NO ENCUENTRAN A GALDINO

Desapareció del barrio del “Arbolito” sus familiares están preocupados, piensan que a lo mejor, se lo echaron al plato. Su vieja lo fue a reportar al Ministerio Público, le pidieron una fotografía, les dijo que nunca le gustó retratarse, sólo tiene de cuando hizo su primera comunión, le dijeron que no lo podían poner en Alerta Amber porque ya está muy viejo.

Galdino Aguilar, mejor conocido como “El Liga”, de 71 años de edad, tiene más de un mes desaparecido, su vieja, sus hijos, sus compañeros y amigos hicieron un operativo para buscarlo. Por ahí se corrió la noticia que anduvo de boca en boca y en las malas lenguas, que Galdino se había ido a vivir con otra vieja porque andaba enamorado, después echaron todo en tierra; era una mentira porque el señor siempre ha sido un hombre recto, muy buen amigo, y más fiel que un perro.

Luego se corrió otra noticia, que lo tenían amenazado de muerte porque aseguran que le andaba dando para sus tunas a una señora del barrio del “Mosco”, y el marido ofendido le andaba pisando los talones para echarselo al plato. Su hijo Ángel Aguilar y su esposa María Espinoza, solicitan la ayuda de toda la población de Pachuca y de sus municipios cercanos para que les den datos de dónde está o con quién.

Pensaban contratar a un detective pero les cobraba en dólares. Comentó su hijo que el día 8 de diciembre del año pasado, Galdino salió de su casa, que se encuentra en el callejón R. Gallo, y no le han vuelto a ver el polvo. Se cuenta que el desaparecido de vez en cuando invitaba a unas viejas jaladoras a su casa y hacía un reventón, se llaman Victoria y Bernarda, ellas eran casadas. Había recibido por teléfono varías amenazas de los esposos. Como no ha regresado, sus familiares lo han buscado por todas partes sin encontrar huellas, y por tal motivo piden que si lo ven avisen al 066. Pero como estaba amenazado a los mejor ya se lo quebraron.

LE ROBARON SUS TANQUES DE GAS

Carlos Alberto Orozco dijo a las autoridades que desaparecieron dos cilindros de gas en el patio de su casa, que se encuentra en el fraccionamiento Geo Villas de Pachuca. Los ladrones entraron como por su casa, saben que el dueño tiene el sueño muy pesado y no despierta ni por el ruido de un tren. Esto sucedió en la calle de Argentina de la mencionada colonia.

Se presentó ante el Agente del Ministerio Público a quejarse amargamente del robo, comentó que los hechos sucedieron durante la madrugada del martes, ningún vecino escuchó los ruidos, tampoco el perro ladró.

Comentó que su vieja lo abandonó y vive como perrito sin dueño, antes de dormir prende la estufa para prepararse su cena y dormir a pierna suelta; por la mañana antes de que cantara el gallo salió al patio para prender el boiler para darse un regaderazo, notó que no prendía, fue hasta el lugar donde tiene los dos tanques de 20 kilos y pura madre, ya se los habían volado.

Del robo avisó a las autoridades por medio del 066, cuando llegaron les enseñó que el candado que pone en la puerta del traspatio estaba roto, le dijeron que los agentes no investigan cosas pequeñas, les dijo que por esta vez agarren a los ratones; ahora va a comer y cenar frío hasta la quincena para comprar otros tanques.

SE ROBARON SU VOCHITO

Armando González, de 41 años de edad, dijo a las autoridades que mientras dormía le dieron en la madre con su vochito en la colonia Campestre Villas del Álamo, comentó muy triste que el lunes por la noche, luego de haber terminado de trabajar se dirigió a su casa a bordo de su carrito Volkswagen Sedán, modelo 2000.

Eran las 8 de la noche cuando llegó a la calle de Trueno, y lo estacionó muy bien, le puso su alarma, su bastón de seguridad y muy tranquilo se metió a dormir. Como es un hombre precavido cerró como la puerta negra. A la mañana siguiente, se llevó una sorpresa que por un pelito de rana da el mulazo al ver que lo habían dejado a pata, preguntó a los vecinos pero nadie le dio razón y mejor para no seguir viendo getas llamó al 066.

Cuando llegaron le pidieron todas las señas del coche para ver si lo recuperan, les dijo que tenía el parabrisas quebrado pero en la guantera había dejado su teléfono celular que tiene un valor de mil pesos. Pide por favor que se investigue a fondo y agarren a los ladrones, y les den bote por delincuentes.

UN TEPOROCHO MENOS

Beto era un teporocho que le dío la calambrina. Llegó temblando a su casa, estaba crudo, tomó agua y se le estiraron las tripas, su señora lo regañó: “Como serás idiota, tantos años de borracho y te andas pelando por una cruda mal curada, ya deja de estar temblando parece que estás bailando charlestón, te voy a dar un café para que te compongas, te lo tomas calientito”.

El Beto le echó un trago, como el café estaba hirviendo sus ojitos le chillaron, su mujer le preguntó: “¿Por qué chillas?”, Beto le contestó “Es que me acordé de mi mamacita, ten dale un trago al café”, la señora al tomarlo le pasó lo mismo, Beto le preguntó: “¿Por qué chillas vieja?”, ella le contestó: “Es que me acordé de tu madre, te pasaste güey, me quemé hasta la campanilla, la lengua me quedó como cotorra, malo malo, pero bien que me fregaste”.

La señora, enojada le dijo a su marido “me cae que cuando me junté contigo tu madre se lavó las manos, estaba feliz la vieja porque me dejó todo el paquete, tener que aguantarte sabiendo que eras un chupador de primera”. Cuando la señora volteó a verlo, Beto ya no temblaba, se había quedado tieso, la señora lo abrazó y le dijo: “no te mueras viejo, aunque seas un teporochín siempre te he querido”. Por más que lo quiso revivir, el Jardín de La Constitución en Pachuca tiene un teporocho menos. A la señora se la llevaron los Agentes de la Coordinación de investigación para arraigarla, piensan que ella se lo echó al plato.

ASALTA UN CHANGARRITO

Un solitario ampón se metió a un changarrito de la colonia Cuauhtémoc, y con una pistola de juguete le apuntó a una señora mayor diciéndole: “este es un asalto abuelita ¿dónde está el dinero?”.

La señora se quedó muda de la impresión y le señaló una bolsa de plástico que contenía unos billetes y morralla; el ladrón sin dejar de apuntarle buscó por varias partes, la encontró y le dijo: “Si dice algo abuelita, se la va a comer el lobo”. La señora del susto se desmayó y quedó tirada.

Poco después llegó una de sus clientas, tocó el mostrador y dijo: “Marquita deme un Clarasol”; al verla tirada exclamó: “en la madre, ya se peló la viejita, voy a avisarle a su hijo”. Cuando su hijo llegó llamó a la Cruz Roja, pero no se la llevaron porque sólo se trataba de un desmayo, cuando estaba tranquila le platicó a su hijo cómo habían pasado las cosas, y le dio santo y seña de cómo era el ladrón.

Muy enojado salió a buscarlo por toda la colonia, calle por calle, en una corazonada se metió a la cantina “El Pato”, vio a un joven que tenía las mismas señas que le había dado su jefa, se le acercó y le dijo: “Le invito una copa, la verdad no me gusta tomar solo”. Se tomaron varias y le comentó el desconocido “ahora me toca pagar”, sacó una bolsa de plástico con monedas y le dijo Nacho, el hijo de la viejita, que se esperara un momento. Salió de la cantina y llamó a la patrulla, cuando entraron los policías, Nacho agarró una botella y se la estrelló en la cabeza del ladrón y le dijo: “esto es por el susto que le hiciste pasar a mi jefa”. Le explicó a los cuicos lo que había pasado y se fueron a levantar el acta.

NO TE MUEVAS, CAMINA DESPACIO

A Luís Ángel González se le fue el Ángel de la Guarda del susto que le puso un ladrón. Le dijo al Agente del Ministerio Público que fue al banco que se encuentra en la avenida Madero a dejar un depósito de 80 mil pesos, eran las 10 de la mañana y misteriosamente lo estaban siguiendo.

Ángel caminaba mirando para todos lados, escuchó una voz y sintió que le picaban la joroba: “Muévete, sigue caminando, si gritas o volteas a verme te meto un plomazo. Dame el dinero que sacaste del banco”. Ángel, espantado, le dijo que no sacó nada, que fue a depositar. Eso enfureció al ladrón que le picó más la espalda, y se lo llevó por la calle 5 de febrero en la avenida Revolución. Le pidió que le diera todo el dinero que llevaba, Ángel le entregó el portafolio, le dijo “es todo lo que traigo”, el ladrón le quitó el celular y le pegó con la pistola en la cabeza, después le gritó “si volteas a verme te desmadro, cuenta hasta 5 mil y luego te vas”.

El ladrón se fue como si nada, mientras Ángel comenzó a contar, llegó hasta el dos mil y al ver que no estaba corrió buscando a la policía que lo auxiliara, pero no encontró a nadie. Caminó al Banamex y estaba un gendarme en la puerta, le dijo que no es el primero que madrean. Llamó al 066 y anduvieron buscando al ladrón, pero al no encontrarlo se lo llevaron a poner su queja, se regresó a avisarle a su patrón que no pudo depositar porque le quitaron el dinero.

OTRO TAXISTA

Jorge Campos, taxista de profesión, conducía su taxi pensaba en voz alta que con estos fríos no dan ganas de trabajar. Como a las 3 de la tarde pasó a una tienda a tomarse una chela, ahí encontró a su pariente y se siguieron de filo.

Como a las 8 de la noche se despidieron y se fue a comer unos tacos al pastor, para bajárselos se tuvo que empujar otras cervezas, y se fue para su casa hasta las chanclas, no sabe ni cómo llegó a la colonia Mórelos, ni saludó a su vieja y se quedó como niño dormilón.

Como a la media noche se le había bajado la peda y no se acordaba dónde había dejado el coche, su vieja le dijo que había llegado a pata. Trataba de recordar dónde lo había dejado, salió de su casa y no estaba, regresó a donde comenzó a chupar, y luego fue a la taquería y lo buscaba todo el camino tratando de recordar algo. Regresó a su casa y se recostó un rato, ya por la mañana fue a ver a su pariente, le contó lo que le había pasado y éste le ayudó a buscarlo en toda la colonia calle por calle; por completo se le había borrado el casset y no recordaba nada.

Fue a ver a Don Jaime, el dueño del taxi, le contó lo que había pasado, Don Jaime le mentó la madre y por poco lo agarra a patadas, lo amenazó que si en 24 horas no entregaba el coche lo iba a meter al bote por borracho. Omar llegó como perro, con el rabo entre las piernas, al Ministerio Público para denunciar el robo del taxi, pero no sabe dónde se lo robaron.                                                                        

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