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UN INFIERNO BONITO

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LE QUISO HACER DE CHIVO LOS TAMALES

Un taxista de nombre Juan Meléndez, de 30 años de edad, era muy enamorado, presumía que era cumplidor con las “morritas” que se subían al coche. Su vieja se llama Sandra Pérez, de la misma edad, conocida en la colonia como “La Chata”; una mujer de pocas pulgas, cada que salía a trabajar su viejo, le decía que se portara bien, porque el día que le saliera con una babosada, lo capaba, no lo iba a dejar, porque están casados por las tres leyes. Pero como castigo, cada ocho días lo iba a llevar a un tugurio donde las viejas bailan encueradas.

 

Ellos vivían en la colonia Ampliación Santa Julia, en la calle de Ferrocarril Central, la señora tenía una comadre de nombre Cristina, hacía unos meses que había dejado a su marido porque lo cayó con otra mujer; él también era taxista y cada que lo ve le apedrea el taxi. Juan descansaba un día a la semana, pero siempre buscaba algún pretexto para escapársele a su mujer, porque se lo llevaba al mandado o lo tenía lavando y planchando la ropa, no lo dejaba salir; le había llegado el rumor de que andaba con una señora madura.

El día de ayer le contó a su mujer que el dueño del taxi le había cambiado el día de descanso por los miércoles, él se sentía un poco mal desde hace meses, le dolía la cadera, el cuajo y de tanto estar sentado manejando, se dio cuenta que se le estaba borrando la raya de la cola.

Tenía que hacer ejercicio, correr por lo menos unas dos horas, hacer sentadillas, mover las patas y las manos. Su señora le dijo que lo acompañaba porque también a ella, de tanto estar parada haciendo el quehacer y la comida, se le estaban haciendo las patas planas. Juan le aconsejó que no debería hacer ejercicios, porque se quejaba de la vegija, y se le fuera a caer o se le iban a ir los ovarios chuecos por correr, que lo esperara y que por la tarde la llevaba a dar una vuelta a donde quisiera.

Por más que la señora se quería pegar, él buscaba algún pretexto para no llevarla, porque tenía una movida. Había quedado con una greñuda de llevarla a conocer los paisajes del Chico. Para eso ya le había pedido prestado el coche a un compañero, pero cuando llegó al trabajo, cambiaron los planes, le dijo el dueño del taxi que era el día del cumpleaños de su mujer, que la llevara a un restauran y ahí lo esperaran.

Al día siguiente Juan, mejor conocido entre los taxistas como “El Muñeco”, se levantó temprano, se bañó, se cambió, se echó perfume y se despidió de su vieja, que lo paró en seco, le preguntó que porque iba bien arreglado, Juan le dijo que iba a pasar a la casa de su patrón porque era cumpleaños de su mujer, le había comprado un regalo y en una petaca llevaba sus pants y los tenis para irse hacer sus ejercicios.

La señora se lo quedaba mirando fijamente que hasta lo chiveaba, se salió y Sandra se quedó con la espinita clavada. Llegó su comadre Cristina, le platicó que tenía que ir al centro, que si no la acompañaba, le contestó que la esperara un minuto mientras se daba una manita de gato, al fin que su señor se había ido a hacer ejercicios y llegaba tarde. Salieron las dos comadres, fueron por el centro, pasaron por un restauran y la señora Sandra se quedó parada y luego se siguió, le dijo a su comadre que se fijara quién estaba en la segunda mesa, Cristina pasó y miró de rabito de ojo y le dijo que era su compadre Juan.

Se metió al restauran, se paró frente a ellos, tomó los platos y se los aventó en la cara a la mujer, la jaló de las greñas que la tumbó con todo y silla, Juan quiso decirle que era la mujer de su patrón pero recibió una patada en los bajos que hasta las lagrimas se le salieron, y sobre ellos no dejó de darles de patadas a lo loco, hasta que llegaron los policías, la sacaron cargando; a los heridos se los llevaron al Hospital General, a Juan le había abierto la cabeza con una jarra con agua. La señora quedó encerrada en la barandilla hasta saber cómo evolucionaban los heridos.

Al día siguiente, Juan, todo golpeado, la fue a ver a las mazmorras de la barandilla, le dijo que la había zurrado por que a la que le pegó era la esposa de su patrón, como el señor anda arreglando en gobierno el trasporte metropolitano, le dijo que fueran al restaurant y ahí lo esperaran, que si se tardaba desayunaran y después iba por su mujer. “La señora está muy grave, el patrón ya me corrió del trabajo y levantó el acta por lesiones en tu contra y no vas a poder salir ni con caución, para que se te quite lo desconfiada, ahí te quedas”.

Sandra le dijo que le echara la mano, que no fuera gachupin y que la perdone, los celos la cegaron. Pero Juan ya no la escuchó y se fue a ver a sus hijos, y se los llevó a su jefa, porque su vieja se va aventar algunos años por gandaya; mencionó que primero se investiga y luego se pega y que ella actuó como los policías municipales, primero pegan y luego investigan.

 

UN JUBILADO FUE ASALTADO POR SU VIEJA

Lo despojó del su dinero que le dieron de su jubilación, era una cantidad de más de 50 mil pesos, todavía le dio una madriza que parece que lo había arrollado el Tuzobús. Esto es para que si usted se llega a jubilar, solicite un escolta para que lo acompañe a recibir el cheque y luego a cobrarlo.

Delfino Garrido Ibarra, de 56 años de edad, ya estaba cansado de trabajar como burro y decidió jubilarse, le había contado a su vieja sus propósitos y le andaba siguiendo los pasos para que no se gastara el dinero; después de un chorro de problemas que tiene un jubilado con Afores, Infonavit, que a pesar de que le quitan una lana, lo traen como calzón de mujer mala, para arriba y para bajo.

Hasta que al fin logró que le dieron su dinero, un cheque por 58 mil 500 pesos, por más de 30 años de antigüedad. Guardó su cheque en la bolsa de la camisa y cada rato lo sacaba para mirarlo, no sabía qué iba a hacer con el dinero, por momentos fue el hombre más feliz del mundo porque se iba alivianar, pero al salir de la Secretaría del Trabajo, donde se lo dieron, llegó su vieja. Sin darle tiempo de montar en su caballo, recibió un madrazo en medio de los dos ojos, que cayó parando las patas, la mujer le quitó el cheque y se echó a correr, dejándolo gritando como loco que lo habían robado. Se levantó y corrió a buscar una camioneta patrulla de la policía, les dijo que su mujer le había quitado un cheque que le dieron por su jubilación.

Dijo que su vieja se llama Socorro Alvarado, de 46 años de edad, quien se peló a toda máquina sin saber por donde. El comandante le dijo que no había Pez, que le diera los datos y cancelarían el cheque, pero que lo acompañara ante el Ministerio Público a poner una denuncia por robo.

Le contó al Ministerio Público cómo había estado la movida, que como a las 11 y media de la mañana en el interior de las oficinas de la Secretaría del Trabajo, que se encuentran sobre el boulevard Ramón G, Bonfil, le entregaron un cheque por la cantidad de 58 mil 500 pesos por su jubilación.

Dijo que estaba muy contento de tener toda esa cantidad junta y lo guardó en la bolsa de su camisa, para que no se lo fueran a robar. Saliendo de ahí encontró de frente a su esposa que ya lo estaba esperando, y sin decir palabras se lo sonó y se lo quitó. Comentó que le dijeron unas personas que estaban cerca del lugar, que una mujer chaparra, greñuda, se subió en un coche rojo.

Explicó que no pudo hacer nada, lo descontó y lo dejó tirado. Le dijeron que por medio del personal de la mencionada dependencia, dieron instrucciones para que de inmediato fuera cancelado el cheque, y que su mujer no lo podría cobrar. Pidió que le prestaran una escolta, pero le dijeron que no hay, todos están ocupados.

 

OTRA VEZ EL TUZOBÚS

Al momento que intentaba cruzar un tramo de la avenida Juárez, a la altura de la Villita en Pachuca, la tarde del sábado, a una joven mujer se la llevó de corbata el Tuzobús; el operador fue detenido por los gendarmes de la policía municipal.

Alma Delia Osorio Flores, de 24 años de edad, es la agraviada que fue trasladada a una clínica particular, donde los médicos dijeron que tiene una seria lesión en la cabeza. El accidente ocurrió como a las dos de la tarde con 30 minutos, la joven fue auxiliada de emergencia por los paramédicos del Cuerpo de Bomberos, y la llevaron a la clínica más cercana.

Al conductor del autobús Mercedes Benz, número de placas 026-634-G, del sistema Tuzobús, Ernesto Sánchez Bautista de 47 años de edad, se lo llevaron al tambo, para los trámites legales. El personal de tránsito dictaminará su situación, si fue culpable o inocente, pero por lo mientras se mamará toda la semana en el bote, y lo despedirán del trabajo.

 

MAESTROS EN EL ROBO

A dos jóvenes (uno menor de edad pero es toda una cajita de Pandora, creo que se dedicó al robo desde que nació, es especialista en robos, asaltos a transeúntes, a comercios, a tiendas, autobuses, y casas habitación, también arrebata celulares), los cachó la policía de Tizayuca, Hidalgo, en el momento que asaltaban y le quitaban sus pertenecías a una mujer que caminaba en la calle de Morelos.

El ladrón menor de edad tiene 15 años, vive en la calle de Volcanes 669 colonia Presa, en la Delegación Gustavo A. Madero en el Distrito Federal, portaba en su mano derecha un cuchillo, y en la bolsa derecha un billete de 50 pesos.

El otro ladrón se llama Jesús González Flores, de la colonia Lázaro Cárdenas de Tlalnepantla, Estado de México, también se le encontró un cuchillo de 30 centímetros, un billete de 100 pesos y monedas de diferentes denominaciones, y un juego de llaves. Un vecino vigilante le dio el pitazo a la policía, que llegaron y se bajaron con sus escopetas bajo el brazo, se les echaron a correr y los siguieron hasta alcanzarlos.

En el lugar encontraron a una señora muy espantada, con todos los pelos parados, pálida como pambazo, no podía hablar por el susto, movía las manos como “Clavillazo”, le dijeron que se calmara; le sobaron el lomo y les dijo que las dos personas le habían quitado su dinero, uno le puso el cuchillo en el pescuezo y el otro por el ombligo.

Se los llevaron al bote y ahí confesaron todas sus fechorías que habían hecho, robos, asaltos, se metían a las casa; cuando subían a un autobús y los pasajeros se ponían roñosos que no querían soltar las cosas, los picaban en la barriga. También dijeron que se dedicaban a la compra-venta de droga. A un gendarme le quitaron la macana, a una mujer policía la violaron; total que eran unas fichitas.

gatoseco98@yahoo.com.mx