UN INFIERNO BONITO

SE ECHARON A TRES DE UN JALÓN

En una riña sacaron las escopetas y los desmadraron. Vamos a contarles la historia de unos peleoneros que no se anduvieron por las ramas, y de certeros escopetazos, se echaron  al plato a tres hombres en la terracería del cerro de Napateco, en Tulancingo.

 

El asesinato hizo que la policía realizara un impresionante operativo, que se jalaron con  los agentes investigadores, los municipales, los estatales, los cuerpos de auxilio, hasta con el bolero cargaron. Llegaron bajándose de a pedal de la camioneta patrulla, con la carabina bajo el brazo, con el dedo en el gatillo, listos para soltar el plomazo.

Pero vamos a ver qué pez. La tranquilidad del domingo pasado en la ciudad de los satélites, la echaron a perder unos hombres peleoneros, porque como a las 6 de la tarde se soltaron  los madrazos, luego sacaron a reducir su escopetas, se pusieron en posición de tirar y madres, cayeron con la patas para arriba, quedando en un  charco de sangre.

Los policías preventivos fueron los primeros que se enteraron, y dijeron que una persona habló por teléfono, estaba muy alarmada, apenas se le entendía, dijo que la bronca estaba de la patada. Sin pérdida de tiempo, se dio el campanazo y salieron como alma que lleva el diablo, acompañados de los estatales, hacia la Loma, a unos tres kilómetros de la carretera donde fue la pelea.

A un lado de los muertos, estaba una camioneta azul, con franjas grises, de las que usan para cargar ganado, dentro estaba uno de los cadáveres, después se supo que era el conductor porque estaba sentado frente al volante. Al hombre se le encontraron varios agujeros, heridas con escopetas de chispa y con las municiones que tenían  en la cara y en  el cuerpo, parecía que tenían viruela negra.

A unos 10 metros de distancia estaban los otros dos cadáveres,  afuera y el otro dentro de la zanja, se los habían ejecutado por la espalda, porque hasta las nalgas las tenían  agujeradas, les precisaron que los agujeros, eran de municiones, entre los uniformados, se supo que los que los mataron fueron tres, y al mismo tiempo dispararon sus armas.

Asegurando que los tres se los había llevado la calaca, pidieron la presencia del Ministerio Público comisionado en Tulancingo. Minutos más tarde llegó, acompañado de toda su flota, con peritos de criminalística y agentes investigadores. Llegaron muy salsas al lugar de crimen.

Una vez que hicieron las diligencias de rigor, pidieron el apoyo al personal funerario para que se los llevaran al Semefo, donde de volada les hicieron la necropsia de ley, a dos de ellos los identificaron porque traían credenciales, De última hora, dentro del círculos de los gendarmes, trascendió que dos de ellos fueron reconocidos.

Se llamaban: Carlos Omar Islas Villa y Alejandro Rodríguez Gómez, vecinos de Nopalillo, municipio de Metepec, los ahora extintos, incluyendo al desconocido, se supo que tenían  entre 25 y 30 años de edad. También se dijo que la noticia corrió como reguero de pólvora, y los familiares de los muertos ya se encontraban en las oficinas del Ministerio Público. 

ENGAÑARON A LOS CUICOS

Un enorme operativo policíaco espantó a la población de Pachuca, nunca habían visto tantos gendarmes juntos, solo se ven en los desfiles porque cuando buscan uno, no lo encuentran, esta vez les dijeron que era un secuestro.

Una llamada al Centro de Control de Cómputo los despertó, alertando a los azules de que había un secuestro. Se unieron más de 20 camionetas patrullas y 60 efectivos listos para jugarse el cuero, los municipales de Tolcayuca, Zapotlán y Pachuca, se unieron los estatales y los de la Coordinación de Investigación, buscando a el paradero de la víctima.

Eran las 11 de la mañana cuando se dio la voz de alerta para localizar una camioneta negra, con vidrios polarizados, donde les habían dicho que llevaban a una mujer que habían subido en la calle de Vicente Guerrero, en la comunidad de San Pedro Huaquilpan, en Zapotlán.

De volada se hizo un operativo con las corporaciones para localizar a una unidad Liberty donde llevaban a la plagiada, pero se dieron cuenta que todo  se debió a la gracia de un tipo que se le conoce en el bajo mundo como  “El Mamón”, que se dedica a distraer y vacilar a la policía.

Por tal motivo el despliegue policíaco no pudo saber que haya sido un levantón o plagio, lo que supimos fue que el comandante Pistolas encabezó el operativo, pero luego un jefe policíaco de Zapotlán les pidió no fueran a dar su nombre, que ya todos sabían que no se encontró nada, que fue una vacilada. Sin embargo se agradece la colaboración de los elementos que participaron en el llamado, y piden a los que llamaron que para la otra vez vayan a vacilar a su madre. 

UN PLEITO DE VIEJAS ESCANDALOSAS

María de Lourdes Sosa Paredes, de 28 años de edad, demandó a quien le anda quitando a su viejo rabo verde. Como maneja un taxi, se cree “muy carita” a pesar de que está como mentada de madre, su vieja lo quiere mucho y le anda espantando a las resbalosas que se le paran, y se dedica a estarlo vigilando, pues como dice, “Al ojo del amo engorda en caballo”.

El chofer no contó que su vieja le salió brava y le rajó la madre.  

Tuvo que ir a quejarse al Ministerio Público, le dijo que ella vive en la casa de los suegros, el día de ayer fue a espiar a su viejo porque le contaron que anda de canijo con una gata de fonda, que se llama Ruth.

Pasó a echar un vistazo a ver si su rival en amores estaba trabajando, y estuvo por un rato echando ojo, a ver qué pez. De momento vio salir a Ruth, que  se dirigió a un taxi que estaba estacionado, el que maneja su viejo que le dicen “El Chulo”, lo llamó, como había visto a Lourdes, su vieja peló gallo.

La señora, echando chispas en contra de la que le anda comiendo  el mandado, se le acercó y se dijeron de cosas, se sacaron los trapitos al sol, y llegaron a los madrazos, Ruth se vio que ya tenía callo para el pleito, porque de dos madrazos la atarantó, le puso una zancadilla que su cabeza boto en el suelo, y le dio un par de patadas, diciéndole que no le servía ni para el arranque. Por amor propio, Lourdes se levantó y le tiraba cachetadas de a cieguito, con los ojos cerrados, que no le atinó ni uno, sin embargo Ruth se dio el lujo de darle de rasguños en la cara, que la dejó como si se hubiera dado una madriza con  un gato.

Un señor que pasó por el lugar, se metió a separarlas y llamó a la policía, que llegó a subirlas a la patrulla por darse en la madre en vía publica. Lourdes le dijo que no tenía caso, que se las llevaran, que a su viejo lo iba a mandar a ver a la más vieja de su casa, y perdonaba a Ruth, la madriza que le había dado, que ella no es de líos, ni de andar en comisarías, y esperó a que llegara su viejo a su casa, porque a ese güey sí se la tenía guardada. 

LOS AGARRÓ LA POLICÍA

No les dio tiempo de montar a su caballo, fueron detenidos el chofer y copiloto de un taxi metropolitano de Pachuca, después de habar robado,  mediante asalto, la farmacia Guadalajara que se encuentra en la colonia Punta Azul.

Muy poco tiempo les duró el gusto de robar la farmacia, porque en la esquina siguiente fueron capturados, a bordo del taxi donde se pelaban de casquete. La gendarmería hidalguense informó a todo pulmón, para que fueran escuchados por el Capitán, el aseguramiento de dos personas relacionadas con el asalto del negocio.

Eran las 7 de la noche con 35 minutos del pasado viernes cuando hablaron al teléfono de emergencia el 066, y se solicitó apoyo para que fueran de volada a las instalaciones de la farmacia de Guadalajara, donde se cometió un asalto, les explicó dónde quedaba y no se fueran a buscar a los ladrones hasta Guadalajara, Jalisco.

Los oficiales que realizaban el recorrido por ese sector, al escuchar el reporte se acercaron al empleado que tenía todos los pelos parados, y les explicó que se metió un  ladrón como cliente,  el individuo tomó una botella de vino, se dirigió a donde estaba  la cajera y a otro chango. Les pidió que le entregaran todo el dinero que tenían o les soltaba un plomazo.

Para demostrarlo, echó mano a su cintura, varias veces, y se metía la mano abajo del ombligo y les dijo que cargaba una pistola súper de 38 milímetros, que nunca le ha fallado, y que afuera de la farmacia estaban varios de sus compañeros con una ametralladora, por si les ocurría llamar a los uniformados.

La mujer quedó paralizada de miedo, y hacía gestos como queriendo chillar, temblando y con palabras cortantes, le dijo al asaltante que no la fuera a matar, y le entregó la cantidad de 3 mil pesos, el ratero inmediatamente salió como alma que llega el diablo, tirando a una señora que llevaba una bolsa en la mano, que se dio un fuerte calaverzo contra el suelo.

Rápido se subió a un taxi, donde lo esperaba el chofer con el motor encendido, y dio un arrancón que le chillaron las llantas, dejando una nube negra de humo. En su cara tenían una sonrisa de oreja a oreja, sin saber que en la esquina donde están los semáforos, a unos metros del establecimiento que habían robado, los estaba esperando la policía.

Les gritaron que se bajaran, cuando se quitaban los pantalones, les dijeron del vehículo. Los pasaron a la báscula, en esos momentos llegó la cajera y el otro empleado, que los reconoció, les encontraron el dinero que les había entregado, los ladrones tienen 39 y 43 años, dijeron ser vecinos de Mineral de la  Reforma.

Se los llevaron al área de retención de la policía municipal de Pachuca, y los pusieron ante las autoridades correspondientes, y se exhorta a la población a que en cualquier situación avisen de volada al 066, y que para que los reconozcan en los periódicos ya no les van a poner el antifaz del llanero solitario. 

LAS HERMANAS BONCAS

Claudia Natalia y Liliana Jurado se le aventaron a la pobre de Aidé Talía Romero de 21 años, y le dieron una golpiza, que ni las manos metió, quedó muy espantada, despeinada, descolorida, y con chipotes de todas clases, para que no se vuelva a meter con ella, le dijeron que es el primer aviso.

Muy triste, sobándose los golpes, Aidé fue al  Misterio Público, a acusar a las hermanas que se la sonaron. Les dijo que el día de ayer se encontraba en una tienda de ropa llamada “La Barata” acompañado de un amigo llamado Carlos, de momento se encontraron con las dos hermanas, que se burlaron de los dos y le dieron un aventón que chocó con Carlos, y se fue de nalgas, no dejaron de reírse y le mentaron la madre. Carlos salió en su defensa pero lo pusieron como lazo de cochino, también mentándole la suya, le dieron un par de cachetadas.  Aidé les reclamó y de boleto se le fueron encima, jalándola del chongo y dándole de golpes a medio lomo, que parecía que tocaban la tambora.

Carlos buscaba el diálogo para calmar las cosas, pero le salio más caro el caldo que las albóndigas, porque no supo de dónde salió un amigo de ellas y llegó con el clásico descontón, que hasta las patas paró.  Le quería quitar sus cadenas de oro, pero al ver que Carlos y Aidé estaban sangrando, se echaron a correr, desapareciendo por las calles, pero de pilón, le dieron de patadas al coche de Carlos, que le abollaron la carrocería. Fueron a poner su queja, y dijeron que las dos son estudiantes de la universidad, que las pueden encontrar en la colonia Ampliación Santa Julia, pero del otro güey no saben ni quién lo parió. 

PAGÓ CON BILLETE FALSO LA GASOLINA

Algunos que se enteraron, dijeron que estaba bien, porque los despachadores no dan el litro completo, “Ladrón que roba a ladrón, chin, chin el que se raje” la policía no se lo hubiera llevado.

Juan Luís Coca Rangel, de 40 años de edad, se metió a la gasolinera de Tizayuca, le dijo al despachador que les checara las llantas y le limpiara el parabrisas, le pagó la cantidad de 480 pesos, le dijo al empleado que se quedara con el cambio, le dio un billete de 500 pesos y se fue.

El trabajador de la gasolinera cuando iba acomodar los billetes se dio cuenta que era falso, hizo su berrinche, se tiró al suelo, se jaló de los pelos, y no dejaba de decir groserías, como el Negrito Sandía, llegó la policía y le dijo que lo habían robado, le pagaron con un billete balín de 500 pesos, que era un joven bien parecido, alto, medio chino, con una camisa blanca y un saco azul, al igual que su pantalón, y llevaba puestos zapatos de charol, y se fue rumbo al Distrito Federal, llevaba una camioneta Dodge Dakota pick up, con placas de circulación HEM-88-28.

Unos kilómetros adelante lo agarraron y lo bajaron a madrazos, él les pedía un explicación, pero le decían los gendarmes que se lo decían en el Ministerio Público, cuando lo llevaron, él negó haber pagado con ese billete, que él es una persona honrada, lo metieron, pero nunca se supo si él fue el que pagó con el billete falso o no. Lo pasaron a investigación, de seguro de ahí sale culpable.

gatoseco98@yahoo.com.mx

Related posts