UN PISTOLERO LLEGÓ A MATARLO
Era mediodía del fin de semana, un hombre alto, robusto, como si viniera del oeste vestía botas vaqueras, pantalón de mezclilla, camisa de cuadros, chaleco de cuero, y un pañuelo rojo, amarrado en el pescuezo. Caminaba con las patas abiertas, moviendo las manos cerca de las piernas, a la altura de las bolsas, donde le colgaban un par de pistolas con una funda de lujo; su mirada era fija.
Mucha gente lo siguió por curiosidad, porque en Pachuca es muy raro ver a hombres vestidos de esa manera, se metió a una vulcanizadora que se encuentra en la entrada de la colonia Colosio, y se dirigió a donde estaba un joven a quien le preguntó “¿Tú eres ‘el Alacrán’?”, le contestó, muy firme: “Abuelita de Batman”.
“Vengo de muy lejos, a matarte, tú empanzonaste a mi carnala, reza lo que sepas, infeliz, porque de esta no te escapas”, le advirtió y haciendo un movimiento rápido, apuntó con el arma. El muchacho, sacando los ojos, movía las manos para que no lo hiciera. Le gritó que se calmara. El matasiete le disparó. El empleado agarró un tubo y se lo azorrajó en la cholla. El pistolero cayendo al suelo, le vacío la pistola, nada más le atinó dos balazos, pero no lo mató. La gente chifló, y algunos le echaron una trompetilla, abucheándolo. El tirador anónimo salió del taller soplando su pistola, y se echó a correr.
El ayudante del talachero, de nombre Roberto Vargas Cruz, cayó al suelo, llenó de sangre, haciendo un charco. Llegaron los uniformados, que tuvieron que echar a la gente hacia atrás para que no estorbaran en las maniobras para sacar al herido y llevarlo al Hospital General, donde quedó internado.
Los uniformados se llevaron al maestro Miguel Ortiz Meza, testigo del atentado. Dijo al MP, que es el dueño del taller de vulcanizadora que se encuentra en prolongación Colosio de la colonia que lleva el mismo nombre.
Declaró que cuando entró un hombre con pistola en mano, nada pudo hacer; hablaron muy poco y le disparó a su ayudante, que cayó parando las patas, y fue cuando quiso intervenir, pero por los nervios, le pasó lo que al zancudo que una pata se le enredó y la otra se le hizo nudo; solo vio cuando su ayudante dio el mulazo, pensó que se lo había echado al plato, porque le vacío el revólver, y luego se salió abriéndose paso entre la gente, que le chiflaban mentándole la madre.
Los médicos del hospital le echaron ganas y lo estabilizaron para salvarle el pellejo al muchacho, y pudo rendir su declaración. Dijo que en la mañana llegó al trabajo. Estaba parchando una llanta, de momento entró el vaquero, quien le dijo que si el era “El Alacrán”; como hay tanto loco en esa colonia, para quitárselo de encima le dijo que sí, y fue cundo le disparó.
Sintió como un piquete en la pierna derecha, que se le puso tiesa. En segundos agarró un tubo y le dio un golpe en la chirimoya. Luego le disparó, y ya no supo más. Con el susto, se desmayó y le ganó en los calzones. Pero de hay en fuera, no conoce al tirador, o por qué lo quería matar, si él no tiene enemigos.
Tras las primeras investigaciones que realizaron los agentes, dicen que el joven a quien iban a matar tiene muchos problemas sentimentales, familiares, inclusive dio nombres de varios parientes que piensa fueron los que lo mandaron matar. A los agentes ya les cayó el 20, y aseguran que en menos que canta un gallo, agarraran al fallido asesino y a sus cómplices, entre ellos va su vieja de Roberto Vargas Cruz, de 27 años, que como volvió a nacer y ahora se va a cambiar el nombre, al menos está contento porque engañó al tirador, pues a él no le dicen “El Alacrán”, es conocido como “El Chivo”.
INTENTABAN ABRIR UNA CAMIONETA
Dos amigos de lo ajeno trabajaban rápidamente, con el fin de que nadie los viera que iban a abrir una camioneta, pero esta vez los acompañó su mala suerte, pues les llegó la policía por la retaguardia. Eran dos ladrones que al verlos, se quedaron fríos. Los agarraron con todas sus chivas que estaban utilizando para abrirlo, y a uno de ellos se lo llevaron detenido a la barandilla.
Los hechos ocurrieron en el estacionamiento de la tienda de autoservicio que se encuentra en el entronque de los bulevares Ramón G. Bonfil y Luis Donaldo Colosio de Pachuca. Se dijo en el informe, que un gendarme municipal que realizaba sus recorridos de seguridad y vigilancia, fue solicitado por medio de radio, que en el lugar estaban dos sujetos, haciéndole la lucha de abrir una unidad Chrysler Vayager, color azul, placas de circulación del Estado de Hidalgo, “Tierra de trabajo”.
Cuando llegó el policía localizó a un lado de la unidad, dos personas que estaban tratando de abrir la portezuela; al verlo se echaron a correr. El oficial solicitó apoyo de sus compañeros por medio de radio, quienes llegaron en menos que lo cuento, y se bajaron a perseguirlos.
Agarraron a uno de los ladrones, quien dijo que tenía 34 años de edad: fue al que alcanzaron porque el otro logro zafárseles de las manos y escapar; a pesar de los patrullajes que hicieron por todas partes, no le vieron la cola. El individuo que agarraron fue llevado ante el MP. Le encontraron un desarmador plano y tijeras, con que dañaron la chapa de la camioneta. El sujeto recibió la lectura de la cartilla donde trae un pasaje de la Biblia y habla de Dimas, el buen ladrón; y otro de los uniformados, con toda atención, después de haberle mentado la madre por correr, le explicó con detalle el por qué se lo llevaban.
También le explicaron que lo iban a presentar ante el MP con el fin de que, según su delito, fuera castigado, y se quedó encerrado. Las nuevas leyes que se están llevando a cabo, son leerles la cartilla donde trae un pasaje bíblico y se porten bien y ya no comentan delitos, y las explicaciones del por qué se los llevan, es para que no se quejen que los agarraron de momento, como le pasó a la maestra Gordillo, que Murillo cuando era procurador, mandó por ella sin darle tiempo a que montara a su caballo.
IDENTIFICAN EL CADÁVER DE LA MUJER
Se acuerdan que les había dicho que encontraron el cuerpo de una mujer dentro de un jagüey, y sus familiares dijeron que cayó por accidente, por lo que no hay delito que perseguir; no obstante, los agentes de investigación ya habían agarrado a los que la aventaron, pero los tuvieron que dejar libres.
Fue identificado el cuerpo sin vida, encontrado en un jagüey del cerro de Zacatepec, municipio de Metepec, que se trató de una joven campesina, originaria y vecina de la localidad de San Felipe, Santa Ana Hueytlalpan, en Tulancingo. Su padre y su hermano la reconocieron, y consideraron que todo se debió a un accidente, cuando la mujer regresaba de trabajar.
Como se les había informado de manera oportuna, las autoridades del municipio de Metepec alertaron al MP sobre la presencia de un cadáver en el lugar, y se hicieron las diligencias correspondientes. La mujer se llamaba Juliana Álvarez Tienda, de 17 años de edad, cuyo cuerpo fue identificado por su papá y su carnal, Agustín Álvarez León y Juan Álvarez Tienda, respectivamente.
El afligido padre comentó que el lamentable hecho fue después de las 6 de la mañana, cuando vio a su hija que preparaba su comida para irse a trabajar; más tarde, como a las 2, cuando él laboraba en Tulancingo, recibió una llamada de su hija Ofelia, comunicándole la desgracia.
La mujer le dijo a su jefe que su hermana había muerto; por otro lado, le dijeron que Juliana después de trabajar, comió y se retiró a su casa y se cayó en el jagüey. Considero al igual que sus hijos, que todo fue un verdadero accidente, y solicitaron su cadáver para darle cristiana sepultura. La joven dejó en la orfandad un pequeño de dos años de edad. La causa de la muerte fue asentada en la averiguación, y no hay pez.
MANEJÓ COMO LOCO Y CHOCÓ
El hecho sucedió por alcance, en la autopista México-Pachuca, a la entrada de Zapotlán. El saldo fue de dos lesionados y daños materiales cuantiosos. Esta es la triste historia de un tipo que manejaba como si estuviera loco, se estampó por alcance, con una camioneta, y los dos choferes resultaron desmadrados.
De acuerdo con las primeras versiones, el encontronazo fue ocasionado por conducir a gran velocidad y falta de precaución. Los vehículos fueron un Chrysler Shadow color gris, placas de circulación MFW 2869 conducido por Juan Francisco Miguel Martínez de 34 años de edad, con domicilio en Loma Bonita, Tecámac, Estado de México.
Se informó que los dos conductores resultaron heridos, por lo que fueron trasladados a Zapotlan de Juárez. Así mismo, la policía intervino en las maniobras de abanderamiento para evitar que no chocaran otros. Dijeron que el chofer del vehículo Chrysler iba manejado como loco, pero dijo uno de los testigos, que estaba loco porque acababa de salir del Hospital Ocaranza, donde están todos los internados que les falla el coco.
TENÍAN SU GUARIDA EN SAN CAYETANO
Muchos jóvenes se reunían para ponerse mafufos y chupar. Detienen a uno con 90 gramos de marihuana. Los vecinos de la mencionada colonia les dieron el pitazo a los uniformados de la municipal, y les mostraron el baldío.
Era la guarida de un grupo de viciosos que seguido acuden al lugar para chupar y drogarse. En el lugar encontraron a un hombre que estaba sobrepasado, que no sabía cómo se llamaba. Tenía muchas fuerzas porque cuando lo quisieron levantar, les puso un aventón a los gendarmes que hizo chuza, tumbó a cuatro.
Se encontraban en la calle Volcán Chinchón. Los vecinos dijeron que a todas horas, en plena luz del día, varias personas al parecer le entraban a la fumadera y luego salían a hacer desmadres. Los colonos se encerraban en sus casas para que no los fueran a madrear, porque se ponían locos. Los uniformados, muy machos, les dijeron que a dónde, porque ahorita iban y los sacaban a chilacatazos.
Al llegar los uniformados, descubrieron un grupo de 12 sujetos que fumaban la pipa de la paz, mientras que otros se empinaban las botellas a boca de jarro; pero al ver que llegaron las camionetas patrullas, todos corrieron en distintas direcciones, burlando a los policías, que corrían con las manos abiertas, agachándose, parece que estaban agarrando pollos.
Todos los burlaron, menos uno, que de tanta droga que había consumido, no se pudo parar, y se lo fregaron. Dijo que tiene 28 años de edad y vive en la misma colonia. El hombre fue esculcado y se le encontraron 5 bolsas de plástico de distintos tamaños, todas conteniendo marihuana que hacen un total de 92 gramos. Con esas evidencias, fue llevado al MP donde quedó para ser investigado, porque se sabe que él es el distribuidor.
OTROS MARIHUANOS FUERON DESCUBIERTOS
Los uniformados detuvieron a un hombre de 29 años de edad y a un menor de 17, en posesión de marihuana y polvo blanco, quienes alegaban que era blanco de zinc para que no les apestaran las patas; probándolos, supieron que era cocaína, y les dieron de macanazos por chismosos.
Conducían a exceso de velocidad, sobre la carretera Pachuca- Ciudad Sahagún, dentro de la jurisdicción de Mineral de la reforma. Estos individuos fueron acusados por un conductor, que dijo por un pelito de rana le dan en la madre. Sólo le rompieron el espejo.
En la mencionada carretera se realizó un operativo, y les cayeron a los tipos que iban en un automóvil Nissan Tsuru. En la revisión de rutina, fueron encontradas entre sus ropas, dos bolsas de plástico que contenían polvo blanco con las características de cocaína, y otra sustancia en forma de piedra. En las ropas de menor fueron encontradas unas bolsas de plástico que contenían marihuana, dijo que se las llevaba a su jefa porque no podía caminar. También llevaban una pipa de aluminio color roja.
Dijo el mayor de edad, que el muchacho era su entenado y como siempre peleaban, traían esa pipa para fumar la pipa de la paz. Fueron puestos ante el MP para que les apliquen el castigo correspondiente, porque les dijeron que no la venden por si ellos querían comprarla, sólo es para su consumo personal.
NOTA CHIRRIS
LLEVABA UN ARMA Y 54 CARTUCHOS
Los uniformados de la municipal detuvieron a un sujeto a quien se le veía un chipote por el ombligo; cuando lo pararon para ayudarlo, pensando que era un tumor, resultó ser una pistola, sin el permiso correspondiente.
Lo agarraron sobre la carretera Agua Blanca-Metepec, a la altura del kilometro 10. El individuo cuyo nombre no fue revelado porque puede ser inocente, caminaba por la carretera, y cuando vio a los uniformados se espantó, queriendo echar mano a su fierro, como queriendo pelear. De inmediato lo pasaron a la báscula encontrándole en la bolsa del pantalón, 54 cartuchos, y clavada en la cintura, una fusca calibre .22. De volada, lo esposaron porque saben que por esos rumbos, quien carga una pistola es un matón, y se lo llevaron al bote.
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