Un Infierno Bonito

“EL CHAQUETAS”
Llegó a Pachuca hace mucho tiempo acompañado de sus padres, estaba muy chico, su papá era un indio que usaba calzón de manta y huaraches, la mamá vestía nagua y andaba descalza.

Se supo que vinieron de una ranchería de por Tlanchinol, pusieron un puesto de verduras afuera del mercado, les iba muy bien, pero un 24 de junio del año de 1949, como a las cinco de la tarde cuando el cielo se puso negro y comenzó a llover, el cielo tronaba que daba miedo, los que andábamos en la calle tratamos de cubrirnos porque la gente pensaba que era un temporal, pero eso no fue cierto, porque el agua bajó por todos lados y subió a una altura de dos metros, se veía por el Río de las Avenidas, de momento se escuchó un trueno, que alumbró a todo Pachuca, era una tromba que había caído desde la cañada de San Buenaventura, muy al norte de la ciudad.
‘‘El Chaquetas’’ tenía aproximadamente unos nueve años, llorando por el miedo se subió a una ventana, la gente le ayudó para que llegara a la azotea y desde ahí vio cómo el agua se llevaba a sus padres. Toda la gente trataba de buscar refugio, se metían a los mercados, a la iglesia, y donde pudieran.
Pachita la portera de la vecindad fue quien lo ayudó y después se hizo cargo del niño, la señora que era muy buena gente, lo ayudó con techo y comida, la gente también cooperó para el niño, regalándole ropa, de entre la cual le dieron una chaqueta grande que siempre uso y de ahí el apodo de ‘‘El Chaquetas’’.
Se llamaba Martín, pero nadie le decía por su nombre, cuando tronaba el cielo se espantaba y se metía debajo de la cama, la señora lo sacaba a palos para que se le quitara lo miedoso, muy pocas veces se le veía jugar, siempre estaba sentado en un rincón de la casa, con cajas de cerillos hizo un carrito, le puso ruedas de fichas de refresco y se la pasaba contando sus canicas.
Pasaron dos largos años y‘‘El Chaquetas’’ estaba gordo, quizá por tanto frijol que le daban de comer, parecía tener más edad pero no, tenia los 10 años. El tiempo corrió rápido y se aumentó otro dos, y ahora ‘‘El Chaquetas’’ contaba con 12 años.
Doña Francisca fue a ver al encargado de la mina del Cuixi, para que le dira trabajo porque ya no aguantaban estar comiendo chalupas y tortillas duras. Como era gente del barrio le dijo que si, pero le advirtió que era muy peligroso trabajar en la mina y que no se hacían cargo de algún accidente.
Lo hubieran visto bajar a la mina con unas bototas, pantalón grande y su chaqueta que no se la quitaba para nada. Usaba una lámpara de carburo abollada, la primera vez que bajó a la mina se orinó de miedo, pobrecito sufrió mucho por las maldades que le hacían sus compañeros, usaba toda su lámpara abollada que apenas le daba luz, cuando ‘‘El Chaquetas’’ cumplio 15 años, sus compañeros le hicieron una taquiza, le daban pulque pero con la mano les decía que no.
Desde ese dia le subieron un poco el suelo y también de categoría, ahora era ayudante de perforista y la verdad como no le pesaba el trabajo para él se le hizo fácil.
Doña Pancha junto con Martin, ya habían cambiado un poco de vida, ya comían un pedazo de carne y tortillas frescas. Como en la mina hay mucho peligro en un ocasión ‘‘El Chaquetas’’ encendió la dinamita, salía mucho humo, de pronto vio luces y a sus compañeros que iban para afuera, y tenían que pasar por donde iba a tronar la dinamita.
Al verlos corrió avisarles que se regresaran pero no le dio tiempo, la pólvora trono y lo hizo volar contra las rocas. Hubo muchos que corrieron, uno de ellos fue a avisar al barretero lo que había pasado, entró la cuadrilla de rescate y el que estaba era “El Chaquetas”.
Llegaron las ambulancias y se lo llevaron a la Clínica Minera, donde los medicos decian que no podían hacer nada por el. Tenía partes del cuerpo reventadas y más en la cara, Panchita al saberlo casi se volvió loca, estuvo a su lado sin dejar de llorar, pidiéndole a Dios que lo salvara. Una de las enfermeras le pregunto que si era su hijo, ella le dijo que sí, le dijo que era muy valiente, desde que llegó no se había quejado para nada, pasaban los días y no había mejoría, seguía en estado crítico, decian lo médicos que iba a morir porque ya no había remedio.
Doña Pancha fue a ver al encargado de la mina para pedirle ayuda, porque no veía mejoría y además no tenían para comer, que se pagará una indemnización, pero le dijo que ahí  todos saben a lo que le tiran, además no hicieron ningún contrato el entro por su voluntad.
La señora fue a la Compañía Real del Monte a dar la queja de lo que había pasado, pero no le hicieron caso, dijeron que los abogados de la empresa se encargaban de esos casos. Pasaban los días y era un sufrimiento para Panchita Martínez, la señora andaba pidiendo dinero como ayuda a los compañeros del ‘‘Chaqueta’’, pero le contestaban que estaban igual y que a lo mejor algún día les podía pasar lo mismo, de tanto sufrimiento a la señora lo dio un ataque y quedó muy grave porque se pegó en la cabeza, estuvo muy poco en el hospital porque murió.
Los vecinos del Arbolito ayudaron para su entierro, para su café, y para las flores.
‘‘El Chaquetas’’ sin reponerse porque rumiaba de una pierna a demás estaba todo hinchado y como le había pegado en la cara, se había convertido en un monstruo.
Se dedicó a ayudar a tirar basura o acarrear agua que es muy escasa en los barrios, les daba miedo verle la cara. Un día, los vecinos no lo vieron cerca de una semana, lo fueron a buscar a su casa y por todos lados, pero no lo encontraron, hicieron una búsqueda en todo los lugares donde cada día se iba a sentar a mirar la ciudad, pero no encontraron nada, les  dijeron que fueran cerca de la mina del Cuixi, y en la boca del tiro estaba su chaqueta, dijeron que se había suicidado, y hasta ahí quedó la historia de Martín ‘‘El Chaquetas’’.

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