LES CAYÓ UN SUPERVISOR ESCOLAR
Se informó por medio de las autoridades que en la escuela de la colonia La Cruz, del municipio de Tulancingo, Hidalgo, el director de la escuela le había dicho varias veces al profesor Onofre, de 54 años de edad, que ya no llegara tarde, que no faltara ni perdiera el tiempo platicando porque de un momento a otro les iba a llegar un supervisor.
Le contestaba que no se preocupara, que cuando llegara se lo llevara a su salón, para demostrarle que sus alumnos son muy aplicados, saben más que un alumno de la secundaria. Todos los días le decía lo mismo y no le hacía caso. El viernes pasado llegó el mencionado supervisor a la escuela, saludó al director, le comunicó que iba a saber cómo iban los alumnos de la zona comenzando con la escuela que tiene a su cargo.
El director le explicó que muy bien, que lo acompañara al grupo de quinto año. Llegaron y el profesor lo recibió muy bien, el director los presentó y le dijo “Tenemos lo mejor en conocimientos de todas las materias que llevamos, así que hágales cualquier pregunta a los alumnos”.
El supervisor miraba y los niños se hacían los disimulados para que no les preguntaran, se escondían uno con otro. Se quedó mirando a un niño gordito que estaba en primera fila y le dijo “A ver niño, ¿Quién le quemó los pies a Cuauhtémoc?”
El niño se puso colorado haciendo pucheros y le contestó “Yo se lo juro por Dios, que yo no fui”. El inspector de zona le dijo al maestro “¿Qué pasó con eso profesor?”, sonriendo le contestó “Mire, en primer lugar, no permito que ningún niño traiga cerillos a la escuela, aparte de eso conozco a la familia del alumno y no lo creo capaz de que él haya sido”.
El inspector de zona mirando al director molesto le dijo, “¿Y Usted qué me responde?, el director muy firme le contestó “la verdad maestro, yo le prometo hacer una investigación a fondo y si comprobamos que el niño es el culpable lo voy a sentir mucho, pero lo vamos a expulsar de la escuela”.
El supervisor movió la cabeza y les dijo “esto es el colmo, van muy atrasados”, el profesor le preguntó que cuál era su pez, le tiró un golpe, se le fue encima, los dos cayeron al suelo dándose golpes hasta por debajo de la lengua. El maestro estaba enojado, lo agarró del pescuezo, le apretó el gañote y le dio de madrazos en la cara, en el pecho y en la espalda.
El superviso se le escapó y salió corriendo de la escuela y fue a poner su queja ante el Ministerio Público.
MADREÓ A SU NOVIA EN UN BAILE
Por no llevar el paso y no moverse al ritmo de la música, una joven mujer recibió unos madrazos de parte de su novio, le dijo que se pusiera buza y moviera la cola conforme va la música, que lo estaba quemando porque lo conocían como el mejor bailarín del pueblo.
Pero vamos a ver cómo sucedió todo esto, porque la dejó desmadrada. Los hechos sucedieron el sábado pasado cuando fueron invitados a una fiesta en el auditorio Ventoquita, del municipio de Santiago Tulantepec. Llegaron como a las 3 de la tarde, la novia se llama Dulce María Mendoza de 24 años, y el novio José Luis Pérez Hernández, mejor conocido como “El Dano”.
Después de comer se aventaron una cubas, el conjunto comenzó a tocar una cumbia, todos los invitados se pararon a mover el esqueleto, ellos no se quedaron atrás, cuando terminó la pieza “El Dano” le reclamó que había bailado de la patada, parecía que estaba entumida o le pesaban las patas, esa música es para relajarse, echar estilo, mover las nalgas.
Ella le dijo que no le gustaba bailar música de cabaret, donde se hacen encajosos y les dan sus raspadas; le dijo que era una torpe, se equivocaba en los pasos, la chamaca no le contestó.
Comenzó de nuez la música y la dejó parada y le dijo “Fíjate como se baila”, sacó a bailar a otra muchacha que estaba en otra mesa y se movía como títere, Dulce María se enojó y se salió del salón, él dejó de bailar y fue por ella, la jaló de las greñas y le dijo que qué ondas, con él llegó y ahora con él se iba.
La muchacha le dijo que era un baboso creído, más tardó en decírselo cuando le dio un golpe en la cara, que la mandó de nalgas al suelo, la levantó y la paró, le dio una cachetada y la jaló para meterla a la fiesta, la joven se le zafó y corrió, la alcanzó y comenzó a golpearla; una señora que estaba en la fiesta sacó la cara por ella y le dijo al “Dano” que era un cobarde.
La señora sacó una navaja de su bolsa y José Luis le mentó la madre, le dijo que a ella qué le importaba, la mujer le tiró el navajazo que le pasó rosando el ombligo y se fue mentándoles la madre a las dos. La señora le dijo que la acompañaba a su casa, y se fueron en un coche.
Cuando entró, sus padres le preguntaron si había anotado las placas del camión que se la llevó de corbata, llorando les contó lo que había pasado y la acompañaron a que fuera al Ministerio Público de Tulancingo a levantar un acta en contra del golpeador.
Le dijo al Ministerio Público que tenían una semana de conocerse, se hicieron novios, el maldito se llama José Luis Pérez, tiene 29 años, es alto, moreno y usa una arracada en la oreja izquierda. Comentó que no sabe dónde vive, ni quién fue la madre que lo parió, pero lo pueden localizar en la calle uno de abril del municipio de Santiago Tulantepec. Le dijo el agente social que para que no le vuelva a pasar, que se enseñe a bailar.
Le explicó que es una muestra clara de las agresiones hacia las mujeres y ahora no sólo lo hacen con sus viejas, si no con las novias que sufren maltrato, pero que no se preocupe, que cuando esté encerrado lo harán bailar muy bien los agentes.
DE UNA PACHANGA, UN DESMADRE
Muy felices festejaban unos quince años en el Auditorio del municipio de Zempoala, la música se escuchaba a toda madre y las parejas movían el bote con estilo, cada quien bailaba como se le antojara o como sabía.
De pronto llegó una pandilla llamada “Los piojos Duros” que se metieron a huevo, a los familiares de la festejada no les gustan los gorrones y los sacaron a punta de madrazos.
José Manuel Osorio Rodríguez de 23 años, era el cabecilla de todos los babosos, sacó una pistola y disparó a lo pendejo, con riesgo de escabecharse a alguno de los de la fiesta. Los invitados corrieron a esconderse, se escuchó la voz de “Sálvense quien pueda”. Los familiares de la quinceañera no les tuvieron miedo y se dieron de madrazos. El escándalo, y algún chismoso, corrió la noticia de que se estaban madreando, llegaron los policías.
Los gorrones al ver que estaban armados hasta los dientes, se echaron a correr rumbo al cerrito, José Manuel sacó de nuevo su pistola y disparó a una de las patrullas, que perforó la portezuela y le dio un balazo en una pierna al policía que manejaba, no llevaba pantalón anti-balas. Se echaron a correr como conejos pero los policías ya se habían fichado a quien le dio el balazo a su compañero, y cuando lo tenían cerca le dispararon en las patas, le atinaron porque se cayó y ya no se pudo levantar. Sus compañeros se entregaron y a madrazos se los llevaron a los mal paridos, que quedaron detenidos y recogieron una pistola Coltl 38 especial. A los dos heridos los trajeron a Pachuca al Hospital General y 10 gorrones y una vieja, entre los 17 y 23 años de edad, quedaron detenidos. Tengan cuidado porque en cualquier fiesta no faltan los gorrones.
PARA ACABARLA DE AMOLAR
Oscar Arce Ramírez manejaba muy tranquilo por la calle de Guerrero con su vocho color rojo, se le atravesó una agente de Tránsito que por poco se la lleva de corbata, frenó bruscamente para no machucarla y por un pelito le da un madrazo el coche que venía atrás. Se le acercó la oficial de tránsito y le dijo: ¡Su cinturón de seguridad caballero, póngaselo!
A Oscar se le comenzaron a erizar los pelos del lomo, le dijo “lo traigo puesto, de lo contrario ahorita que frené me hubiera dado un calaverazo en el vidrio ¿quiere verlo? El cinturón no se le notaba porque llevaba camisa negra, pero la oficial lo tiró de loco y por el radio llamó a sus compinches que llegaron en dos patrullas, la número 1794 y a la otra no le vio el número. Les dijo la Oficial que el chofer se le echó a las barbas, los oficiales de la patrulla le dijeron que levantara la infracción, con la boca abierta y enojado se los quedaba mirando pero ni lo pelaban. Después de recogerle los papeles del carro, le entregaron la tarjeta de circulación con la multa y se quedaron con la licencia. Los oficiales le dijeron ¡siga su camino y póngase el cinturón de seguridad o de lo contrario nos lo volvemos a enchufar!
Casi a punto de llorar por el coraje, el conductor leyó la infracción y no le entendía nada, dijo que su niña, que está en segundo año, escribe mejor que la de tránsito. Llegó por ahí un conocido y le preguntó que qué alegaba con la policía, Oscar no aguantó en decirle “Hijos de toda su vieja madre, me cae que traigo el cinturón, mira, o a lo mejor se referían al cinturón de mi pantalón, pero ese es de resorte por eso no traigo. Que arbitrarios son los policías, lastima que no traje a mi vieja, si no le hubiera rajado la madre a la tránsito”.
EN REAL DEL MONTE
Un guatemalteco disfrazado de nahual y cuatro menores de edad estaban muy entrados fumando marihuana en pleno centro del pueblo, al medio día. La policía les cayó como abonero en quincena y se los llevó por fumar hierba. Juan Carlos Pérez ortega de 21 años, de nacionalidad guatemalteca, les dijo a las autoridades que sólo se estaba echando un cigarrito para el frió que hace en el Real, que todavía no se acostumbra al clima y a los muchachos los invitó para que se les amacize el cuajo. La policía lo mandó a la goma y los trajeron a Pachuca, porque dicen que ya lo tienen apuntado en la lista negra, por ratón y asaltante de mineros.
Cuando llegaron a la Procuraduría, los pasaron a la bascuala y les encontraron una pipa con papel blanco, dos envoltorios de hierba verde, una cajetilla de cigarros, un cigarro de marihuana y tres estampitas del Hombre Araña.
Fue puesto a disposición del Ministerio Público Federal, y los menores fueron llevados al tutelar para menores.
El guatemalteco quedó encerrado por sonsacador, y dejó dicho el ayuntamiento que ya lo han deportado varias veces a su país, pero se regresa, quiere hacer la lucha como la hicieron los españoles, los ingleses y los gringos; dijo que Pachuca no le gusta porque hay muchos argentinos. Pero aunque no quiera se va a quedar un buen rato en la sombra, que le va a caer a toda madre para contar en su país que estuvo en un pueblo mágico.
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