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Un Infierno Bonito

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EL NOPAL

“El Nopal” era  un minero de la mina de San Juan, donde todos piden pan y no les dan.

Estaba casado con doña “Chole”, al “Nopal” le valía madres la vida, desmadroso, borracho, mujeriego; le decían “El Nopal” porque no se rasuraba y tenía poca barba. Viva en la vecindad del “Garbanzo” en el barrio del “Arbolito”.
Era un 31 de diciembre y meneando la cintura como teibolera, poniéndose un dedo en el ombligo entró bailando y cantando a su casa.
    •    “Yo no olvido al año viejo, porque me ha dejado cosas muy buenas, me dejó una burra, una vieja mensa y una suegra mula”.

La señora lo miró enojada.
    •    ¡Cállate el hocico, pinche viejo payaso!, luego se te habla de tu raza y parece que te pican la cola, ¡por favor cállame a esos malditos escuincles cabrones!, no dejan de quemar cohetes, cada que truena uno, brinco como chivo.

    •    ¡Cálmate vieja!, no hagas corajes, se te vaya a reventar la bilis, con todo y chichero y te lleve el tren.

“El Nopal” salió y decomiso los detonantes, dándoles un soplamocos, por hijos desobedientes. En una bolsa metió los cohetes y le dijo a su vieja:
    •    ¡Estoy güeyes estaban más cargados que “Sadam” en explosivos! ¿Dónde los dejo?

    •    Échalos al bote de la basura, aquí los cuido que no los agarren. Ponte a pelar los chiles y los tomates, con eso de que anduve buscando lo más barato en el mercado, me chupo la bruja y es muy tarde.

    •    ¿Qué vas hacer de cenar?

    •    ¡Voy a repetir lo que cenamos en Navidad!, guajolote en chilito rojo, pero como tu familia es re pendeja, les voy a decir que es pavo. En estas fiestas se vienen como marabunta, hasta cargan con el abuelo.

    •    ¡Ahorita vengo, vieja!, voy a ver al cantinero, le encargué el chupe y un barril de pulque para tu jefa, y voy ahorita porque si no al rato le echa agua y queda aguado y le vaya a dar chorrillo a mi suegra.

    •    No tardes pinche “Nopal”, me cae que voy por ti y te sacó de las greñas de la cantina.

“El Nopal” llegó a la cantina y estaba hablando con el cantinero cuando llegó “El Abuelo”
    •    ¡Quihúbole Nopalon!

    •    A tu hermana le bajó el calzón.

    •    No se deja ¡te invito un tequila!

    •    No me tientes Satanás, para que le busco ruido al chicharrón, mi vieja esta como agua para pelar pollos y no tarda en venir a sacarme a topes, mejor ayúdame a llevarme los cartones de cheves a mi cantón.

    •    ¡Ay güey!, son más de 10 y una caja de pomos.

    •    ¡Y faltan los de la cruda!, échame la mano y en la noche te invito a mi casa.

La señora tallaba el piso a rodilla, estaba limpiando toda la casa ya que la tenía que dejar como espejo, para la cena de Año Nuevo.
Pasaba el tiempo y comenzaba a recibir a sus parientes.
    •    ¿Ora’ qué? ¿Qué pasa con la música? ¡chinga!, si no estamos en la revolución.

    •    ¡Es tu pinche abuelo que a huevo quiere bailar el zopilote mojado!

    •    ¡Ah que pinche viejito!, se quedó en la revolución, ahorita le dijo a mi hija que lo lleve bailando hasta la calle y cierre la puerta ¿Crees que alcance la cena vieja?

    •    ¡Simón!, le completamos con frijoles.

    •    ¡Ya van hacer las 11 de la noche!, hay que estar listos a las 12 de la noche, me voy a aventar un discurso.

    •    ¡Sírveme una cubita, estoy tan cansada que de buena gana me voy a ranar!

El tiempo pasó volando y acomodaron a todos alrededor de la mesa.
Dijo “El Nopal”:
    •    ¡Silencio ranas, que va a cantar el sapo!, en estos momentos que están sonando las doce de la noche, levanto mi copa como bohemio, para desearle a toda mi familia un feliz año nuevo 2019 ¡Salud!

Se escucharon aplausos y el chocar de los vasos, se le acercó la señora y le dijo en voz baja
    •    ¿No tienes cerillos? se apagó la estufa.

Sacándolo de su bolsa “El Nopal” se los dio, la señora con un papel prendió la estufa y lo tiró prendido, cayendo en el bote de la basura.
Se escuchó una explosión de cohetes, gritos y todos buscaban ponerse a salvo. Se escuchó un estallido al explotar el tanque de gas, tumbando la cocina.
Fueron minutos angustiosos y entre los escombros sacaban a los invitados de “El Nopal” que gritaba como loco.
    •    ¡Saquen a mi vieja!, ella estaba en la cocina. Pobrecita se movía como judas.

Llegaron las ambulancias y distribuyeron a los heridos a distintos hospitales. Las horas pasaban y parte de la casa del “Nopal” se había venido abajo.
Aunque la mayoría de lesionados eran leves, “El Nopal” lloraba como niño chiquito, su vieja estaba enterrada bajo los escombros.
Se sentó en un montón de piedras, sin quitar la vista fija de un lugar.
De momento vio que se movió una piedra y entre los escombros fue saliendo su greñuda vieja.
Se limpió las lágrimas y la ayudó a salir.
    •    ¡Ay mamacita linda!, la bruja escaldrufa.

    •    ¡Ayyy!

    •    ¡Estas viva!, bendito sea Dios, te había dado de baja en esta vida.

La llevaron al hospital y al medio día del año nuevo, bromeaban de lo sucedido.
    •    ¿Qué fue lo que pasó?, cuando estaba echando el discurso, de momento parecías diablo, estabas echando lumbre por todos lados y luego madres, que se nos viene el techo encima.

    •    ¡Fueron los pinches cohetes que tenía en la basura! prendí la estufa y bolas.

    •    ¡Una desgracia! ¿Qué te pasó?

    •    Tengo la cola quemada y estoy apachurrada. Pero contenta y con muchas ganas de vivir, tenemos que parar la casa o el viejo de don Molina, es capaz de darte en toda la madre.

Y estos son unos de mis personajes, que las tragedias las toman como son.
Ellos y yo, junto con todo el personal que labora en PLAZA JUÁREZ les deseamos un FELIZ AÑO 2019. Esperando que los 365 días, sean de salud, dicha y felicidad.