UN MOTOCICLISTA POLICÍA CHOCÓ

Se estrelló contra un automóvil que se metió al carril del Tuzobús, dio vuelta prohibida sin ninguna precaución. Eso pasó el jueves en el Boulevard Felipe Ángeles a la altura del sector laboral.

El uniformado iba montado en su caballo de acero cuando se fue de filo contra un coche, que espantó al chofer y se lo llevaron de volada en una ambulancia de los bomberos a la clínica Marfil para su atención médica, se dice que resultó con varias fracturas. Los hechos ocurrieron a la una de la tarde con 45 minutos, el automovilista se llama Miguel Elizalde Uribe, de 37 años de edad, no se dio cuenta hasta que sintió el madrazo.

Dijo que se dio vuelta a la izquierda para tomar los carriles con dirección al sur de la ciudad, que iba pensando en la inmortalidad del cangrejo y no vio los anuncios de tránsito que decían que está prohibido dar vuelta en “U”, no se enteró que venía el motociclista, identificado como M-10 elemento de la Coordinación de Seguridad Estatal, circulaba muy veloz al centro.

Dijeron los testigos y comerciantes que al escuchar el golpe seco salieron a ver qué Pez y vieron al uniformado tirado junto a su moto, chocó con la puerta del lado del conductor, la que sumió y resultó con lesiones de gravedad por el madrazo, que también descascaró el pavimento.

Una vez que le dieron el pitazo a sus compañeros salieron a toda velocidad ambulancias y los bomberos, los paramédicos inmovilizaron al lesionado y se lo llevaron a donde les dije.

Referente al conductor de la unidad Pointer, color gris, placas de circulación MTJ-1527, ni se diga, lo pusieron como pañal de recién nacido, se lo llevaron ante las autoridades correspondientes para que se lo ejecutara, y el coche al corralón, y en lo que le va a salir. La verdad no quisiera estar en sus zapatos.

Cuando le leyeron sus derechos, le dijeron que la presencia del motociclista de la policía era en el carril confinado del Tuzobús, para cualquier emergencia circulan en él. Para la próxima que se fije en los espejos antes de dar vuelta y hacer corte de circulación, que le pida a Dios que se salve, porque si no se va a mamar muchos años en el bote, por ir comiendo moscas.

LA RAPTÓ SU EX Y LO PERDONÓ

Muchas veces provocamos la violencia. Araceli Flores, de 23 años de edad, le sudó hasta el dedo gordo del pie cuando escuchó en la oreja que se subiera a un coche o le iban a dar una madriza y luego la iba a matar.

Era nada más y nada menos que el que fue su galán por meses; ella lo dejó porque se enteró que era casado, pero él andaba tras sus huesos pidiéndole la torta. Julio Peña, de 25 años de edad, andaba hasta la madre de borracho, decepcionado había contratado a dos de sus cuates para raptar a la que fue su quelite, pero le falló. Araceli dijo al Ministerio Público que estaba en la parada de la Central de abastos, cerca de ella se detuvo una carcacha donde iba un borracho con dos tipos de cuidado.

Se dio cuenta que era su ex novio, quien la subió a huevo, le dio de cachetadas y le hizo manita de puerco, la amenazó con darle chicharrón si gritaba o se le ponía al brinco, que era mejor que se fuera con él; la iba a llevar a su nido de amor para darle para sus tunas. La mujer le dijo que no, al verse rechazado se puso furioso, respingó como si le hubieran picado la cola, le dio un madrazo en la nariz que se la dejó chata, y sus chilacatazos por rejega, luego un abrazo del oso que hasta le tronaron los huesos.

A fin de cuentas, haciéndose del rogar, se subió. El coche iba llegando a la colonia Matilde cuando se descompuso, sus amigos le dijeron que la dejara, que se fuera porque ya no arrancaba, le abrieron la puerta para que se bajara y la mujer lo hizo.

Julio, que es terco como una mula, la alcanzó, la jaló de los pelos, le azotó la cabeza contra la pared y le dijo que la iba a matar si no se largaba con él. La jaló del brazo, la llevó empujando unas cuadras, la metió a la casa de su mamá, más tardó en entrar que su madre los sacó a empujones, diciéndole que ya ni la raspa, es casado y llevaba una piruja a la casa donde está su mujer.

Pasaron por una tienda y los vio el tío de Araceli, como la llevaba de las greñas llamó al 066 y se los llevaron a la Policía Municipal. Ella les explicó lo que había pasado, cuando lo iban a encerrar retiró la demanda, dijo que lo perdonaba, estaba borracho y no sabía lo que hacía; lo dejaron salir por la ley del perdón. Bien dice el dicho “quien te da en la madre, te quiere”.

QUISO AYUDAR A SU HIJO

La señora Leonarda Hernández dijo que su hijo Iván García Ramírez, que se encuentra en el Cereso de Pachuca, últimamente padece de insomnio, ya se cansó de contar borregos pero no duerme, se pasa la noche en vela, ya está flaco, descolorido, hay veces que en el día se duerme parado como burro lechero.

Le dijo a su jefa que para la otra vez que lo fuera a ver le llevara unas pastillas para dormir y soñar con los angelitos. La señora se preocupó mucho por lo que le había dicho su hijo, y se las ingenió para que le vendieran una caja de Clorazepam, y con una pastilla bastaría para que durmiera a pierna suelta.

Las guardó en los calzones, las celadoras al encuerarla y revisarla le encontraron que llevaba 10 pastillas, armaron un escándalo como si hubieran encontrado droga.

De inmediato le avisaron al director, dio orden de que la pusieran ante el Ministerio Público Federal. Las celadoras se vistieron de heroínas pero el Director para enseñarle a la opinión pública que ahí no se les pasa ni el aíre, a Teófila Esteban Martínez y Vicente Fosado Hernández les dio un reconocimiento público, y un abrazo a cada uno.

El error más grande de la señora fue esconder las pastillas haciéndole una bolsita en sus calzones, y ahora a ver qué sale, la pobre mujer fue internada en las galeras del narcotráfico. No hicieron investigación, pero sabemos que es un medicamento que es recetado en el seguro social para todos los pacientes que tienen dificultad para dormir, les dan el Clorazepam en gotas o pastillas, a través del tiempo se hace un hábito pero es muy necesario como medicamento.

Se sabe que también lo toman todos los uniformados, porque en pleno día y noche se quedan dormidos a las entradas de las colonias y barrios de Pachuca, en sus patrullas. Lo que hubieran hecho con la mujer era darle un jalón de orejas, por no pedir autorización a las autoridades de dejar pasar o no las pastillas. La señora lo único que dijo, y estaba como disco rayado, es que lo hizo para ayudar a su hijo que padece insomnio.

COMO DE COSTUMBRE

Se han soltado muchos defraudadores de tocho morocho, se dedican a despeluchar bobos ofreciéndoles una plaza como maestros, en Teléfonos de México, Luz y Fuerza… les venden casas, terrenos, coches, y de que agarran una presa no la sueltan.

Para poderlos castigar se les debe pedir nombre, dirección, comprobar si es verdad, y sobre todo firmarles algún papel donde coste que le dieron dinero. Esta vez les tocó a Juan Manuel Hernández y Zacarías Gómez, vecinos de Huasca, Hidalgo. Dijeron ante el Ministerio Público que se les presentó un mono, les dijo que era licenciado trabajador de Hacienda, que era el mero mero petatero, y en menos que canta un gallo les podía conseguir dos unidades de las que quisieran.

Se las vendía bien varas con mensualidades de 5 mil pesos. Les dio su tarjeta y les dijo que se llamaba Eduardo Vázquez, nacido en Huasca, y que era pariente muy lejano de Don Pedro Romero de Terreros, todos los que lo conocen de cariño le dicen “Lalo”, los saludó de mano, les dio un abrazo, le dijo a una de sus víctimas que ellos habían sido muy amigo de su difunto padre.

Juan Manuel estaba muy emocionado le dijo que se interesó por un camión DINA 2004, color blanco, sonriendo Eduardo le contestó que no había Pez, se lo conseguía en 150 mil chuchos. Zacarías le dijo que le consiguiera un coche Tsuru que valiera unos 60 mil pesos, porque él era taxista y a su carro ya todo le sonaba, menos el claxon. Eduardo Vázquez les dijo que contaran con esas unidades, en dos días las tenían, pero para los tramites les tenían que entregar 5 mil pesos por cabeza, que era necesario porque era lo se llevaba el papeleo por ley. Se los dieron, se despidieron firmando un contrato de compra-venta, les dio un teléfono por si había un retardo en el traslado, que siempre estaba en la Secretaría de Hacienda que se encuentra en la carretera México-Pachuca, en el Boulevard Felipe Ángeles frente a la entrada de Radio y Televisión de Hidalgo.

Pasaron los dos días, al no llegar las unidades fueron a Hacienda a preguntar por el que les vendió las unidades, pero si a los contribuyentes no los atienden, menos a los que van a preguntar por alguna persona. Lo buscaron ellos mismos oficina por oficina, al no encontrarlo fueron a poner su demanda, dijeron que era un chaparro gordo, vestía de traje negro, era muy amable, que si lo encontraban le dijeran que ya no querían las unidades, pero que les devolviera su dinero.

SE LO ECHAN AL PLATO CON UN PICAHIELOS

La víctima era de la colonia 11 de julio, se llamaba Gabriel Amador Cortes, tenía 65 años de edad, y su domicilio en la calle de Cribas número 311 del municipio de Mineral de la Deshonra. Fue encontrado la noche del miércoles con piquetes.

Aparte de eso tenía un golpe en la cholla, que según dicen fue el que lo tumbó y luego le llegaron con un picahielos. El cadáver fue encontrado en la calle del Morral, cerca del lugar conocido como el Río Sosa, donde por regularidad se reportan varios delitos, por eso no van los policías.

Llegó el Ministerio Público, de volada anotó en su carpeta investigadora y dio el banderazo para que sus agentes iniciaran la búsqueda de los o del asesino. Se comentó que se recibió el reporte por radio C-4, informando que en la calle del Morral en la colonia 11 de julio se encontraba una persona sin vida, lo habían matado a piquetes y un garrotazo en la chirimoya.

Al lugar llegaron sus familiares. Explicaron que había sido minero por muchos años, pero dijeron que no saben por qué lo mataron, su hermano, Jesús Amador Cortes, pidió a las autoridades que encontraran a los responsables, que posiblemente son de La Colonia o de la Raza.

gatoseco98@yahoo.com.mx