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Un Infierno Bonito

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¡CUIDADO CON LOS MACHETAZOS!

A un vecino le fue como en feria porque le sacó la bronca a un borracho al que le dicen “El Raja Madres” se puso en guardia para pelear a mano limpia, porque ya se las había lavado; de momento el otro sacó un machete y se le abrió la cholla, le tiró otro, pero para su suerte se iba cayendo y le pasó por los pelos, que parece que se peló de cepillo y ya no le buscó ruido al chicharrón, se hizo el muertito para que no lo mandara al Valle de las Calacas. El hecho sucedió en una vivienda en la comunidad de Camelia, pero no la Texana, sino en la zona alta de Pachuca.

Según la averiguación de los gendarmes, dijeron que el hecho sucedió exactamente en una de las casa de San Rafael, donde encontraron tirado a un hombre en un charco de sangre.
Los vecinos que vieron todo, se hicieron los disimulados, hasta que el hombre del machete se fue rumbo al cerro y ellos rajaron leña con la policía. Llegaron de escandalosos con la sirena de la patrulla y espantaron a los perros que no dejaban de ladrar. Le preguntaron al que estaba tirado que qué le había pasado. No les contestó, solamente tenía los ojos cerrados, llegaron los paramédicos de la Cruz Roja, utilizando sus métodos, para hacerlo hablar le echaron alcohol en la herida que tenía en la cabeza, donde se le veían hasta las ideas.
El madreado les dijo a los policías, que el hombre que lo atacó ya lo había agarrado de su puerquito, como vive solo, lo espiaba y cuando se iba a trabajar, se metía por la ventana y se robaba lo que encontraba, dijo que ya lo tenía fichado y él lo que  quería era agarrarlo con las manos en la masa, dejó que se llevara una maleta de herramienta y fue cuando le paró los tacos. Pero le salió el tiro por la culata, porque ni tiempo le dio de decir pio, sacó un machete y le dio uno en la cabeza que hizo que  viera estrellitas, las patas se le doblaron y cayó al suelo.
Le tiro el segundo machetazo, pero no le dio, el sabía que era el que se metía a su casa a robarle el poco dinero que tiene, dijo que al verlo sintió mucho coraje y lo retó a que se dieran un cayo, se pusieron frente a frente, cuando  le iba aventar un recto a la cara, sacó el machete para que ya no le pegara más, se hizo el muertito y así estuvo un buen rato, comentó que vio que se iba a regresar y mejor volvió a cerrar, los ojos, los abrió cuando le echaron alcohol en las heridas que sintió que le habían cortado la cabeza y se paró hecho la mocha. Pero los socorristas lo calmaron y le dijeron que no se moviera, que ya no tardaban los gendarmes.
Como ya no se sentía mal, les dio las gracias, diciéndoles que ya lo habían curado, no la quiso hacer de pex y les pidió que lo ayudaran a meterse a su casa.
Por la tarde se  sintió muy mal, las patas se le doblaban y se le colgaban las manos, como si le pesaran las nalgas. Pidió ayuda a la policía, que llegaron, lo subieron en la camioneta y se lo llevaron directo al Hospital General, pero dijo el doctor que lo atendió que según los diagnósticos de sus colegas, sólo tenía una herida en el cuero cabelludo y era superficial, no merecía internamiento, lo mandaron a su casa, se la aventó a pincel y por un pelito se desmaya, porque se le hizo muy lejos.
Fue a poner su queja correspondiente ante el Ministerio Público y pidió que le cosieran la herida, porque se le podía infectar. Poco después los policías regresaron con el hombre del machete, le dieron sus madrazos adentro en una celda, mientras hacían las investigaciones. Le dijo uno de los agentes al de la herida en la cabeza que no se ande aventando como el Gorras y si le sacan el cuchillo o machete se eche a correr para pedir ayuda.

AYUDAN A UNA MUJER QUE FUE PLAGIADA
Los agentes de seguridad daban su rondín por las calles de Tula de Allende, pero al salir por la carretera a la medianoche, en la oscuridad, gracias a las luces de la unidad, vieron a una mujer que caminaba y al verlos se echó a correr, la siguieron, la alcanzaron y la subieron a la unidad, preguntándole qué andaba haciendo por esos lugares, que le podía salir el hombre sin cabeza, les dijo que fue víctima de un secuestro en el Estado de México, los uniformado la atendieron, porque estaba desgreñada, con los ojos morados y todos los pelos parados, la llevaron con su jefe, contándole que ellos daban su rondín cuando de pronto les salió una mujer, pensaron que era una alma en pena e hicieron la señal de la cruz, dijo el comandante “Pistolas” que era la llorona y pensaron en echarle  la camioneta encima para destriparla.
Comentaron que iba a la altura del Pedregal en el municipio de Atotonilco de Tula, de acuerdo con las autoridades, sentada en el banco de los acusados, para que soltara la sopa, le volvió a repetir que era víctima de unos señores que la privaron de su libertad, que la agarraron de momento y uno de ellos le puso una venda en los ojos y le dio vueltas para meterla a un coche, que ella pensaba que a lo mejor la llevaban a quebrar la piñata, no le creyeron, le volvieron a preguntar cómo fue lo que le pasó o le iban a echar tehuacán en la nariz, para que cantara.
Les volvió a repetir que la agarraron varios sujetos, se la llevaron a la fuerza y la encerraron en una casa de seguridad, la tuvieron a pan y agua, y les tuvo que decir cómo se llamaba y que era de buena familia, les dio el teléfono y el nombre de la calle donde vivía a los plagiarios, que pidieron el rescate, dijo desconocer cuánto fue lo que le dieron y  la dejaron en libertad,  ella comenzó a caminar y fue cuando la encontraron los policías.
Pusieron la alarma y se juntaron todos los de la corporación, los mandaron a que recorrieran de cabo a rabo todo el municipio y que pidieran apoyo a otros, Salieron haciendo un escándalo de todos los diablos y mientras se quedó detenida la mujer; estaban muy preocupados y hacían la investigación porque seguido encuentran a mujeres por ese lugar, donde está lleno de tugurios, ya no es zona roja, pasaron la horas y llegaron unos señores, preguntando que si no habían visto a una mujer chaparra, gorda y greñuda, dijeron que cerca de donde andaban, hay un hospital psiquiátrico, se les escapó, ya que es una de las personas a las que les falla el coco.
Les dijo el comandante de guardia que pasaran a una oficina para que la reconocieran, al verla, dos de ellos se le aventaron sin darle tiempo de que aventara madrazos, le amarraron las patas y las manos y se identificaron como los responsables que cuidan a las locas y que den gracias a Dios que no los atacó.