POR UN PELITO DE RANA QUEDAN CHAMUSCADOS
Una familia tuvo un accidente, la conductora corría a gran velocidad, en una curva le agarró la mano el chango y se volcaron, dando maromas, quedando la unidad con las llantas para arriba, como pudieron, entre gemidos y ayes de dolor, salieron espantados, con los pelos parados, se quedaron mirando la unidad, caminaron unos metros y el coche comenzó a incendiarse.
Corrieron a esconderse por si explotara el tanque de la gasolina, a gritos pedían auxilio, pero no había nadie que les echara la mano, el accidente fue el viernes pasado, antes de que cantara el gallo, sobre el libramiento de la carretera federal México-Tuxpan, a escasos 200 metros de la caseta de San Alejo, municipio de Tulancingo.
Horas después llegaron los bomberos, el automóvil se había consumido, los paramédicos de la Cruz Roja, que junto con los bomberos atendieron a las víctimas, les dijeron que si no hubieran salido, ahorita estuvieran como tizón.
El coche era un Berna modelo 2002, la conductora Leticia Sánchez, dijo que iba acompañada de sus hijos, quienes al igual que ella, sufrieron algunas quemaduras chirris, comentó que iban al Distrito Federal cuando el coche se volcó, acabándose de salir, soltó el flamazo.
Explicó que varios automovilistas se detuvieron ayudarlos, pero le sacaron acercarse porque fuera a explotar y les diera en la madre, una vez que todo estaba en calma, llegaron las patrullas de caminos, de Protección Civil, y un montón de uniformados, dijeron que esperaban a la grúa para llevarse lo que quedaba de carro al corralón, les dijo la señora que mejor se los dejaran para que ellos los vendieran como fierro viejo.
ASALTO A MANO ARMADA
Dos repartidores de la empresa Avon por un pelito mueren del susto, tuvieron una pesadilla en el fondo del infierno. Guillermo Armenta Ortiz, y Héctor Mejía, los dos de 29 años de edad, chofer y ayudante, iban a bordo de una camioneta Nissan, de momento fueron parados en la carretera de un poblado de Acatlán.
Dos tipos de cuidado viajan en una motocicleta marca Itaka, se bajaron con pistola en mano, les quitaron 20 mil chuchos y varias cajas del producto que iban a entregar. Los amenazaron de muerte, los encerraron en la caja de la camioneta durante horas, después los abandonaron en un basurero con todo y unidad, fueron rescatados por la policía municipal.
Temblaban de pies a cabeza, que sonaban como maraca, los gendarmes les dijeron que se calmaran porque los habían puesto nerviosos. Se los llevaron ante las autoridades de Acatlán, donde declararon que como a la una de la tarde, circulaban por la carretera de terracería, con dirección al Sabino del mencionado municipio, en la camioneta Nissan color blanco, con caja seca, placas HJO-6340 para entregar la mercancía en todas las comunidades de la región.
Fueron interceptados por dos sujetos que viajaban en una motocicleta color rojo, les sacaron la pistola y les quitaron la cantidad que ya les dije, así como tres cajas con productos Avon. Explicaron que los asaltatantes iban con todo, porque cortaron cartucho y les pusieron las pistolas en la sien, el chofer dijo que sintió morir y por un pelito da el changazo.
Dijo el ayudante que antes de que le jalaran el gatillo les entregó el dinero y parte del suyo que les dan para los viáticos, así como el celular, después de quitarles el dinero los pasaron a la caja y los encerraron, les dijeron que los iban a aventar con todo y unidad a una barranca, les suplicaron que no lo hicieran, que era todo lo que llevaban.
Sintieron que la camioneta avanzó y por las moscas, se agarraron de un tubo, por si los aventaran, después de más de 7 horas los anduvieron paseando, para ellos fueron de terror, de angustia, desesperación de miedo, sintieron ver al diablo encuerado, correteándolos en un callejón sin salida.
Estaba oscuro, serían las 8 de la noche, cuando paró la camioneta, juntos haciendo un dueto, gritaban, los ayudaran, que los sacaran, pero nadie los escuchaba porque estaban en un basurero.
Comenzaron a darle de patadas al pesebre (perdón) comenzaron a darle de patadas a la puerta, y de momento se abrió, y más se espantaron al ver a los uniformados que tenían su carabina baja el brazo. A los uniformados les pasó lo mismo, al abrir se espantaron al verlos con los pelos parados, y salieron corriendo.
Los alcanzaron, se controlaron al ver que eran policías, remolcaron la camioneta con una grúa, porque los ladrones se habían llevado las llaves, y los dejaron ante el Ministerio Público, que les ayudó a que avisaran a sus patrones, y de una vez levantaran el acta.
“EL CÉSAR” ES UN DESMADRE
Vecinos del barrio de El Lobo ya están hasta el gorro, no soportan al “César”, se ha convertido en el hay nanita del barrio, a todos les echa bronca, cuando se le avientan saca un cuchillo de carnicero y los amenaza con metérselo.
Raymundo Sánchez, de 62 años, vive en la calle de Las Lajas, se llenó de valor y fue a poner su demanda al Ministerio Público, les dijo que “El César” es un malandrín que tiene apantallados a todos los del barrio, no se atreven a denunciarlo, le tienen mucho miedo, él también, pero se las juega, a ver qué sale.
Les comentó que se estaba echando un coyotito en su casa, de pronto vio que su hijo salió, hecho la mocha, se fue detrás de él. En la calle de Pedro Escobedo vio a mucha gente, entre ella estaba su vieja, un tío del “Cesar” que lo agarraba porque se quería aventar un callito con su hijo.
Les preguntó qué es lo que pasaba, le dijeron que “El César” se quiso pasar de listo con una de sus nietas, que tiene 15 años, al caminar la chavita, le agarró las nalgas. El señor quiso arreglar las cosas para que no llegaran a mayores, le dijo al tío del “César” que lo soltara, que iba a platicar con él, darle consejos que se portara bien.
Lo soltaron, “El César” se le fue a madrazos, lo insultó y le mentó la madre, don Raymundo le grito al tío, que mejor lo agarrara. Llegó la policía y César se metió a su casa y cerró la puerta, le gritó a don Raymundo que le iba a partir la madre.
Don Raymundo es un señor grande de edad, dijo a las autoridades que lo detengan y no lo dejen salir porque es capaz de hacerlo, la semana pasada le dijo a un vecino que lo iba agarrar a machetazos y se los dio.
SE FUERON EN BLANCO
A tres hampones les salió el tiro por la culata, se equivocaron de persona y asaltaron a un pobre cristiano que moviendo las orejas, estaba comiéndose los tacos de marrano, esto sucedió en Tizayuca, en una taquería donde venden carnitas. Entraron unos ladrones armados de grueso calibre, y se dirigieron a un cliente que tranquilo, comía sus tacos.
Se le atoró el bocado cuando le pusieron la pistola en la cabeza y le dijeron que les entregara su cartera. El hombre temblando como gelatina, se la dio, uno de ellos la abrió y tenía 200 pesos, se enojaron y le soltó un madrazo en la cholla, salieron apuntándoles a todos los que estaban en la taquiería. Uno de los clientes llamó al 066 a la policía.
Llegaron, montaron un operativo que si les dio resultado, les dijeron que los asaltantes iban en un coche blanco, placas LZX-1157 del Estado de México. Poco después la patrulla 1229, de la Policía Municipal de Villas de Tezontepec, les pararon el alto y los bajaron de las greñas, identificándolos a quien le habían quitado la cartera.
Se llaman Francisco Chiquito Chávez, Eduardo Abraham Rodríguez Velásquez y Gustavo Oswaldo González Rosas de 22, 26, y 22 años de edad. Uno de ellos dijo que tienen un espía para robar, esta vez el baboso les dio las señas de una persona madura, medio pelón y panzón, que tenía 23 mil pesos que acababa de cobrar, por eso se dirigieron con Israel Escalona de 44 años de edad.
TENÍA UN AGUJERO EN LA FRENTE
Nadie sabe, nadie supo, esas eran las palabras del Monje Loco, que ahora las repiten los agentes investigadores que están iguanas ranas. Pero vamos al grano. Con un agujero en la frente fue encontrado un hombre la tarde de ayer, con los brazos abiertos mirando al cielo, en la carretera federal Pachuca-Ciudad Sahagún.
El reporte se recibió a las 7 de la noche, que un hombre estaba en posición de firmes pero acostado. La policía pensó que a lo mejor era un borrachín que se le cansó el caballo y se quedó a dormir la mona, les dijeron que estaba tieso, en un charco de sangre.
Los patrulleros fueron a checar y encontraron el cuerpo arriba de una banqueta, frente a un taller mecánico cerca del puente a la carretera Pachuca-Sahagún, en el estronque del fraccionamiento los Tuzos.
Con cuidado se acercaron, se dieron cuenta que estaba muerto, y pidieron que fuera el agente del MP de Mineral de la Reforma, quien llegó acompañado con mucha gente, que pensaron que era una peregrinación.
Lo acompañaron los agentes de la Coordinación de Investigación, peritos de criminalística, así como un grupo de uniformados, Protección Civil, médico legista y los bomberos.
Dijeron que el cadáver era de un hombre que tenía entre 40 y 50 años de edad, quien se encuentra en calidad de desconocido, presentaba un golpe a la altura de la frente, del lado izquierdo y fue de un fuerte madrazo, como si se hubiera ido de cuernos, o por un atropellamiento, tenía varios billetes de 50 pesos en la mano izquierda, que los agarraba con el puño cerrado.
Debajo de la pierna derecha, quedó un palo, y a la altura de la espinilla otro palo, a un metro de distancia encontró una bolsa con una cobija. Tenía zapatos tipo choclo, color negro, pants y chamarra color café, llevaba en la espalda una mochila, no saben qué es lo que traía adentro, porque así se lo llevó el legista.
Al lugar acudieron técnicos en urgencias médicas, por si se tratara de un herido, pero éste ya estaba tieso. Finalmente se informó por la ropa que llevaba el hombre muerto, podría tratarse de un trabajador de la construcción o de un indigente, lo cual no se ha confirmado. Investigan porque dijo uno de los testigos que varios hombres lo atacaron como queriéndolo asaltar, por eso no soltó el dinero que tenía en la mano.
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