POR UN PELITO Y SE LO ECHAN AL PLATO
Asaltaron un gasolinera. Lo que les voy a contar sucedió antes de la 5 de la mañana, todavía no cantaba el gallo.
Los trabajadores estaban casi enroscados porque hacía mucho frío, pues ni las moscas se les paraban, De momento se pararon y todos a correr, diciendo: “Vieja el último”. Esto pasó en la gasolinera que se encuentra en Ciudad Sahagún. A uno de los despachadores le dieron un balazo a medio perro, que quedó boca arriba, mirando al cielo. Sus compañeros echaron mano a su bolsa y sacaron los celulares para pedir ayuda a la policía.
Les contestó el comandante de guardia, y le dijeron que fuera de volada a la gasolinera porque unos monos los habían atacado para robarles lo de la cuenta. Uno de sus compañeros estaba inconsciente, en un charco de sangre, pero no sabían adónde le había salido, de seguro le entró un plomazo.
En menos que lo cuento, salieron los paramédicos de la Delegación Cruz Roja y se trasladaron al lugar, donde encontraron a un herido mirando al cielo y apenas se quejaba. Lo revisaron y observaron que tenía una herida causada por una arma de fuego a la altura del hombro derecho.
Se informó que solo tenía un agujero, la bala no salió.
Llegaron y lo bajaron, metiéndolo a la sala de urgencias del Seguro Social de esa población. Dijo uno de los médicos, que estaba pelón sacársela porque según ellos, la bala estaba entre el estómago y el pulmón. El pronóstico de salvarse era reservado. Por otro lado, mientras los médicos luchan para salvar al herido, los elementos de la policía municipal encontraron a dos trabajadores a quienes interrogaron, y uno de ellos fue el que dio la declaración.
“Estabamos cotorreando arrinconados porque hacía mucho frío, cuando llegó una camioneta para cargar gasolina, mi compañero se levantó y fue él quien recibió el balazo. A nosotros nos golpearon con la cacha de la pistola, nos quitaron la cuenta y se pelaron de casquete, sabrá Dios por dónde se fueron, pues todavía estaba oscuro”.
Los gendarmes se subieron a la camioneta y salieron como alma que lleva el diablo, rumbo a Tepeapulco. Uno de los que declararon les gritaba a toda pulmón: “Por ahí no, se fueron rumbo a Tlanalapa”.
UN GENDARME MATÓ A UN HOMBRE
Ahora se lo quieren fregar, metiéndolo tras las rejas. Él se defendió como gato boca arriba, y dice que el león no es como lo pintan. Afirma que al que se echó al plato, estaba loco y quería hacer cachitos a otro ciudadano con un machete. El policía a todo pulmón, le gritó a que se calmara, pero como no le hizo caso, sacó la fusca y le disparó.
Todo este chisme sucedió en el municipio de Cardonal. Cuando andaba dando su rondín, se percató que había una riña en la calle. Como estaban dándose hasta debajo de la lengua, a mano limpia, gritó desde lejos, que ya estaba bien, que les ordenaba en nombre de la ley, que se estuvieran quietos.
Pero al ver que uno sacó un machete e iba a partir en dos a su vecino, no le quedó de otra que soltarle un plomazo, que cayó fulminado como si lo hubiera madreado un rayo.
De acuerdo con la información, para que vean que todo fue legal, estaban dos camaradas alegando, que después subió de tono, y se soltaron los madrazos, bailándole como boxeador. Algunas de los mirones estaban emocionados; señoras, espantadas, pidieron ayuda a la policía, para que los fueran a calmar a macanazos.
Más tardaron en llamar, cuando los policías ya estaban en el lugar. Ahí se dieron cuenta que un hombre a quien se le habían pasado las cucharadas, pues andaba borracho, se ponía como gallito y para demostrar que era muy macho, sacó un machete. Cuando se acercaron los uniformados, el hombre sacó su machete y comenzó a tirar de golpes a lo loco; fue cuando el oficial, que es de pocas pulgas, sacó su pistola y madres, le dio un balazo.
El hombre que tenía el machete, ni pío dijo, cayó cuan largo. Llegaron refuerzos de la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo, y se los llevaron detenidos a todos, hechos bola. El juez inició la averiguación correspondiente por el delito de homicidio. Pedro ‘el Malo’, por las moscas, para que no fueran a linchar los familiares del muerto, quedó tras las rejas. Informó la Procuraduría que lleva a cabo las investigaciones para deslindar responsabilidades y esclarecer los hechos.
Aunque están claros, todo un batallón de uniformados estaba presente, lo mismo que de mirones, y dicen que no hay asunto que arreglar. Si el policía no se lo quita, entonces el ahora occiso hubiera hecho picadillo de gendarmes; que fue en defensa propia.
UN HOMBRE CON MUCHA SUERTE
Quedó apachurrado al volcar su automóvil. Gente voluntaria y los policías tardaron más de una hora para sacar al chofer, que solo pujaba pero no hablaba. Para que no le digan ni le cuenten, vamos a ver qué sucedió.
Cuando conducía su automóvil metiéndole toda la pata, en una de esas perdió el control y “¡bolas!”. El tractocamión, al pasar por una curva, se le fue de lado y se impactó con un muro de contención, que la mitad de la cabina quedó reducida a un montón de fierros retorcidos; entre ellos quedó el chofer, y los socorristas, en friega loca, le salvaron la vida.
Los hechos sucedieron rumbo a Ciudad Sahagún, a unos cuantos metros del poblado Emiliano Zapata. Ahí la unidad que transportaba cientos de cajas de cervezas, quedó recargada sobre su costado izquierdo, tapando toda la carreta, de ambos carriles. El madrazo fue notificado de volada a las autoridades de la región. Recurrieron al apoyo del equipo hidráulico, y comenzaron las labores de rescate, que se prolongaron por varias horas, para saber del chofer, que a todo volumen pedía auxilio.
El operador dijo que tenía 25 años. Resultó con fractura de tibia y peroné. Llegaron más socorristas de Ciudad Sahagún luego las ambulancias, chillando a todo que daban, y se llevaron al herido al hospital. Se quedaron al cuidado varias patrullas y policías de distintos municipio, para evitar la rapiña, ya que se enteraron que era un cargamento de cervezas, aunque varios dijeron matanga dijo la changa, apoderándose de las cajas que quedaron regadas, y juntos, brindaron por la Virgencita de Guadalupe, que le salvó la vida al chofer, y a ellos les quitó la sed.