UNA DISCULPA.
Para mi dar una disculpa a la gente que estimo, aparte de la pena, como que no me atrevo a dar la cara, solamente pública, donde hubo gente, como se dice, que la regué, y eso me ha dolido bastante, comenzare por el escritor, Yuri Herrera Gutiérrez, quien presentó en el Fundación Arturo Herrera Cabañas, uno de sus libros titulado “El incendio de la Mina del Bordo”.
Acompañado Anselmo Estrada, y yo, que no le serví de nada. A la doctora Irma Eugenia Gutiérrez, Tonatiuh Herrera, el profesor Bonfilio Salazar, a todos los de la Fundación y a la gente que fue a la presentación.
Pero vamos a comenzar desde un principio, como fue, no se decirles como fue. Si hace, unos días, varias semanas, o meses, no recuerdo. Fui a la Fundación a solicitar, mis libros “Un Infierno Bonito” y Personajes de Barrio” me los pedían prestados, para una entrega de un Premio, de cultura que había ganado.
Ahí se encontraba Tonatiuh y el profesor Bonfilio, quien le dijo a un amigo que estaba con ellos,
• Ya conoces al “Gato seco” siempre da platicas aquí en la fundación y llena los salones.
Respondió Tonatiuh sin dejar lo que estaba escribiendo.
• ¡Pero esta vez fallo!
Me cayeron muy raro sus palabras, pero como iba con prisa no le pregunte y me salí. Por el Reloj, encontré a Melitón, somos muy amigos trabajamos juntos en la mina y me dijo.
• Ponte abusado pinche gato, porque un coche te puede destripar, últimamente te he visto que andas todo pendejo, como lo estuviste en la presentación de un libro de minas, nada más te quedabas mirando a todos parece que estaban pelando tripas, y cuando hablaste de minas, no sabías ni que decir luego te saco un cuate casi cargando y te llevo en un coche.
Con esas palabras me estaba cayendo el 20, y añadí las palabras de Tonatiuh.
• ¡! Pero esta vez fallo!!
Triste, cansado y sin iluciones, camine a donde iba, en el camino encontré, otro compañero me pregunto que me había pasado, que hable de otros cosas ajenas a la presentación del libro, yo tampoco recuerdo nada de mi actuación, solo me entere que había valido madre. Por eso me dirijo a Yuri.
Mi querido amigo, desde el día de la presentación de tu libro. Me siento triste, porque te fallé al hablar, no he estado en paz, hasta no darte una explicación. Una semana antes de tu presentación, me habían operado de Cáncer en el Colon. Los médicos me quitaron 56 centímetros de intestino, y tenía un tumor en el estómago. Las Quimoterapias, que me pusieron fueron de 5 semanas seguidas.
En las primeras estuve a punto de morir, baje de peso, de 55, a los 44 kilos. Al estar en tu presentación, me hacia el fuerte, pero la reacción de los quimos, fue más. De momento comencé, a sentir mareos, y se me perdió la memoria, hable de la mina pero no supe que.
Cuando se pararon yo también lo hice, pero no sabía a qué había ido. Uno de mis hijos me llevo a la calle y reaccione en el Seguro Social, donde estuve internado, hasta que me pusieran terapias de emergencia. Esto también me ha sucedido en el radio, y en mi trabajo. De momento se me olvida lo que digo, o lo vuelvo a repetir, también mi edad ha contribuido en ello.
¡ESTO ES LO QUE TENIA PREPARADO PARA HABLAR!
“PRESENTACION DEL LIBRO EL INCEDIO DE LA MINA DEL BORDO”
Buenas noches tengan todos ustedes.
Les doy las más sinceras gracias, a Yuri, a la doctora Irma, y a Tonatiuh, a todos los de la Fundación Arturo Herrera Cabañas, por haberme invitado. El Hablar del incendio de la mina del Bordo, me hace recordar la novela de Benavides, “La Quemazón de la mina del Bordo” – (El Doble Nueve)
Cuando lean el libro que escribió Yuri. Nos va a sacar de dudas, los hechos escritos son verídicos, nos habla de niveles, que son los metros de profundidad, de las minas que estaba a un lado de la mina del Bordo, que tenían la misma profundidad, 500 metros. Era el Tiro de la Luz, y Sacramento, que años antes de la quemazón, pertenecían a la compañía Norteámericana, “Inversiones Mineras, S.A. y Estaban abandonadas.
La mina del “Bordo” pertenecía a la compañía Real del Monte y Pachuca, era la que trabajaba los tres turnos. Según sabemos, por medio de documentos, que tiene el Archivo de la Minería, que era un miércoles 10 de marzo de 1920, como a las 6 de la mañana, sonaron los silbatos, de las minas, de San Juan Pachuca, y La Hacienda de Loreto, que anunciaban un accidente.
La gente se imaginó, que podía ser en la mina de Rosario, San Buena Ventura, o El Cristo, subieron por el camino de la calle del barrio del Arbolito, iba mucha gente y familias, aunque eran pocos los mineros, de Pachuca, que trabajan en La mina del Bordo, la mayoría eran curiosos.
Cuando la gente llego por la Peña del Cristo, que está en la carretera, que sale a la Estanzula, y al pueblo de Cerezo, vieron una Columba de humo, que salía de atrás, del Cerro, de San Cristóbal. Al llegar a la mina del Bordo, estaba cerrado el portón, la gente se metía a la fuerza, para saber que le había pasado los familiares, que viven en los pueblos, Del Bordo, Cerezo, y La Estanzuela.
Llegaron guardias de seguridad, de la compañía Real del Monte, sacaron a la gente que se había metido, Hubo, empujones, caídos, pisados, porque solo tenía una la puerta, en algunas ranuras podían ver el interior, estaba rodeada de una barda, alta que era imposible meterse.
Llego un coche un juez del Distrito, con el presidente municipal, hablaron con él ingeniero que era el encargado de la mina y se regresaron, diciendo que no pudieron levantar su acta, por él hubo.
Poco después, Llegaron los gringos, que eran los superintendentes de la mina, del Bordo, que tiene, una profundidad de 525 metros, y del nivel 365, hasta llegar al nivel 500, por los lados tenía madera, que fue la que se quemó, no la mina.
Se escuchó, que era un descuido del calesero, esa madera debería de estar mojada, todo el tiempo, por las piedras que se vienen de arriba, van chocando de un lado y sacan chispas, que fueron las que quemaron la madera. Los médicos de la compañía, dijeron que el humo de la madera quemada, produce un toxico, que quien la inhala al momento se muere.
Aun así, los ingenieros de la mina, ordenaron tapar el tiro, sabían los dueños de la mina, que les salía más barato, pagar a los muertos, que hacer una mina nueva.
El incendio termino el 19 de marzo, que sacaron 54 muertos, el día 20 sumaban 69, y después 76 todos murieron en varios niveles, a pesar de que humo solo era en el tiro. El jefe de la mina, ordeno que se hiciera un agujero grande para enterrar a todos, que según fueron 87.
Al único que interrogaron las autoridades, fue al perforista Félix García, dijo que él estaba en su trabajo y escucho una voz, que se bajara, porque se está quemando la mina, se bajó con su ayudante Filomeno Camacho, y Eulogio Mendoza, que duraron en un hoyo, casi 10 días sin comer. Fue chistoso el decir, que hubo 87 muertos en la mina que se quemó, todos los que sacaron estaban destrozados, pero no había ningún quemado.
No los llevaron al Hospital Civil, de Pachuca ni de Santa Gertrudis. Por eso las versiones, de algunos escritores, que sacaron o seguirán sacando, lo que paso. La realidad, de lo que sucedió, es la que van a tener en sus manos, “El libro de incendio en la mina del Bordo” por el escritor Yuri Herrera Gutiérrez que, se metió en varias partes, hasta para sacar datos que se acercaran de aquel accidente minero. Incluyendo el expediente que realizaron las autoridades.
También podemos decir, que pudo ser, que como a la mina del “Bordo” tenía dos minas, a su lado que no se trabajaban, como lo era La de la Luz, y Sacramento. Como no pertenecían a la compañía, era bueno desaparecerlas, ya que tenían varios años, de estar abandonadas, al cerrarlas la compañía Real del Monte, se apoderaría de ellos, comunicándolas por el Nivel 370 de la Mina de San Juan, y así fue.
A unos días, después de que taparon las minas, y enterraron a los muertos, ya estaban barrenando el túnel, que comunicaría a Santa Ana, La luz, y sacramento lo mismo que la del “Bordo”
Yo estaba listo para contestar las preguntas que me hicieran, la gente que estuvo presente, las tengo memorizadas, porque desde hace varios años, me intereso “La quemazón de la mina del Bordo” y tengo un buen escrito a mí manera de hablar, en mi libro “Un infierno Bonito” pero como te falle, ahora me siento muy mal.
Varias personas que estuvieron presentes, me contaron algo de lo que te estoy escribiendo. De mi operación del cáncer, algunas, que me vieron desde que yo entre, que estaba mal. Otras que me conocen lo aceptaron y comentaron, que lo mejor era que no me hubiera presentado.
Esta es mi Disculpa, y no vayan a pensar, “Que cuando la partera es mala, le echa la culpa a otra cosa”
Espero me disculpen para sentirme mejor.