ASALTAN UN OXXO
Tres ladrones se quisieron se pasar de lanzas, los uniformados los apañaron. Estos monos son del Estado de México, se la jugaron al hacer un salto a mano armada. La captura de los cacomiztles se logró luego de una persecución de película, habían asaltado a dos tiendas al mismo tiempo, ubicadas en la calle de Libramiento Club Rotario Sur, esquina en la colonia Adolfo López Mateos, en el barrio de Nacozari. El otro robo fue en la avenida Juárez Sur, esquina con Circuito de Diamante.
Los responsables responden a los nombres de Román, de 28 años de edad, y Salvador, no le ponemos apellidos porque no tiene padre, mucho menos madre, pero son originarios del municipio de Zumpango, Estado de México. Déjenme decirles que Salvador, al realizar una búsqueda llamada Plataforma México, cuenta con una orden de aprensión en Ecatepec, Estado de México.
Sobre los hechos, los gendarmes dieron una información detallada cómo paso, comentaron que a las 9 de la noche, el encargado de la tienda Oxxo ubicada en el libramiento club Rotario, realizó una llamada de auxilio, en la que dijo que habían sido víctimas de un asalto. Por ese motivo se puso al tiro la gendarmería, armando un operativo de localización y búsqueda, sin lograr encontrarlos.
Muy tristes los uniformados, cansados y fracasados, regresaron a su congal, pero unos 15 minutos después les volvieron a llamar para decirles que en otra tienda, localizada en la avenida Juárez Sur, los estaban asaltando. De volada implantaron el código Rojo, mediante el cual se difunde la información del vehículo y sus características y de los probables ladrones, ese tipo de operativo lo tiene la policía federal. Se prestó a echarles la mano a los municipales.
En ese momento se logró la ubicación del automotor, mismo que circulaba a gran velocidad, con rumbo a Tecámac. Los cacomiztles escapaban, al localizarlos, comenzó la persecución a los ladrones, que viajaban en un automóvil Ford tipo Explorer con placas de circulación MMX-7040, lográndolos asegurarlos por el Circuito Bicentenario, y fueron trasladados a las instalaciones de la corporación para que les dieran para adentro.
Fueron puestos a disposición, uno de ellos llevaba una pistola, 33 botellas de licor de diferente marcas, 10 cajetillas de cigarros, 5 tarjetas de internet, 12 tarjetas telefónicas, además la camioneta tipo Explorer que se habían volado, con las placas que ya les dije, y eran del Estado de México.
QUISO VENDERLE CHILES AL VERDULERO
Arely Soto Hernández, de 19 años de edad, junto con su novio y unos amigos, se les prendió el foco, y planearon hacer un simulacro de secuestro y darles un susto a los padres de la novia, a modo de que les sudara la cola, y pedirles 300 mil chuchos.
Idearon un plan que no les podía fallar, primero robaron la casa de su hermana de Arely para tener dinero y poder moverse, repasaron el plan, pero algo falló, y les dieron en la madre, llevándoselos al bote junto con la secuestrada, los judíos del grupo Huejutla, que iban dispuestos a todo, jugándose el cuero con tal de salvar a la chamaca.
Se descubrió que era puro cuento, estaba llorando en el cuarto de un hotel, en la calle de Javier Rojo Gómez, colonia 5 de Mayo del municipio de Huejutla; una llamada anónima les llegó a los de Fuerza de Tarea y a los investigadores, que organizaron un impresionante despliegue de gendarmería. Los vecinos estaban espantados, pensando que iban a acabar con todos los nahuales del pueblo, rodearon el hotel, y ahí estaba la señorita.
Ella dijo que tiene su domicilio en la colonia CNC del municipio de El Higo, Veracruz, y les explicó con lágrimas de cocodrilo, a los Agentes de la Coordinación de Investigación, cómo la raptaron; les dijo a los investigadores, haciendo pucheros, que salió de su domicilio para comprar masa, en el camino se le acercó un hombre por la retaguardia, poniéndole un cuchillo debajo de la cintura, donde comienza la raya de la cola, y fue obligada a subirse a un coche color blanco; la sentaron en el asiento del copiloto, y volteando de rabito de ojo, logró ver a otros dos tipos de cuidado.
Después le pusieron una venda en los ojos, y cuando pasaron donde estaba un retén, los pararon y le dijeron que por qué la chamaca la llevaban como la gallinita ciega. Les dijo el piloto, que él es su novio, que era su cumpleaños de la joven, y le taparon los ojos porque ella iba a quebrar la piñata. Los policías la felicitaron y los dejaron pasar.
Luego, para evitar broncas, la sentaron abajo del asiento, pero ella les dijo que la subieran porque ya se le habían dormido las nalgas, la bajaron para que caminara y estirara las piernas; luego la llevaron a un hotel que desconocen, y nuevamente le vendaron los ojos y la sentaron en el suelo; le amararon las manos y las patas con cinta canela, y la amordazaron para que no abriera el hocico.
Así permaneció tres días, dijo Arely que después de esos días, la metieron a una habitación y la golpearon sin piedad, le quitaron su libreta donde tenía los números de los celulares de sus familiares. Siguió comentado la joven, que le hablaron por teléfono a su papá y le pidieron 300 mil pesos por liberarla, y que si no se los pagaban lo más pronto posible, la iban a matar, y también a él, si no cooperaba.
Para que aflojara, uno de ellos la golpeó, y gritaba como si estuviera pariendo chayotes: “Ayyyy, por favor, ayúdenme”. El padre de la muchacha les dijo que la dejaran en paz, que él había conseguido 150 mil pesos, que la dejaran libre con ese dinero. Le contestaron: “Ni madre; mátenla”. Los ministeriales, que estaban atentos en otra de las bocinas a cada una de sus palabras, se dieron cuenta que estaba mintiendo.
Los investigadores al verla tranquila y sin ningún golpe, se la llevaron a sus oficinas de la coordinación de Huejutla, para seguirla interrogando. Hablaron a su familia, que habían encontrado a Arely, buena y sana; pero les contestó un muchacho que les dijo que es hermano de la secuestrada, y estaba que echaba chispas en su contra, pues les dijo a los agentes que no la fueran a regresar, que la metieran al bote porque que hace 15 días, ella y unos hijos de su madre habían robado en la casa de su otra hermana, y que ella estuvo involucrada.
Los agentes se comunicaron con el comandante “Chupa Cabras” de Huejutla, y le dijeron que habían agarrado a tres de los secuestradores y detuvieron a la secuestrada. Arely no tuvo otro remedio que decir que su novio planeó el secuestro y ella escribió el mensaje dirigido a sus papás; el señor estuvo a punto de dar el mulazo, porque ya le anda fallando la molleja. Sacó sus ahorros, pidió ayuda a un vecino, que lo orientara, y le contó lo que estaba pasando; le aconsejó que recurriera con la policía, y le preguntaron que cuánto le pedían; les contestó que 300 mil pesos; le dijeron que no les diera nada, que ellos se encargarían de buscar apoyo con sus colegas.
Cuando llegaran al pueblo se los iban a entregar para que le diera 300 mil madrazos a cada uno. Arely Soto Hernández quedará a disposición del Ministerio Público de Veracruz, y como dicen los políticos de El Partido Verde, que cadena perpetua a los secuestradores, y como ella se secuestró, ni pez, ya se la cargó el payaso.
CAPTURAN A DOS POR COMETER UN ASESINATO
Los agentes de la Coordinación de Investigación de Tepeji del Río estiman mucho a su querido capitán y no quieren que despierte de su sueño de lograr que Hidalgo sea el Estado más seguro de la República Mexicana. Por ese motivo trabajan muy duro y andan con todo sobre los delincuentes, casi no duermen por andar persiguiendo a los delincuentes, sospechoso que encuentran, lo agarran.
El día de ayer, capturaron a dos sujetos que mataron a un joven vecino del municipio. Sin darles tiempo de montar en su caballo, los pescaron y de las greñas los llevaron ante las autoridades competentes, a fin de deslindarlos de las responsabilidades en torno de un asesinato que estuvo perrón, y dejó muy desconcertados a los habitantes de Tepeji.
Informaron que fue como al mediodía cuando el grupo de tepejanos les echaron el guante, ya los traían por homicidio, se echaron al plato a Saymón Axel Miranda Reyes. Los acusados se llaman Adrian “N” y Juan Daniel “N” (la “N” quiere decir que no saben sus apellidos), fueron puestos ante un juez competente y llevados al Centro de Reintegración Social para Adultos (Cereso) de Tula de Allende.
Ambos emputados porque los agarraron (perdón) ambos imputados tienen 18 años de edad, vecinos de las populares colonias de Tlaxinacapan y San Mateo del municipio de Tepeji del Rio. Pero para que queden bien enterados, les daré todos los detalles, así que pónganse abusados.
El 3 de mayo, día de los albañiles o de las cruces, cuando con engaños, acordaron que sacarían de su casa a la víctima. Fue Adrián, que le dijo que lo invitaba a una fiesta, que iban a ir unas viejas bien buenas, y ellos se la pasarían de pelos; el otro, muy confiado, salió sin saber que en la esquina lo esperaba Juan Daniel, al verlo luego, rebuznó, parece que le habían picado la cola, y le reclamó que hace unos días le había robado su celular.
Entre los dos le pegaron, parecían ministeriales, que no lo dejaron, hasta que les confesó que él fue, lo tumbaron en el suelo y le metieron una piedra en la boca para que no gritara, porque se quejaba mucho. Lo dejaron al ver que ya no pataleaba, y se fueron a la casa de Juan Daniel, se cambiaron de ropa, y luego salieron a comprobar que no estuviera vivo y los echara de cabeza.
Le quitaron las llaves de su casa y se metieron al cuarto del joven, a ver si no tenía celular, como lo encontraron, le quitaron el del muerto, lo vendieron y se repartieron el dinero, 70 pesos para cada uno. Recogieron las piedras, las echaron en una bolsa y las fueron a tirar en una zanja, sus llaves de su casa también las aventaron.
Ahora les toca a las autoridades castigarlos de acuerdo al grado de homicidio, porque este caso estuvo muy duro y condenable, así lo dijeron los agentes investigadores.
MUCHO CUIDADO CON LOS TRANZAS
Arturo Villegas Castro es más tranza que su madre, ha engañado a varios paisanos, robándoles sus coches, pagándoles con cheques sin fondo. En las últimas horas, le robo a dos cristianos, que lo andan buscando, pero lo van a encontrar el día de juicio, porque ni la policía ha podido dar con él.
Quien está que se lo lleva Pifas, es don Apolinar González, de 55 años de edad. Dijo que el día de ayer, por la tarde, se le presentó un hombre chaparro y le preguntó en cuánto vendía su carro, que como está enano, le gustan los grandotes y se había enamorado de su Gran Marquiz modelo 84. Apolinar le dijo que se lo vendía por ser para él, en 26,500 pesos; sin protestar, contestó: “Sobres, lo compro. Hágame la carta de responsiva”. De inmediato, don Apolinar se puso en friega, escribiendo y firmando.
Arturo le explicó que le iba a dar un cheque por 27 mil pesos. Don Apolinar le dijo que ni madres, que solamente de contado, peso por peso, como a la Bartola. Arturo le dijo que no desconfiara de él, que le diera el carro y don Apolinar le entregara los papeles hasta que cobrara el cheque.
Don Apolinar le dijo que no. Arturo seguía insistiendo, “Le estoy dando 500 pesos de más, ¿por qué la desconfianza?”. Don Apolinar confió en el chaparro, le dio el carro. Al día siguiente, que fue a cobrar, al señor se le doblaron las patas cuando le dijeron que ese cheque era robado. Fue a poner su queja y luego a la iglesia a pedirle a San Judas Tadeo que lo ayude a buscarlo porque le iba a dar en toda su madre.
Pasaron días, y por otro lado, Juan Ramón Ávila, que trabaja la herrería, estaba lavando su camioneta Nissan en la calle de Flores Magón 203 de la colonia Francisco I Madero, cuando llegó un chaparro, de nombre Arturo Villegas Castro, y le preguntó que cuánto quería por su camioneta. Juan Ramón le contestó que la estaba dando barata porque necesitaba una lana, que se le vendería en 36 mil pesos. Arturo le comentó que le parecía muy bien el precio, que hiciera el contrato de compraventa.
El chaparro le dijo que le iba a hacer un cheque por la cantidad. Hay fue cuando Juan Ramón brincó como chivo, y se molestó, que le hubiera dicho antes para no hacer el contrato.
Arturo le dijo que no desconfiara de él, que era el santo de su vieja y le iba a regalar la camioneta, que aceptara el cheque, y mañana lo esperara y juntos lo iban a cobrar. Que vive en la calle de Doria número 110, junto a la Tintorería Modelo. Que no fuera gacho, que le dejara la camioneta, que su vieja se iba a poner muy contenta. El herrero vio la alegría que se reflejó en los ojos del chaparro cuando le dijo que era el regalo para su vieja, y le dijo que se llevara la camioneta. Al día siguiente lo estuvo esperando desde temprano, y el condenado chaparro no llegó. Lo fue a buscar a la dirección que le dijo, y los vecinos le dijeron que no conocen a ningún chaparro; fue a cobrar el cheque y no tenía fondos. Muy enojado fue a poner su demanda, y por confiado, se quedó a pata. Dijo que no se acordaba bien de su cara, pero era un chaparro. Les decimos a todos los chaparros que anden con cuidado, no los vaya a encontrar el herrero y les raje la madre.
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