ENCUENTRAN LA PUNTA DE LA MADEJA
La Coordinación de Investigación del grupo Tepeji se aventaron un ocho al esclarecer el crimen de un taxista, después de dos meses en Tepeji del Río, Hidalgo. Lo mataron salvajemente, nada más de puras ondas porque andaban grifos.
El 11de septiembre desapareció el taxista Juan Ramírez, su vieja lo vio por última vez a las 7 de la mañana en el coche del alquiler, lo estuvo esperando al otro día pero ya no llegó. Dio aviso a la policía, lo buscaron hasta debajo de las piedras, pidieron ayuda a otros municipios, se corrió la noticia, andaba de boca en boca que el ruletero se había fugado con una morra.
Días después les taparon el hocico a los chismosos, fue encontrado muerto a golpes en un lugar conocido como “La Taza”, perteneciente al poblado de Corrales. A los agentes les llegó un tip que los sospechosos eran dos tipos de cuidado, llamados Luís Hernández a quien lo conocen en el bajo mundo como “El Chimino”, y Ángel, que no quiso dar sus apellidos, pero le dicen “El Plasma”.
Fueron aprendidos y soltaron la sopa, diciendo que ellos le habían dado muerte al chofer, estaban borrachos y marihuanos, lo fueron aventar a una barranca. Se dirigieron a una fonda propiedad de Juana Hernández, hermana del “Chimino”, y su cuñado Jorge Corona Orta, les platicaron que de puros briagos le dieron en la madre a un taxista.
Les dijeron que no fueran güeyes, que era mejor prenderle fuego, los cuatro acordaron que estaba bien para que no lo reconocieran y nunca supiera la policía quién se lo echó al plato. La hermana y el cuñado se unieron y se fueron en un coche Chrysler, en una gasolinera llenaron dos garrafones y llegaron donde estaba el coche de alquiler para quemar el coche con el chofer adentro, regresaron contentos pensando que nunca jamás los atraparían. Con lo que les contaron a los agentes, se trasladaron a la fonda y les echaron el guante a la hermana y a su viejo, se los llevaron a la delegación y confesaron que le echaron la mano al “Chimino”, y dijeron que los empleados de la fonda se dedicaban a vender “Pericos” principalmente a los chóferes de camiones pesados.
Avisaron a los de la Unidad Mixta de Atención al Narcomenudeo (UMAN) destacados en Tula de Allende, Hidalgo, y detuvieron a empleados que le hacían a la venta prohibida de enervantes y los pusieron a disposición de la Procuraduría de la República, con docenas de gramos de marihuana.
ATRACO EN EL VENADO
Un joven salió de su casa temprano para echarse un tabaco, no quería que sus jefes se dieran cuenta que fuma, por eso se salía a la calle. Cuando le daba unas fumadas a su cigarro, se le aparecieron dos desconocidos, lo golpearon quitándole sus pertenencias y se echaron a correr.
Al gritar salieron sus padres a ver qué Pez, encontraron al joven estudiante en un charco de sangre con la cara colorada, que parecía porrista del Toluca.
Lo metieron cargando, le dieron los primeros auxilios para ponerlo al tiro pero de los madrazos que le habían zumbado no se reponía, fue necesario llevarlo al Ministerio Público del Hospital General para que le dieran una checada, y al mismo tiempo acusar a los que lo asaltaron. Les contó a las autoridades que es estudiante, se llama Jesús Gálvez Márquez de 24 años de edad, declaró con detalle lo que le pasó en la colonia el Venado, que pertenece a Mineral de la Reforma,
Explicó que a las 7 de la mañana se despertó y para no contaminar su casa, salió a la calle a fumarse un cigarro, se sentó en la cancha de fútbol, de repente sintió un golpe en el ojo que lo hizo ver estrellitas, cayó para atrás parando las patas, le dieron de patadas las dos personas, se hizo bolita para protegerse la cara, lo pararon y le exigieron que les diera todo el dinero que traía o de lo contrario lo mataban.
Les entregó su cartera con una lana y su celular, los ladrones no quedaron satisfechos y lo bolsearon, al ver que no traía más, le volvieron a pegar. Después corrieron por el puente mientras que Jesús caminaba como borrachito a su casa, sentía que las patas se le doblaban y le daban calambres, antes de llegar hizo las tres caídas.
Gritó y pidiendo auxilio despertando a sus jefes que salieron, y al verlo lo metieron hechos la mocha, después de curarlo lo llevaron ante el Ministerio Público del Hospital General donde pidió castigo para los que lo robaron y le causaron lesiones, dejándolo con un ojo cerrado y un chipote a media cabeza. Sus padres al preguntarle qué hacía tan temprano en la calle, les contó la verdad y le dijeron que le daban permiso de hacerlo en su casa, pero que no saliera porque donde quiera y a toda hora hay ratas que están al acecho.
SE FUE CON LAS CALACAS
Benjamín Samperio Castillo de 38 años de edad, originario del poblado de Xolostitla, Hidalgo; abrumado, estresado, flaco, cansado y sin ilusiones porque seguido peleaba con su mujer, que era más terca que una mula y no entendía razones, y mejor antes de apretarle el gañote decidió pintarse de colores al otro mundo.
El sábado pasado fue a visitarlo su tío Andrés Samperio Ortiz, para darle consejos, levantarle el ánimo porque estaba solo en su casa como perrito sin dueño, su vieja se le había ido por una bronca que tuvieron. Entró a su recámara y encontró a su sobrino en un charco de sangre, cerca de él estaba un cuchillo de carnicero, al verlo que había estirado la pata fue corriendo avisar a la policía.
Llegaron acompañados del Ministerio Público, dijeron los del grupo de homicidios de la Policía que lo que provocó que colgara el pico fue la perdida de sangre de las heridas que él mismo se ocasionó; tenía heridas en la cara, en el brazo adelante del codo derecho, y otra mortal de seis centímetros en la vena femoral.
Declaró su tío que la mujer de Benjamín siempre se creyó la gran cosa, lo tenía hecho a su modo, no lo dejaba juntarse con sus cuates, le quitaba el dinero que ganaba, cuando llegaba medio borracho no le abría la puerta, el pobre se quedaba con el perro; desde que se casaron siempre estuvieron peleando, su sobrino se había dado cuenta que el matrimonio es una guerra donde uno duerme con el enemigo.
Tuvieron una discusión que llegaron a las manos, la mujer se fue de la casa. Eso le dio en la madre a Benjamín que cayó en depresión, dicen que por las noches nomás se le iba en puro llorar, dicen que no comía, nomás se le iba en puro chupar, cuentan que los perros no dejaban de ladrar al escuchar su llanto, tomó la determinación de salir por la puerta falsa.
Dijo el tío que no culpa a la mujer, porque el recuerdo lo llevará por siempre en su conciencia, y el día de los Muertos vendrá a jalarla de las patas para que se acuerde que se portó hojaldra con el difunto. Reconoció el cadáver. El Ministerio Público junto con su secretario, los Policías Ministeriales y municipales dieron el banderazo para que comenzara la averiguación, dijo que “fue un suicidio histórico”.
ANDABA EN EL ESCUADRÓN DE LA MUERTE
Dicen que llevaba muchos años de chupar porque a su hermano, el más chico que era alcohólico, lo había matado el alcohol y su muerte quedó impune, él había hecho una promesa de vengarlo, hacer justicia con su propia trompa y cada que viera alcohol se lo iba a chupar. Todo pasó en Omitlán de Juárez, Hidalgo,
Juan Melo Guerrero y Bonifacio Morales dijeron a las autoridades que viajaban en una camioneta Pick-up tipo Nissan, se dieron cuenta que en la orilla de la carretera que comunica con la comunidad de Morelos, estaba un tipo tirado con la cola para arriba, se bajaron a ver qué Pez. Estaba borracho, apenas podía abrir los ojos pero respiraba, le dieron los primeros auxilios, pero quedó iguanas ranas y entre los dos lo subieron en la camioneta y lo llevaron al Centro de Salud, donde los atendió el médico de guardia, les dijo que tenía unos minuto de haber muerto, y que iba a llamar a la policía.
Los agentes de la Coordinación de Investigación dijeron que era un alcohólico de profesión y vivía en la colonia El manzano, lo identificaron, tenía 47 años de edad. Llegó el agente del Ministerio Público de Atotonilco el Grande con toda su pandilla y dieron el banderazo, se lo llevaron al Semefo, donde dijo el médico legista que su muerte fue un infarto agudo al miocardio, porque se quedó con sed.
ESTABA BORRACHO Y MARIGUANO
Un borracho que estaba hasta las chanclas y grifo, se le cansó el caballo y se quedó dormido frente a un restauran adentro de un automóvil Pontiac, los uniformados que pasaron por el lugar encontraron el coche con placas 868 MPW del Distrito Federal.
Los policías de la dirección de Seguridad de Tula de Allende, Hidalgo, se asomaron y vieron a un tipo que dormía a pierna suelta recargado en el asiento de chofer, con el hocico abierto, roncaba como león enojado y tenía la cabeza de lado, le tocaron la ventanilla y despertó. Dijo que se llamaba Carlos Hugo Castillo de 22 años, les dijo a los gendarmes que estaba descansando pero le salía un olor a borracho y a petate quemado.
Revisaron la unidad y encontraron una bolsa de plástico con ocho gramos de marihuana y una pipa de vidrio.
Les dijo que no sabe quién se la aventó, pero que él no le hace a la hierba. Los uniformados cumplieron con su deber y lo llevaron ante el Ministerio Público de la Federación para que sea investigado, porque por ahí les dijo un pajarito que era el que surtía de mota a los de la Refinería.
SE MURIÓ, LE SACARON LAS TRIPAS
José Luís Barrón Campos, a quien su sobrino le sacó las tripas por echarle bronca a su jefa, se fue al valle de las calacas en el Hospital General de Pachuca, donde llegó con el bofe de fuera; su sobrino le había dado de piquetes para que ya no le volviera a gritar a su mamá.
María del Carmen González Flores, esposa del difunto, informó sobre los violentos hechos que ocurrieron en la tierra de nadie en la colonia Providencia. Dijo que la noche, de la que ya no quiere ni acodarse, José Luis discutió con su prima Leticia Cruz y su hijo le dio un cuchillazo que le perforó el intestino delgado.
Enterados de la muerte del señor, los vecinos del fraccionamiento llamaron repetidas veces a los diarios de comunicación, para hacer una mesa redonda y denunciar públicamente que esa familia seguido se da en la madre por la venta de drogas, y dijeron que llaman a la policía pero les dice que ese no es su Pez, que es de la Policía Federal.
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