Un Infierno Bonito

EL DEBATE
Juan “El Cajete” discutía a grito abierto con su vieja “Chana” a causa del gasolinazo que estamos viviendo. “El Cajete” alegaba que no podía aumentarle el gasto porque laboraba en el Programa Emergente de Trabajo de Gobierno del Estado, y que esos monos no le aumentaban el sueldo.

Trabajaba de sol a sol y por eso se tenía que tomar por lo menos 5 caguamas para que no se deshidratara, y como le pagan el sueldo mínimo, salía a mano.
Su greñuda vieja no le entendía y le decía que le valía madre, que el dinero que le daba no le alcanzaba ni para el bofe del gato. Estaba enojada porque le daba vueltas al asunto buscando la forma que su viejo le diera más dinero. Y le dijo:
    •    ¿Por qué no te metes de minero?

Al “Cajete” parece que le picaron la cola.
    •    ¡No mames! Pobres cuates, les ponen una madriza debajo de la tierra y les pagan una madre. Están como calacas, andan hablando solos, caminan con las manos colgando, como si les pesaran las nalgas.

    •    Ya te dijo que me vale madre, o le entras para el chivo o te vas derechito a ver a tu madre. ¿Crees que con 100 pesos que me das a la semana, me alcanza para darles de tragar a 10 chamacos y de pilón a ti cabrón, que comes como pelón de hospicio? Por Dios, que me da mucha pena darles a los chavos puros frijoles con memelas, pobrecitos, luego andan como ametralladora.

    •    En una parte estoy de acuerdo contigo, pero debes de comprender que mi trabajo es eventual, dice mi encargado que en unos 3 o 4 años llega el aumento.

    •    Ya no quiero alegar contigo, es como si estuviera hablando con un pinche burro.

    •    Tú eres la que no entiendes. ¿Por qué no nos aventamos un debate como lo hacen los políticos chingones, a ver quién tiene la razón? Lo hacemos enfrente de toda la familia y los amigos y compadres para que sepan quién tiene la razón y a ver quién gana.

    •    Ya dijiste, güey, pero no vayas a salir con la mamada de que se canceló.

    •    Hoy, hoy, sabemos de qué tigre salen más rayas; el debate va a ser en serio, lo haremos en la noche, para que me aviente el mañanero.

    •    Me tienes que decir la hora para avisarle a mi familia que esté presente porque esto se va a poner de pelos; de mediadora ya tengo a doña Pancha, que es una persona neutral.

    •    ¡No! Esa pinche vieja no. Es feminista, y me va a poner en la madre, de por si anda de chismosa, que todos los hombres son infieles y desobligados.

    •    Ya dijimos, y no te vayas a echar para atrás.

La noticia corrió en todo el barrio, que en la vecindad se iba a realizar un debate. Se juntó mucha gente, pues nunca habían presenciado una babosada en vivo. Llegó la hora, en medio de la casa pusieron sillas alrededor y a los dos contrincantes. Habló doña Pancha:
    •    Para no echarle tanta crema a los tacos, les presento al señor “Cajete”, que reto a la señora “Chana” a debatir sobre su vida social. Voy a sacar un papelito del sombrero que tiene el número uno, que le corresponde a la señora “Chana” y el número dos al señor “Cajete”; le damos vuelta y comenzamos; salió el número uno y le toca a doña “Chana”. Le damos dos minutos para hablar.

    •    Yo, “Chana” Hernández, me presento ante ustedes como una mujer abnegada; soy priísta, tuza y guadalupana. Siempre he obedecido sin protestar a mi marido, como toda fiel cristiana; pero por falta de alimentación porque no me da lo necesario para comer, se me cuentan todos los huesos de lo flaca que estoy, y vean a mis chavos, que están en la misma forma; por lo tanto, señalo a mi viejo borracho como un hombre desobligado, y mal esposo, porque es descendiente de familia hojaldra; por ahí dicen las malas lenguas que anda de rabo verde con la pinche vieja panzona de la tamalera.

Doña Pancha interrumpió:
    •    Alto, “Chanita”, su tiempo ha terminado, le toca rebuznar al señor “Cajete”.

    •    Yo me presento ante ustedes como un hombrecito cumplidor en todos los aspectos, siguiendo los pasos que me dejó mi padre que en paz descanse. Trabajo como burro para darle lo necesario a mi trompuda, lo que pasa es que presto mis servicios en Gobierno y me cae que ahí no gano ni para calzones; además mi vieja me pide dinero como si fuera diputado. No quiere que me junte con amigos, me quiere tener encerrado como gato ratonero, nada más cuidándole las teleras.

    •    ¡Tiempo! Sigue usted, “Chanita”.

    •     Ya para darle la puntilla a este güey, les diré que es un borracho mamón, que pertenece a raza mendiga, que desconoce la mano que le dio de tragar. Miren esta cicatriz que tengo en la espinilla, hace unos días me la hizo de una patada. Me descontó a la mala y se echó a correr. Llegó a la medianoche haciéndomela de pedo, que no recordaba nada. No me rajé con mi papá porque le hubiera rajado cuenta madre tiene, y…

    •    ¡Tiempo! Sigue el señor “Cajete”.

    •    Lo que dice mi vieja que la desconté a la mala, quiero decirles que es mentira, no soy traicionero, se me puso al brinco y tuve que darle un soplamocos porque como marido me tiene que respetar como si fuera su padre. Y tengo todo el derecho de desmadrarla cada que se me eche a las barbas, y ya picado, si hay un changuito entre los presentes, que le brinque y nos madreamos.

Se metió “El Pingüino” que es el papá de doña “Chana”, y le puso un madrazo en el hocico al “Cajete”, que lo mandó de nalgas, dándole de patadas. En eso entró al ruedo la mamá del “Cajete”, que le dijo:
    •    Déjelo, pinche viejo encajoso; él no está solo, aquí tiene a su mera madre.

Sin hacerle caso el papá de “Chana”, le siguió pegando al “Cajete” hasta que entró su familia del golpeado y se armó un desmadre familia contra familia; volaron las sillas, hubo heridos, llamaron a los granaderos, que a macanazo limpio se los llevó ante el Ministerio Público, que les dijo que iba a encerrar a todos, pues los debates solamente los pueden hacer los candidatos a presidentes, o algún politiquillo que rete a otro; que les iba a poner una multa alta para que se enseñen a respetar los debates.

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