UN INFIERNO BONITO

SE FUERON A UN BARRANCO DE 300 METROS

El coche Chevy en el que viajaba una familia quedó convertido en una bola de fierro. El conductor murió, una mujer está grave, una niña se encuentra hospitalizada y una bebé está desaparecida. Eso sucedió en la carretera federal Álamo-Tamazunchale, tramo de Atlapexco a Xochiatipan, como a las 3 de la tarde.

 

El delegado de Seguridad Estatal en el municipio de Huejutla informó haber tomado conocimiento que un Chevrolet Chevy, color gris, placas de circulación HWE-2716 se salió del camino y se fue al vacío.

El conductor viajaba a una velocidad inmoderada y para acabarla de amolar, llovía y había neblina. En una curva al chofer le agarró la mano el chango, se descontroló y madres, salió disparado cayendo rodando, hasta el fondo del barranco.

Se dio a conocer que una mujer adulta y una niña resultaron gravemente lesionadas, y que no encuentran el cadáver de una pequeñita. El chofer se fue al valle de las calacas.

Entraron en acción los cuerpos de rescate arriesgando el pellejo por la dificultad del terreno, haciendo grandes maniobras que hasta les sudaba la cola. Iba el grupo de Protección Civil, Cruz Roja y los bomberos, que con muchos trabajos los sacaron y los llevaron al Hospital Regional. La señora, antes de desmayarse, les dijo que salvaran a su niña recién nacida que e iba con ellos.

Los rescatistas pidieron ayuda a seguridad municipal y se regresaron a buscarla. Pero al cierre de la nota no la habían encontrado. Por otro lado el agente del MP informó que el chofer fue identificado como Vladimir López Francisco, de 40 años. Las personas que resultaron lesionadas son Bertha Montufar López, de 40 años y Martha López Márquez, de 4 años, quienes fueron trasladadas al Hospital de Atlapexco.

 

SE LO ECHARON AL PLATO FRENTE A SUS HIJOS

Ni tiempo le dieron de montar en su caballo, cayó de cara, aplastando la pistola, que no tuvo tiempo de acariciarla. Uno de los empleados llegó gritando como loco: ¡Mataron al patrón, le dieron en la madre!  

Dijeron que seis hombres iban montados en su cuaco en el camino  de terracería de Santa María Nativitas, municipio de Cuautepec. Cuando menos lo esperaban, varios individuos que viajaban en una camioneta verde claro, los interceptaron y sin mediar palabra, abrieron fuego en contra del grupo de los jinetes que venían de la lejana montaña.

Las balas le pegaron a Edgar Maldonado Madrid, de 33 años, vecino de la comunidad Capulín, quien de inmediato partió al otro barrio. Felipe Pérez Lozada y Jorge Luis Lozada Domínguez, empleados del  muerto, de manera voluntaria se presentaron, espantados, para narrar los hechos.

Comentaron que entre las funciones que desempeñaban con Maldonado, era cuidar los caballos y su ganado, además que hacían los mandados que les ordenaba, que eran sus gatos. En ocasiones le servían como escolta, acompañándolo a dar un  paseo a caballo. El viernes pasado les dijo que ensillaran a los caballos porque iban a ver a un maestro del taller mecánico, donde estaban arreglando su camioneta.

Edgar Maldonado montó su cuaco alazán y lo acompañaron tres de sus empleados y sus dos menores hijos, de 10 y 13 años. Iban por el camino San Juan Hueyapan-Santa María Nativitas. Dijeron que todo era tranquilidad cuando, de pronto, les salió una camioneta; al verla se orillaron haciendo fila para que pasara. En esos momentos comenzaron a balacearlos. Uno de ellos dijo que la bala pasó rosándole la cholla, que si no se agacha le pasa lo que al perico.

Los caballos se espantaron y corrieron como locos, desbocados. Los de la camioneta los siguieron pero la velocidad de las bestias era a todo galope, que no les atinaron aunque las balas les pasaron por las orejas a los cinco acompañantes del patrón, incluyendo a los chavos. Se dice que a Maldonado le dieron 5 balazos, uno en medio de la frente. La camioneta se fue por otro lado y los peones lograron calmar a los animales, que ya iban a una barranca.

Los agentes investigadores fueron ver y encontraron el cuerpo de un individuo, tirado con la cola hacia arriba, y traía fajada en la cintura un pistola; todo indica que ya sabía que lo iban a  desmadrar, y la llevaba preparada, pero le comieron el mandado. También, dentro de la investigación, se dijo que de seguro fue ejecutado, pues solamente a él le tiraron.

Los uniformados metieron su cuchara y dijeron que hubo una balacera entre los jinetes, contra los de la camioneta. Esta hipótesis se comentó en los círculos sociales, y será confirmada con la investigación. A ver si de veras echaron unas guerritas o de  plano llevaban órdenes de despachárselo al otro mundo.

Dijeron los agentes investigadores que estuvieron de acuerdo con los peritos de criminalística, que según ya lo traían apuntado en la lista negra, qué casualidad que a los otros los dejaron vivos; cierto que los corretearon, pero les iban aventando plomazos al aire y luego se desviaron por el rumbo de San Juan Hueyapan. Los familiares del que se fue al valle de las calacas, acudieron a hacer el reconocimiento del cuerpo y pidieron que se los entregaran para darle cristiana sepultura. También dijeron sus parientes y amigos, que no saben por qué lo balacearon; esperan las investigaciones para saber la verdad.

 

LOS LADRONES SE LA SABEN  DE TODAS, TODAS

Juan Manuel Mendoza López llegó con la cola entre las piernas, muy triste y apenado, a punto de chillar, ante el Ministerio Público. Les contó que un caprichoso malandrín le robó su computadora cuando estaba en el hotel “La Joya”.

Está muy preocupado porque la costosa computadora que iba en un portafolios, color negro, es propiedad de la empresa donde trabaja y como están las cosas, se la van a cobrar doble, por Bartolo. Dijo que estaba en la recepción del mencionado hotel, esperando a un cliente que estaba hospedo ahí.

Entró un señor de traje negro, le dijo a la señorita que le cambiara un billete de 500 pesos, y mientras lo hacía, poco después se sentó el señor del billete quien le dijo discretamente, en el oído, que tenía una mancha muy visible debajo de la bragueta, como si se hubiera orinado. Le dio una servilleta para que se limpiara, al ver que no se le quitaba la mancha, le dijo que fueran al baño y usara agua, que lo acompañaba.

Los dos dejaron sus portafolios encargados con la recepcionista y fueron al baño. Le dijo que le echara agua a la mancha y le tallara. Mientras le iba a traer una servilleta de tela a la administración. Samuel le talló con ganas y esperaba al acomedido, pero al ver que no llegaba, tapándose con  la mano, agarró su portafolios y caminaba por  el sol para que se le secara la mancha.

Al caminar una cuadra, se dio cuenta que su portafolios pesaba más, lo abrió, y tenía directorios telefónicos. Se regreso y le dijo a la señorita que ese no era el portafolios que le encargo. Le contesto que el otro portafolios se lo había llevado su amigo. Comprendió que le habían dado en la madre con su computadora,  por eso fue a poner su queja.

 

TIRAN DE VEHÍCULO A UN CADÁVER

Aventaron el cuerpo de un hombre que se encuentra como desconocido. Los vecinos de la colonia del Tepeyac, en Tizayuca, dieron parte al macabro hallazgo, en la mañana del domingo pasado.

Se informó que serían como las 4 de la mañana cuando una camioneta de características que no se sabe, circuló lenta por la calle de Jaime Nunó y al llegar a la esquina de Manuel M. Ponce, los tripulantes aventaron un cuerpo y se siguieron a toda velocidad. El matado tendría entre 25 y 30 años.

Se indicó que los vecinos del lugar, por la mañana, pensaron que se trataba de un borracho, que se le cansó el caballo y se quedó durmiendo en la calle; pero al acercarse se llevaron una sorpresa, que se les puso la carne de gallina, porque estaba el difunto en un charco de sangre. Llamaron de inmediato a los uniformados, que llegaron a ver qué pez.

Al ver que ya se lo había llevado la calaca, pidieron la presencia del agente del MP que llegó acompañado con los peritos de criminalísticas y los agentes de la coordinación de investigación, así como con un montón de gendarmes que dieron el banderazo para levantar el cuerpo y comenzar con las averiguaciones para saber quién era y quién se lo echó al plato.

El cuerpo fue enviado al servicio médico forense para que se le hiciera la necropsia de ley, así que no se pierda el próximo capítulo, que sepan qué es lo que sucedió, porque ya ni informaron nada. Hay versiones de que a ese hombre lo mataron a golpes en un lugar y lo fueron a tirar a Tizayuca. Lo que se sabe es que estaba vivo y cuando le aventaron de la camioneta lo acabaron de fregar, por eso encontraron sangre fresca, y cuando llegaron los gendarmes ya había colgado los tenis.

 

VENDÍAN COMIDA Y LES DABAN EL POSTRE

La policía detiene a dos presuntas narcomenudistas y además, también agarran a tres de sus compradores. Esta es la historia de dos viejas mañosas que atendían una cocina económica y en el establecimiento también vendían pastillas psicotrópicas de las llamadas “pericos”.

Tres presuntos compradores fueron capturados por la policía investigadora en el preciso momento en que pagaban la droga. De acuerdo con el reporte de los agentes de la coordinación de investigación, al encontrarse haciendo sus recorridos sobre la carretera México-Pachuca, a la altura de Los Ángeles se metieron  a la mencionada cocina y sorprendieron a tres hombres en la maroma. Miguel, José y Claudio solicitaron a las mujeres un servicio.

Las dos empleadas Angélica y Beatriz, al llevarles el servicio les ofrecieron unas cápsulas que fueron identificadas como Obleclox y Radicres conocidas como “pericos”, por las que les entregaron 200 pesos. Los agentes de inmediato procedieron a detenerlos luego de que se identificaron que eran agentes secretos, y les dijeron que cometían un delito.

También les dijeron a las viejas que ya estaban en la olla, porque les cayeron con  las manos en la maza, y se las iban a llevar por el delito de narcomenudeo. Ellas dijeron que son vitaminas, que si querían que las probaran. Los involucrados así como las pastillas y el dinero, se los llevaron y los pusieron ante las autoridades correspondientes, por la venta de “pericos” que es una droga que utilizan los choferes para aguantar muchas horas despiertos.

 

POR ANDAR DE PARRANDERO, VIO AL DIABLO

Doña Inés Hernández Pérez se paseaba de un lado a otro, como leona enjaulada, puso de nervios a uno de sus hijos, que le dijo que se sentara, y le rompió el hocico. Se asomaba por la ventana y entre dientes le mentaba la madre a su viejo borracho, que se había pasado de listo y no llegaba a su casa.

Mientras pasaban las horas, más furiosa se ponía. Mandó a sus hijos a dormir sin cenar, y agarró un palo grueso, y se sentó en el escalón a esperar al angelito. Escuchó que dieron las 12 de la noche, y más se le pararon los pelos del espinazo. Don Tomás no se iba a escapar de una madriza, por parrandero.

Cuando lo vio que llegaba le dio un palo en la mera cholla, que hizo bizcos y cayó como regla. El madrazo se escuchó hueco que espantó a los perros de la vecindad, y lo dejó noqueado. Los vecinos pidieron ayuda a la Cruz Roja,  se lo llevaron al Hospital General con la cabeza rajada.

Horas después de haberle cosido la cabeza, y poner sus ideas en orden, le dijo al Ministerio Público que en su trabajo le dieron la noticia que uno de sus compañeros se había muerto, y saliendo del trabajo fue al velorio. Cuando llegó a su casa, su vieja lo recibió pegándole con un palo. Que ellos son testigos que estaba en su juicio y pide castigo para su despiadada vieja, que ni tiempo le dio de explicarle por qué llegó tarde. Que la pueden encontrar en el callejón de Peñuñuri 100, barrio de El Arbolito, porque él ya no piensa regresar a su casa.

gatoseco98@yahoo.com.mx

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