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UN INFIERNO BONITO

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SALEN VOLANDO LOS TAMALES

Un automóvil corría a toda máquina, conducido por una mujer. De pronto, le agarró la mano el chango y chocó con un poste, donde estaban dos señoras vendiendo tamales, y salieron volando con todo y bote.

 

Las dos mujeres se salvaron por un pelito de rana, sólo las aventó, resultaron golpeadas, no ameritaron que las llevaran a un hospital, estaban muy espantadas, desgreñadas y raspadas. Dijeron que vieron a la calaca cerquita. Les dijeron los socorristas que no fueran a tomar agua porque se hacían panzonas de por vida.

Pero les voy a contar lo que pasó para que estén enterados y no anden preguntando al que no sabe. Dos señoras estaban sentadas, vendiendo tamales en un puesto que tienen cerca de la carretera, en la calle Reforma Agraria, entronque con la carretera México-Pachuca, a la altura de un kínder que está en Santa Matilde, como a las 9 de la mañana.

Las autoridades de seguridad pública dieron a conocer que un automóvil marca Fiat, color gris, con placas de circulación HNV-1080, conducido por una mujer de 53 años, se impactó con un poste y, sin control, se llevó de corbata un puesto y a las vendedoras de tamales, dueña y compradora.

Las víctimas fueron identificadas como Yolanda González Santa María y Nancy Delgado González, de 48 y 23 años, respectivamente, quienes fueron atendidas por los socorristas de la Cruz Roja, y les ayudaron a juntar los tamales que se regaron, dejando el bote todo desmadrado.

Se informó que en el lugar también estaban Agustina Sosa Vargas y Mirna Berenice Salcedo Becerra, de 28 y 38 años, respectivamente, a quienes apenitas les dio tiempo de brincar como ranas, pero también fueron atendidas por los de la Cruz Roja.

Quedaron mudas por el susto, cuando les hablaban, meneaban las manos, encogiendo los dedos. Los socorristas pensaron que les estaban echando sus cremas. El personal de la Coordinación de Seguridad se encontraba cerca del lugar y acudió a atender el choque, porque estaba en el suelo el poste, y de las cuatro mujeres, la que resultó más golpeada fue Yolanda González, vecina de la calle Maquinaria en la colonia Santa Matilde. Ella no tenía vela en el entierro, sólo estaba comprando tamales para desayunar, cuando le llegó el madrazo.

A ella sí se la llevaron a la clínica Intermédica porque los golpes no eran graves, pero duros. El coche accidentado fue remolcado al corralón y la causante del percance hizo un convenio de pagar todos los gastos y los tamales, así como el poste, por eso no fue detenida, y le dijeron que la iban a mandar a un curso de manejo para que no se acalambre.

 

ROBAN UNA PAPELERÍA

Irma Rojas dijo al Ministerio Público, que le dieron en la madre a su papelería, se llevaron una fotocopiadora, bolsas de todos tamaños, muñecos de peluche y mercancía de tocho morocho. Esto fue en el fraccionamiento Parque de Poblamiento, donde los vecinos no conocen a los policías porque nunca van por esos lugares. Muy triste y con ganas de chillar, les dijo que la papelería la atienden ella y sus hijos; el más abusado se encarga de abrir y cerrar, revisando que todo quede como la puerta negra.

La señora Irma no sabe que al que madruga Dios la ayuda, y la madrugaron. Explicó que tenía que salir a la ciudad de México a las 5 de la mañana, como vive a una cuadra de donde está su negocio, pasó a la papelería a dejar morralla porque luego sus hijos no tienen cambio. Al llegar encontró abierto.

Sintió que le echaron una cubeta de agua fría en la cabeza, y le salió por las patas. Se imaginó lo peor y entró a ver qué pez, descubriendo que la habían madreado los ratones. Chilló de coraje, se puso a hacer cuentas de lo que se llevaron, y dijo que fueron 14 mil pesos. Ni a México fue, se regresó a poner su queja, estaba que echaba chispas. Declaró que en estos días que los chavos entran a clases es cuando se venden los útiles escolares. Les pidió que por favor manden a la policía, sirve que los vecinos los conocen, y espantan a las ratas de dos patas. Dijo que ella no es mal hablada, pero en esta ocasión, con todo respeto, les mentó la madre a los ladrones.

 

LE TRANSARON SU MERCANCÍA

Josefina Guerrero caminaba como gorila con los brazos abajo, como si le pesaran las nalgas, con los puños cerrados y mirando para todos lados, dispuesta a soltar el madrazo a quien buscaba o al que viera sospechoso. Dio varias vueltas por el mercado Primero de Mayo, entraba y salía, se quedó unos minutos donde está el paradero de taxis, en la calle de Morelos.

Al ver a un joven que estaba de espaldas recargado en el poste de la esquina, la señora lo volteó y le dio un madrazo en el mero hocico, que lo tumbó al suelo, parando las patas. El joven, atarantado, miraba asombrado a la señora Josefina, que le ayudó a levantarse y le pidió miles de disculpas, lo confundió con uno que le robó una caja.

Como al golpeado no le paraba la sangre, llamaron a la policía y se los llevaron a la barandilla. Mientras lo curaban, a la señora la pasaron ante el Ministerio Público. Les comentó que llegó al paradero en un taxi, un joven parecido al que madreó, y le dijo que si le ayudaba a bajar 4 cajas de mercancía que traía en la cajuela, y ella le dijo que sí. Tenía que atravesar la calle porque en los portales pone su puesto de chácharas, y pasar cargando las cajas una por una; el joven le dijo que se las cuidaba.

La señora pasó 3 y cuando iba por la cuarta, ya no estaba, ni el joven ni la caja. Les preguntó a los que estaban tomando café en un puesto, y le dijeron que el muchacho se la había llevado. Dentro de la caja traía peines, moños y cepillos para el pelo, con valor de 3 mil pesos. Lo anduvo buscando y cuando bajo, clarito vio a quien se la robó, por eso lo desmadró; pero le pide disculpas, está dispuesta a pagarle sus dientes que le tiró, que comprenda que estaba muy furiosa porque le robaron su caja.

El muchacho dijo que se llamaba Alejandro Ramírez, vive en la calle de Ocampo, estaba esperando a su señora porque iban ir al centro de salud para que le sacaran una muela, cuando de momento sintió que lo voltearon y vio estrellitas, sintió la trompa como de puerco y no le paraba la sangre. En el reporte del médico legista, dijo que el golpe fue seco, porque no sólo le volaron una muela, sino los cuatro de enfrente y le rompieron las encías, que tardarán unos 15 días en sanar.

La señora Josefina le dijo al lesionado que le había de estar agradecido porque en el centro de salud tardan mucho en sacar una muela y no les ponen anestesia, y ella de un solo golpe lo hizo; además, ella le va a pagar la placa, y que todo quede bien, y nuevamente pidió disculpas. El MP dijo que si no se ponían de acuerdo, tendría que quedar detenida hasta que Alejandro se aliviara de sus lesiones. Ella dijo que estaba tan enojada, que agarró una piedra y con ella le pegó.

Firmaron un acuerdo y le dijeron a la mujer, que para la otra primero se fijara a quién le encargaba sus cosas, y no golpear a lo loco. Contestó que al que le encargó su caja tenía una camisa blanca y una cachucha. Dijo que eso le sirva de lección porque mejor hubiera dejado perder su caja que tiene un valor de unos 500 pesos, y ahora tiene que pagar mas de 5 mil, pero sin querer, hizo una obra de caridad, le sacó la muela de un madrazo, que ni sintió.

 

LE CAYERON LOS LADRONES

Don Juan Sánchez López, de 80 años, tiene un changarrito en la calle Argentina de la colonia Maestranza, vive con una hija, que trabaja toda la mañana. El señor se queda solo, vendiendo refrescos, dulces y alimento chatarra. En la colonia lo conocen como Juanito, es un viejito muy simpático, camina como tortuga, y cada que ve una muchacha le avienta un piropo.

Ayer, cerca del mediodía, se tomó su copita de la hora del amigo, y minutos después, como no tenía clientes, se echó un coyotito. Por ahí pasaron dos amigos de lo ajeno quienes, al escuchar que roncaba como león enojado, entraron sin hacer ruido, cerraron la puerta, le pusieron un pañuelo en la boca para que no gritara, lo amarraron y muy tranquilos, se robaron todo lo que tenía.

Como a las 6 de la tarde llegó su hija, y gritó como Tarzan, cuando vio a su papá amarrado, lo desató, y el viejito no hablaba; como estaba encogido, lo jaló de los pies, y sonó como acordeón. Llamó al 066, y lo llevaron al Hospital General, donde en el Ministerio Público, la señora dijo llamarse Juana Sánchez Martínez, de 60 años, soltera, que trabaja en una cocina económica, en el centro, y deja a su papá solo en su changarrito, que solamente así el señor se distrae y no se enferma, que tiene años de hacerlo, y nunca le había pasado nada. Pide detengan a los culpables, que en esa cuadra hay muchos teporochos. Ella ve muy mal a su papá, y por su edad, tiene miedo de que se vaya con San Pedro.

 

VAMOS A VER SI ES CIERTO

Por fin la autoridad municipal decidió poner fin a los particulares que acostumbran apartar espacios en la calle, colocando diversos objetos para estacionar vehículos en la vía pública. Los agentes de la municipal pusieron en marcha el operativo limpiar la ciudad, quitando objetos colocados afuera de los negocios.

Los uniformados hicieron recorridos por lugares señalados por los ciudadanos como puntos efectivos de esas prácticas. Se llevaron a resguardo las cosas que ponen, entre ellos se encuentran letreros distintos, materiales, botes, sillas, tubos, bloques de cemento, cubetas de metal, rines para neumáticos.

Para cualquier denuncia, que se llegue a encontrar que no hacen caso, llamar al 066, y saldrán los uniformados a quitarlos; por primera vez serán avisados, la segunda se los llevan, y la tercera les pondrá una multa.

No vaya a pasar como con la venta de cohetes, que estaba avisado que ningún vendedor se pondría en todo Pachuca; desfilaron soldados, federales y demás uniformados, pero en todas las posadas y Año Nuevo, la calle Morelos lucía con vendedores de todas marcas y colores. Eso tuvo consecuencia, porque en la calle Galena, en El Arbolito, echaron un cohete bomba que al tronar, rompió varios vidrios, y del susto, a un señor de 90 años le dio un paro cardiaco. Ojala y los que apartan los lugares hagan caso a los uniformados, porque siempre se burlan de ellos.

gatoseco98@yahoo.com.mx