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UN INFIERNO BONITO

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VIERON A LA CALACA

La muerte por poquito se lleva a cuatro trabajadores de la construcción, al mediodía de ayer, en el centro de la ciudad de Pachuca al inhalar polvo de loseta combinado con el humo de la máquina cortadora que utiliza gasolina, pero los salvó la campana porque llegaron los cuerpos de socorro y los salvaron.

 

Según dijeron que se habían intoxicado por trabajar en un cuarto sin ventilación, dos de ellos perdieron el conocimiento, los otros dos haciendo bizcos y caminando como borrachos, salieron a pedir auxilio mediante el 066, que sin pérdida de tiempo llegaron a salvarlos en la calle de Matamoros, a unos pasos de donde se encuentra el Reloj Monumental, según dicen que se movilizaron técnicos de Urgencias médicas, Protección Civil y la Cruz Roja de Pachuca.

Luego de que los rescataron, les brindaron atención médica para reanimarlos, y fueron llevados al Hospital General donde, horas después, estaban como nuevos.

Los hechos ocurrieron en la negociación “Casa Marco” que se encuentra en la calle que ya les dije, como a las 12 y media de la tarde. Se informó que Andrés Alfaro Jiménez, de 18 años fue trasladado por Protección Civil, José Andrés Oliver Soto, de 18 años, del municipio de Huasca, Vicente de la Cruz Martínez y Orlando Lino Hernández, de 25 y 31 años, son originarios de Xocolotla, Estado de Veracruz.

Los cuatro comentaron que se pusieron a trabajar cortando loseta, entre otras actividades, debido a que no se encontraba ventilado el lugar por haber un local con cortina, hubo demasiado polvo, acumulando el monóxido de carbono y al mismo tiempo despedían polvo muy fino. Eso ocasiono que dos de ellos no aguantaran y cayeran dando el mulazo, parando las patas. Pero dijeron que por la ayuda se salvaron, uno de ellos dijo que habían visto a la calaca de cerca.

 

LE ROBÓ SU COMPUTADORA

Arturo Casas Mendoza llegó muy triste ante el Ministerio Público a denunciar el robo de su computadora. Esperaba un cliente para hacerle un presupuesto en una oficina que se encuentra en la avenida Juárez, la computadora es de la empresa, muy costosa, iba adentro en un portafolios negro, estaba en la recepción un señor de traje negro, le dijo a la señorita que le cambiara un billete, le dijo que no tenía.

Se fue a sentar junto a él, le dijo discretamente que tenía una mancha muy visible debajo de la bragueta de su pantalón, como que se hubiera orinado, le dio un clinex para que se limpiara, al ver que no se le quitaba la mancha, le dijo que fueran al baño y usara agua, que él lo acompañaba.

Los dos dejaron sus portafolios, que eran muy parecidos, se los encargaron a la recepcionista y fueron al baño. Le dijo que le echara agua a la mancha y le tallara. Mientras le iba a traer un pañuelo que llevaba en el portafolios. Arturo le talló con ganas, y esperaba al acomedido, al ver que no llegaba, salió, agarró su portafolios y camino por el sol para que se le secara la mancha.

Al salir se dio cuenta que su portafolios pesaba más, lo abrió y tenía directorios telefónicos, se regresó y le preguntó a la señorita, le dijo que el otro portafolios se lo había llevado su amigo. Comprendió que le habían dado en la madre con su computadora, por eso fue a poner su queja, dijo Arturo trabaja en la Secretaría de Ganadería, Recursos Naturales y Pesca. Le vieron la cara de buey.

Dijo que el que se la robó era un tipo alto, prieto, cabello chino, tipo jarocho, que el robo fue como a las 11 de la mañana, que después se buscó la mancha que le dijo y solo le quedó otra más grande, que parece que se había orinado, pide que lo agarren y le devuelva la computadora porque se la van a descontar al doble, y además tenía información privada.

 

LOS AMIGOS NOVIOS

Juan Barrera Hernández, de 19 años y Armando López Pérez, de 20, eran dos grandes amigos que se querían como hermanos. Rentaban un departamento en la avenida Universidad 1132, pero su amistad terminó cuando se aventaron un trompo. Este fin de semana como lo hacían siempre, invitaron a puro machín con cara de puñal, corrió el vino y se pusieron hasta la madre.

Bailaban unos con otros y hacían mucho escándalo, los vecinos estaban enojados porque no los dejaban dormir y los criticaban que eran de jotolandia. Armando salió al patio a echar una mirada porque el baño estaba ocupado, se le hicieron los ojos cuadrados cuando vio a Juan que estaba abrazado con uno de los invitados.

Muy furioso, haciéndole reclamos, ya ni la amolaba, que respetara la casa, le dio un aventón, que cayó de sentón mordiéndose la lengua, que por poco y se la mocha. Juan se levantó tapándose la boca, deteniéndose la sangre, se metió a la casa, Armando iba tras él cajeteándolo, al ver que no le hacía caso, le quebró un florero en la cholla, que lo acabó de amolar.

Los de la fiesta al verlo más bravo que un león, se salieron hechos la mocha. Juan no podía hablar y con la mano le mentó la madre a Armando. Eso lo puso más furioso, fue a la cocina, sacó un cuchillo cebollero y le dio un piquete en las nalgas, que por poco le atina, solo le hizo un agujero en un glúteo, de 10 centímetros. Por el escándalo mandaron a llamar a la policía, quien pidió la ambulancia y lo trasladaron al Hospital General, mientras le cosían la cabeza, la lengua y las nalgas, a señas acusaba a su ex amigo ante las autoridades.

 

UN ÁRBITRO MADREADO

Tiene una semana que se terminaron todos los partidos de futbol en torneos de colonias, barrios, por las posadas, algunos ganaron trofeos, copas, y además que cada partido de futbol los jugadores salen madreados o también la porra entra a las mentadas de madre.

Pero dos equipos se quedaron picados porque empataron y andaban buscando un árbitro para echarse el desempate fuera de programa. En fin de semana contraron a una árbitro a que fuera a un partido en la cancha de la colonia Piracantos.

Les puso miles de pretextos para no ir porque esos partidos son un verdadero desmadre. Le ofrecieron una buena lana por arbitrar un partido de cuates, lo convencieron y fue, pero esta vez se pasaron de lanzas.

Le partieron toda la madre al árbitro Víctor Manuel Martínez, quien silbaba el partido en la colonia Piracantos. Todo era normal, en la cancha corrían como locos tras el balón, para allá y para acá, atrás corría sin parar el árbitro, como todo profesional, echando ojo de chícharo para marcar una falta. De momento uno de los jugadores entró con los tacos por delante y el árbitro siguió la jugada, fue legal la barrida.

El jugador se levantó revolcado, sobándose la pata y brincaba como chapulín. Le dijo al árbitro que esa falta era de tarjeta, no le hizo caso y siguió corriendo. El jugador número 9 de Piracantos, de nombre Raúl Moreno Nava, le dio un cabezazo al árbitro, que cayó de nalgas, se fue para atrás y las patas paró, se tragó el silbato, se estaba ahogando, otro de los jugadores lo jaló del cordón y se lo sacó, el árbitro comenzó a sangrar abundantemente. Mientras que el agresor le mentó la madre, se quitó la playera y se expulsó solo. El árbitro apenas pudo silbar el término del partido, fue al Ministerio Público a quejarse de la agresión en contra del jugador que lo madreó, y no podrá silbar durante mucho tiempo, va a llevar la cédula ante la comisión disciplinaria para que al que le pegó, lo castiguen mil partidos, pero no lo harán valido porque era fuera de temporada.

 

SE LE APARECIÓ EL DIABLO

Doña Inés Hernández Pérez se paseaba de un lado a otro, como león enjaulado, puso de nervios a uno de sus hijos, que le dijo que se sentara y le rompió el hocico. Se asomaba por la ventana y entre dientes le mentaba la madre a su viejo borracho que se había pasado de listo y no llegaba a su casa.

Mientras pasaban las horas, más furiosa se ponía, mandó a sus hijos a dormir sin cenar y agarró un palo grueso y se sentó en el escalón a esperar al angelito. Escuchó las 12 de la noche, y más se le pararon los pelos del espinazo. Don Tomás no se iba a escapar de una madriza por parrandero. Cuando lo vio que llegaba le dio un palo en la mera chiluca, que hizo bizcos y cayó como regla. El madrazo se escuchó hueco, que espantó a los perros de la vecindad, y lo dejó noqueado. Los vecinos pidieron ayuda a la Cruz Roja, se lo llevaron al Hospital General con la cabeza rajada.

Horas después de haberle cosido la cabeza y poner sus ideas en orden, dijo al Ministerio Público que en su trabajo le dieron la noticia de que uno de sus compañeros se había muerto y saliendo del trabajo fue al velorio, cuando llegó a su casa, su vieja lo recibió pegándole con un palo. Que ellos son testigos que estaba en su juicio y pide castigo para se despiadada vieja, que ni tiempo le dio de explicarle el por qué llegó tarde. Que la pueden encontrar en el callejón de Peñuñuri 100, barrio El Arbolito, porque el ya no piensa regresar a su casa.

 

SE AHOGÓ UN CHAVITO

Estaban en la fiesta moviendo el bote, y por descuido un niño se cayó dentro de una cisterna, andaba jugando con una pelota. Es muy triste dar a luz este tipo de nota, pero también es necesario para que sus padres no descuiden a sus hijos, que se diviertan pero estén con un ojo al gato y el otro al garabato.

Mientras los adultos se divertían echando parada loca en el baile, que estaba de pelos, ya que se celebraba una boda, lo dejaron solito y murió ahogado. Nadie se dio cuenta hasta mucho después.

Pasó un buen de tiempo y sus padres lo buscaron junto con otros familiares, porque tenían rato que no lo venían, y lo encontraron flotando en una cisterna, dieron comienzo los gritos, chillidos, y salió “El Hubiera. Lo hubiéramos cuidado, hubiera estado con nosotros, no lo hubiéramos dejado solo”.

Los uniformados recibieron la noticia por medio del C-4, que en la comunidad de Orizabita, perteneciente a Ixmiquilpan se encontraba el cadáver de un niño de 3 años, quien identificado pero por razones legales, no podemos decir su nombre; de acuerdo con la investigación, el pequeño jugaba mientras sus padres estaban moviendo la nalga al ritmo de la música, pero accidentalmente cayó en la cisterna, de donde rescataron el cadáver.

Los familiares del menor solicitaron a las autoridades dispensara la necropsia de ley, manifestando que fue un verdadero accidente.

gatoseco98@yahoo.com.mx