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UN INFIERNO BONITO

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SE DIERON HASTA POR DEBAJO DE LA LENGUA

Se armó la bronca y varios borrachos se dieron en la madre, todos con todos, también les zumbaron a los mirones, a todo el que pasaba por el lugar, nadie los podía controlar. El pleito estaba de pelos, una viejita chaparrita que miraba los toros desde la barrera no sabía por qué se pelearon y le preguntó a uno que estaba golpeado “¿Por qué se pelean?”, el otro le contestó muy enojado “es una riña”, la señora no escuchó bien y le volvió a preguntar “¿Una niña?”, se la quedó mirando y le gritó en la oreja “Es una disputa”, la viejita le contestó “Entonces no estaba muy niña” y se retiró del lugar antes de que le tocara un madrazo.

 

Una pelea de borrachos en la que se dieron hasta por debajo de la lengua, sacaron sus machetes, lo que dejó dos lesionados con el pico colgando. La pelea fue entre clientes y el dueño, también entraron en acción el personal que trabaja en el lugar, una taquería que se encuentra en la calle Álamo Dorado, casi está en la esquina de Paseo del Álamo, en la colonia Campestre Villas del Álamo, en el municipio de Mineral de la Deshonra.

Los que quedaron heridos se llaman Alejandro San Juan Alonso, de 34 años de edad, quien es el propietario del local; Francisco Rivera Ruiz, de 21 años de edad; Orlando Javier Pérez Medina, de 18 años de edad, a quienes se llevaron al Hospital General de Pachuca, para ver si de chiripada les salvaban el pellejo.

Minutos antes de las 10 de la noche del jueves pasado, se solicitó apoyo de la policía de aquel municipio, porque la madriza estaba perrona, se dieron hasta con la cubeta ocho sujetos.

Cuando llegaron los uniformados encontraron dentro del local y en la calle a los lesionados, a quienes les dieron los primeros auxilios, para después trasladarlos al nosocomio. Entre ellos estaba, con la cola para arriba, el dueño del negocio que se llama “Tacos y Chelas”, dijo que llegaron tres tipos y una vieja greñuda en el momento en que iban a cerrar y les negó el servicio.

Les dijeron que iban a comer tacos y unas chelas, así que sirvieran o lo hacían ellos, los trabajadores los quisieron sacar y comenzó la pelea, en eso los clientes sacaron sus machetes y “bolas”, agredieron al dueño y a dos de sus trabajadores, quedaron tirados todos llenos de sangre.

De acuerdo con las partes de las corporaciones que llegaron a meter paz, se dijo que así no fue, la pelea se originó porque al dueño del changarro se lo habían alquilado unos invitados porque estaban haciendo una pachanga particular, y como el dueño les dijo que ya era hora de hacer la meme que se fueran a sus casas, porque le alquilaron el local hasta las 10 de la noche.

Eso les llenó el buche de piedritas y comenzaron a decirle sus verdades al dueño, se calentaron y se dieron de madrazos, entre la abola alguien sacó unos machetes y comenzó a repartir parejo. Los heridos quedaron con lesiones en los brazos, piernas y cola, al verlos tirados pensaron que se los habían echado al plato y se fueron, unos en sus unidades y otros en un taxi. Frente al local se quedó estacionada una camioneta Curier, color blanco, con placas MUF-9973 del Estado de México, se la llevaron al corralón de Mineral de la Deshonra hasta que se realicen las investigaciones.

 

LO ENCUENTRAN MUERTO EN UN HOTEL

Se le paró la molleja, no tenía lesiones. Fue encontrado en un Motel de Tula de Allende de la colonia Iturbide, estaba en traje de rana. Se dieron cuenta la madrugada del sábado pasado cuando salió una mujer arreglándose los calzones porque los llevaba al revés, eso les llamó la atención a los de la administración, que se les caía la baba, le fueron a tocar al cliente a ver si se le ofrecía algo pero como no abría lo hicieron con la llave maestra y lo encontraron encuerado boca arriba con la cabeza colgando, rápidamente llamaron al 066 avisándoles lo ocurrido.

Llegó la gendarmería y al revisarlo no le encontraron ninguna huella de golpes, lo que quiere decir que se le paró el corazón. Dijeron en el motel que los clientes no se registran, entran al curto con coche. Avisaron para que fuera el Ministerio Público, quien llegó con sus agentes de la Coordinación de Investigación y peritos en criminalística para dar el banderazo, levantar el cadáver y comenzar la investigación. Le encontraron en su pantalón identificaciones a nombre de Juan Rivera, que tenía su domicilio en la colonia Alvarado de Tula.

Declararon los encargados del Motel que pasó como a la una de la mañana, le fueron a tocar que se apurara, porque los clientes los alquilan por 6 horas y ellos habían entrado a las 6 de la tarde, al irle a preguntar que si no se le ofrecía nada le estuvieron tocando un buen de tiempo, abrieron y lo encontraron acostado con una sonrisa, con la cabeza de lado. Para evitar broncas llamaron a la Cruz Roja, los socorristas y al revisarlo les dijeron que ya se había pelado de este mundo.

Llamaron a los gendarmes y para evitar broncas le informaron al Ministerio Público, que llegó con sus ministeriales y dijeron que tenía una edad de entre 65 años y más. Lo mandaron al Médico Legista para que le practicaran la necropsia de ley. Abajo en la cochera de la habitación, estaba su coche, un Ford Cougar, color vino, no saben por qué se fue a morir en el motel si tenía una casa y una familia, piensan que a lo mejor tuvo una pelea con su vieja y antes de que le diera suelo, prefirió irse al hotel, se llevó a una mujer de la vida fácil y le entró con ganas.

 

LO BALACEARON UNOS DELINCUENTES

Los robacoches de Tulancingo Hidalgo se habían robado una camioneta que estaba cerrada como la puerta negra, estacionada, cuando iban de pelada los familiares y el dueño los iban siguiendo y dispararon contra ellos, que si no se agachan les pasa lo que al perico. Los hechos ocurrieron en la carretera México-Tuxpan, entre los límites de Tulancingo y Singuilucan, durante la madrugada.

Al Ministerio Público de Tulancingo se presentó Severo Morales Godínez, de 26 años de edad, de profesión maestro de baile, y dijo que la camioneta Ford tipo Pickup, modelo 98, con placas GJ-80373 de Guanajuato, era de su papá, Manuel Morales Cruz, con domicilio en la calle de Río Mayo número 20, colonia La Escondida. Comentó que la dejó en la calle porque en su garaje tiene otro coche. Explicó que su cuñado Enrique estacionó la camioneta, que tiene un valor de 80 mil pesos, cuando comenzaba a oscurecer para ir hacer la meme al igual que todos sus familiares, al día siguiente cuando todavía no cantaba el gallo, escuchó que echaron andar un motor y como si les pusieran un cohete en la cola salieron los familiares y vieron que se llevaban la camioneta.

Todos se subieron a un Chrysler y comenzó una persecución a los delincuentes.

Morales llamó al 066 para que despertaran los uniformados y les ayudaran a agarrar a los ladrones, que iban rumbo al Distrito Federal. Varias veces les dispararon, las balas les pasaban rosando la orejas, por temor a que les dieran en la madre Ariel dijo que abortaran la operación, y así lo hicieron porque les disparaban de varias pistolas, y el coche ya iba bien agujerado.

Pero estaban de suerte porque en el camino encontraron a una patrulla de la Policía Federal de Caminos y le pidieron apoyo. Salieron volando los policías, no encontraron a los ladrones por ningún lado, parece que se los había tragado la tierra. Les habían dado como señas particulares de la camioneta que era de color blanca, tenía un golpe en la salpicadera derecha. Regresaron los uniformados y les dijeron que mejor fueran a pedir ayuda a los policías o de plano fueran al Ministerio Público, para que los Agentes de la Coordinación de Investigación les echaran el guante. De esa forma fue como llegó Severo Morales a pedir que encontraran la camioneta de su papá, porque cuando se entere se iba a morir del coraje.

 

HAY QUE CHUPAR PORQUE EL MUNDO SE VA ACABAR

Era la frase predilecta de Armando Sánchez Samperio, de 55 años de edad, porque se lo había dicho una mujer que le hacía al espiritismo, y ellas sí saben. Para que no lo agarraran descuidado, se fue de borracho durante un mes seguido, tomando en serio las palabras de la mujer.

Pero sus familiares lo andaban buscando, lo encontraron entre la basura de un lote desocupado en la colonia Felipe Ángeles. Los vecinos de la calle de Venustiano Carranza de la colonia en Pachuca, avisaron a la policía que estaba un hombre muerto con la cola para arriba, con los pantalones y calzones hasta las rodillas.

Llegaron los uniformados y dijeron que a lo mejor quería hacer sus necesidades, pero ya no le alcanzó el tiempo porque se quedó dormido y se fue de cabeza rompiéndosela al caer en una piedra. Se presentó el Agente del Ministerio Público de la Providencia, junto con toda su gente para dar el banderazo y comenzar las investigaciones, pensando que a lo mejor lo habían agarrado como a “El Tigre de Santa Julia”.

No había huellas de golpes, sólo el calaverazo que se dio al caer. Se lo llevaron al Semefo y se presentó al lugar la señora Rosa Uribe Navarro, que era la concubina del muerto, y dijo que su viejo desde el 15 de diciembre no paraba de chupar junto con otros cuates, que querían ganar el premio “Guinness”.

Dijo que trabajaba de vez en cuando como posturero de taxi, y después se dedicó a tomar, diario llegaba bien burro, los consejos que le daba le entraban por una oreja y se le salían por el otro lado. Estaba muy contento de participar en el Escuadrón de la Muerte de esa colonia “Siempre regresaba cayéndose, caminando a gatas a mi casa en la calle de Saucillo o a la de su mamá, en la colonia Plutarco Elías Calles”. Llegaron los grupos de rescate y muchos curiosos vecinos dijeron que no alcanzó a llegar a la meta, porque él había prometido chupar 100 días, pero le faltaron 60; no va a ganar el premio como el mejor chupador y quedará su recuerdo como un mediocre.

 

EL TURISMO ESTÁ EN LOS SUELOS

En Pachuca, el centro de la ciudad está para llorar, lleno de vendedores ambulantes, basura por todas partes, bicicleteros pedaleando en sentido contrario. Los visitantes mejor se van a otro lado.

De El Chico dicen que según es el Parque Nacional del Chico, pero no tiene nada de Nacional, porque el Valle de Los enamorados, Las Ventanas, Las Milpas y Diego Mateo, la verdad no tienen nada de atractivo, sólo van a comer o a jugar con su familia. Están cobrando 20 pesos por coche y 20 pesos por persona, que no mamen, los de Turismo deberían de ir a darse un paseo para que vean los abusos que cometen. Si dicen que es Parque Nacional, no tienen por qué cobrar, sino dar una cuota para su mantenimiento.

gatoseco98@ yahoo.com.mx