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UN INFIERNO BONITO

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EL TRANZA NÚMERO UNO

Arturo Zamora Castro es más tranza que su madre, ha engañado a varios paisanos robándoles sus coches y pagándoles con cheques sin fondo. En las últimas horas le ha robado a dos tipos que lo andan buscando; pero lo van a encontrar el día del juicio porque ni la policía ha podido dar con él. El que está enojado es Don Apolinar González, de 55 años de edad, que le vieron la cara. Dijo al Ministerio Público que el día de ayer por la tarde se le presentó un hombre chaparro y le preguntó que en cuánto vendía su carro, que como está enano le gustan los grandotes y se había enamorado de su Gran Marquiz, modelo 84.

 

Don Apolinar aceptó, se lo vendía en 26 mil pesos, Arturo sin protestar le dijo “Sobres, lo compro. Hágame la carta de responsiva”. De inmediato Don Apolinar se puso en friega escribiendo y firmando, Arturo le explicó que le iba a dar un cheque por 27 mil pesos, Don Apolinar le contestó que ni madres, solamente de contado peso por peso, como la Bartola. Arturo le suplicó que no desconfiara de él, que le diera el carro, y que le entregara los papeles hasta que cobrara el cheque, Apolinar le dijo que no. Arturo seguía insistiendo “Le estoy dando mil pesos de más”, Don Apolinar confió en el chaparro, le dio el carro. Al día siguiente que fue a cobrar el cheque, al señor se le doblaron las patas cuando le dijeron que ese cheque era robado. Fue a poner su queja al Ministerio Público, que lo ayuden a buscarlo porque le iba a dar en toda su madre.

Pasaron días, y por otro lado Juan Ramón Ávila, trabaja la herrería, estaba lavando su camioneta Nissan en la calle de Flores Magon 203 de la colonia Francisco I. Madero, llegó Arturo Zamora Castro y le preguntó que cuánto quería por su camioneta, Juan Ramón le contestó que la estaba dando barata porque necesitaba una lana, que la vendería en 36 mil pesos, Arturo le comentó que le parecía muy bien el precio, que hiciera el contrato de compra y venta.

El chaparro le dijo que le iba a hacer un cheque por la cantidad, fue cuando Juan Ramón brincó como chivo y se molestó, que le hubiera dicho antes para no hacer el contrato. Arturo le dijo que no desconfiara de él, que era el santo de su vieja y le iba a regalar la camioneta, que aceptara el cheque y mañana lo esperara y juntos lo iban a cobrar, que vivía en la calle de Doria número 110, junto a la Tintorería Modelo, que no fuera gacho, que le dejara la camioneta que su vieja se iba a poner muy contenta. El herrero vio la alegría que se reflejó en los ojos del chaparro cuando le dijo que era el regalo para su vieja y le dijo que se llevara la camioneta.

Al día siguiente lo estuvo esperando desde temprano y el condenado chaparro no llegó. Lo fue a buscar a la dirección que le dijo y los vecinos le dijeron que no conocen a ningún chaparro; entonces fue a cobrar el cheque pero no tenía fondos. Muy enojado fue a poner su demanda y por confiado se quedó a pata. Explicó al Ministerio Público que no se acordaba bien de su cara pero era un chaparro. De cuates les decimos a los chaparros que se anden con cuidado, no los vaya a encontrar el herrero y les raje la madre.

 

ATACARON A UNA EMPLEADA

Araceli Salas Cortés de 24 años, salió muy cansada de trabajar de una fábrica de camisas, eran las 4:30 horas, bostezando y estirándose se disponía a planchar oreja. Estaba soñando con los angelitos cuando de pronto tocaron la puerta que parecía que la tiraban, toda chinguiñosa se asomó por la ventana, vio que era su patrón y le abrió. Ella vive en la calle de Volcán Jorullo número 100 en la colonia San Cayetano. Al pararse en la puerta a ver qué se le ofrecía a su patrón, Jorge Vázquez, vio que lo acompañaba su gato y dos viejas que no conoce. Cuando le iba a preguntar qué se le ofrecía una de ellas se le aventó dándole un madrazo en el ojo, que vio chispas, la jaló de las greñas y como estaba atarantada la tiraron, entre las dos la arrastraron y le dieron de patadas, con trabajos se puso de pie sin entender qué pasaba; le preguntó a su patrón que por qué la golpeaban, él se encogió de hombros y le dijo que no la quería ver más en su trabajo. Le dio un aventón, Araceli cayó de pura cola, se subieron a una camioneta Windstar azul y se fueron. La mujer toda desmadrada y despeinada, que parecía La Llorona, fue a la casa de su amiga María Elena Barrera Serrano, al contarle lo que había pasado se enfureció, dijo que fueran a buscarlos y les iba a rajar la madre a las viejas, al viejo panzón de su patrón y a su gato, que tiene la costumbre de golpear a sus empleadas cuando ya no quiere que trabajen para él y no les paga indemnización. Araceli le dijo que ya no le echara lumbre al diablo, que dejara las cosas como están porque las viejas que llevaba parecen mulas, que mejor la acompañara a poner una demanda. Dijo al Ministerio Público que hace responsable de sus lesiones a su ex patrón, Jorge Vázquez, que nada más le hubiera dicho que estaba despedida y ya. No que en lugar de indemnizarla le dieron una madriza.

 

POR UN PELITO LO MATAN

Alejandro Martínez de 29 años de edad, todo mallugado se presentó ante el Ministerio Público a acusar a dos hermanos que le dieron una friega que por un pelito lo matan. Les contó que le habían vendido una alarma para coche en 300 pesos, el señor que se la vendió le dijo que no servía, Alejandro la llevó a que se la arreglaran en un taller de equipos de autos en la calle de Mejía. Le dijo un maestro que le cobraba 300 pesos, él aceptó y le dio un adelanto de 100 pesos. Pasó una semana y se la hizo de jamón, que fuera la próxima semana; cuando fue le dijo que al otro día se la entregaba. Alejandro se le puso al brinco, le pidió que le devolviera su alarma y su dinero, salió el hermano del maestro y le dijo que se la daban al día siguiente. Alejandro regresó al día siguiente, se la entregaron y pagó el resto, no se la quisieron probar porque tenían mucho trabajo. Fue a otro taller a que la probaran y le dijeron que esa cosa no servía ni como chicharra. Regresó al taller y les dijo a los dos que le regresaran su dinero, como no le hicieron caso estuvo hablando como loco, se subió a su coche y fue a cargar gasolina a “Dos Caminos”, ahí llegaron los dos hermanos y con un bate le rompieron el parabrisas, una de las aletas de su coche, y le dieron de madrazos en el cofre.

Espantado se salió y se echó a correr, no llegó muy lejos cuando sintió un golpe en el lomo que lo tumbó, le dieron de patadas, con el bate le sonaron dos en la cabeza, y mejor se hizo el muertito para que ya no le pegaran. Cuando ellos se subieron a un coche y se fueron llegó la policía y se lo llevaron al Hospital General, donde lo curaron de una alcancía que llevaba en la cabeza y una joroba en la espalda de los madrazos que recibió. La policía los ha ido a buscar al taller, pero siempre está cerrado y hay un letrero que dice “Cerrado por vacaciones”.

 

ATRAPARON A UN DESVALIJADOR

Luís Serafín Godínez Hernández dijo al Ministerio Público que como tiene descompuesto su coche le pidió el suyo a su vieja, que es un Nissan Tsuru modelo 2004. Su vieja le dijo que lo cuidara mucho por tanto ladrón que hay, lo dejó estacionado enfrente de donde labora, trabaja de noche. Como llegó un poquito tarde se le olvidó activar la alarma, eran las 2 de la mañana y un compañero que se asomó por la ventana le dijo que alguien estaba dentro del coche.

Luís Serafín salió corriendo como si le hubieran puesto un cohete en la cola, el ladrón al verse descubierto abrió violentamente la portezuela que tumbó a Serafín y corrió rumbo a la Villita, varios compañeros fueron tras él a pie, mientras que Luís Serafín iba en el coche de un compañero. Por la entrada a Vicente Segura encontraron a una patrulla y le dijeron que andaban cazando roba coches, que el ladrón llevaba una camisa azul con rayas blancas en los brazos. Cuadras más adelante lo agarraron, lo metieron a la patrulla y le dijeron que fuera a poner su queja.

Al revisar al ladrón le encontraron una ganzúa, unos alambres pasa corrientes y un desarmador. Luís Serafín se quedó con las ganas de darle uno en el hocico al ladrón y le dijo que si se hubiera llevado el carro, su vieja lo desmadra, que está valuado en 75 mil pesos. Les pidió a los del Ministerio Público que lo castiguen y que le pague las dos molduras que le rompió a la puerta, de todos modos lo va a cajetear su vieja.

 

EL DESCONOCIDO

En la cantina del barrio del Arbolito llegó un señor viejo con barbas de chivo, usaba un pantalón guango y se lo amarraba con un lazo para que no se le cayeran. Sus zapatos estaban rotos y sin agujetas. Se sentó y pidió un jarro de pulque de 2 litros y con la vista en un solo lugar se la pasaba toda la tarde. En una ocasión llegó con un morral mugroso y le dijo al cantinero, “El Pelón”, que le diera chanse de pintar un paisaje en la pared, burlándose de él le dijo que sí. El desconocido sacó sus pinturas, sus pinceles y comenzó a dibujar un paisaje que al verlo parecía real.

En un mes lo terminó y no regresó jamás, pero dejó su obra en una de las paredes de la cantina. Pasaron los meses y uno de los parroquianos se acordó del pintor y estuvieron hablando de él. El cantinero les dijo que él sabía pintar y lo podía hacer mejor que el viejo, todos le mentaron la madre; al día siguiente se los demostró. Les dijo a los que se encontraban tomando, que eran unas 15 personas, que mientras él pintaba tenían derecho a chupar lo que quisieran gratis y con un candado cerró la cantina para que ninguno se saliera.

El cantinero pintó un gorila grande y con un pincel pintó alrededor de la figura, le volvieron a mentar su madre, les preguntó que qué era lo que le faltaba, le contestaron que los pelos. Sacó unas tijeras y les dijo que los iba a pelar a todos y sus greñas se las iba a poner al gorila, soltaron la carcajada. En toda la figura del Gorila con una brocha le echó Resistol y conforme los iba pelando pegaba sus pelos, a algunos no les gustó quedarse pelones, pero la cantina estaba cerrada; los inconformes se dieron en la madre, pero no podían salir. Así quedó y ahí está el gorila con los pelos de los borrachos.

gatoseco98@yahoo.com.mx