y no la encontró. Le chifló y salió de la casa de su comadre, eso enfureció al borracho que se le fue a patín y madrazo, por metiche. Acompañada de varias vecinas fue a poner su queja a Protección a Víctimas, la licencia mandó a los ministeriales a que lo llevaran pero Don Santos ya había pelado gallo. Dijo la licenciada que cuando lo agarren se lo lleven para ponerle la vacuna contra la violencia.

Mientras tanto la mandó al Hospital General de Pachuca, donde los médicos dijeron que está toda desmadrada, llevaba un ojo cerrado, el otro como de rana porque por un pelito se lo sacaban, el hocico como de chancla, y golpes contusos en todo el cuerpo, con fractura en el cuello y en la pata izquierda; pero no la quisieron internar porque el hospital tiene casa llena de los enfermos. Dijo el director que si no se moría de los madrazos que le dieron, se podía morir de contagio de Influenza.

Las autoridades explicaron que en el seno familiar es donde más casos de violencia se registran, y donde más se callan. Que aproximadamente el 60% de las mujeres han sido víctimas de violencia familiar, física, sexual y emocional. Igualmente, que el 80% de los que ingresan al reclusorio tienen antecedentes de violencia intrafamiliar, y según las estadísticas que tienen, estos son los índices de casos de violencia física:

40% golpes con el puño cerrado.

80% jalones de greñas.

40% patadas donde les caigan.

100% empujones.

50% relaciones sexuales en contra de su voluntad.

100 % insultos.

80% amenazas.

100% humillaciones.

Si usted no ha vacunado a su perro, digo, a su viejo, hágalo antes de que le den en la torre.

gatoseco98@yahoo.com.mx