NO SE ANDUVO CON CUENTOS Y SE MATÓ
Una joven mujer no aguantó los dolores que le daban de día y noche, y mejor tomó el camino torcido. Sus deudos aseguran que era víctima de alguna maldad que le habían hecho las vecinas porque en el pueblo hay muchas curanderas que se dedican hacer el mal.
Cansada de padecer dolores muy fueres en la barriga y calambres en las piernas, decidió escaparse por la puerta falsa, se dio un balazo cerca del corazón y se fue al valle de las calacas, a ver si ahí hay quien la cure porque había visto a muchos médicos pero nunca le atinaron en su enfermedad.
El suicidio ocurrió en San Lorenzo Sayula, municipio de Cuautepec. El MP y sus agentes investigadores realizaron las diligencias de rigor, diciendo que se había suicidado Verónica Reyes Ríos, de 22 años, quien dejó en la orfandad a tres chavitos de 6, 5 y 2 años, respectivamente. Mauricio Hernández Ríos, el ahora viudo, dio a conocer que en la mañana de anteayer estaba en su domicilio junto con su esposa e hijos y también estaba su suegra, Lucía Ríos Salvador.
Después su mujer se fue a su recámara y él se quedó platicando con su suegra, cuando de momento acucharon un balazo y corrieron a ver qué pasaba en el cuarto de Verónica, a quien, para su mayúscula sorpresa, hallaron en un charco de sangre. En el patio de la casa estaba Milton Espinosa, chofer de Mauricio quien le pidió que lo ayudara a llevar a su esposa al hospital. Le dijo llorando:
“Apúrate, no quiero que muera mi esposa, porque la amo”. La subieron en el automóvil y salieron como rayo, rumbo a Cuautepec, a la estación de Bomberos y Protección Civil. A partir de ahí, uno de los rescatistas manejó el coche hasta llegar a la clínica del Seguro Social, donde los médicos se echaron una lucha a calzón quitado con la pelona para salvarle la vida a la víctima, pero les ganó y la mujer murió.
Mauricio fue abordado por los agentes investigadores para saber qué pez, y les dijo que como cualquier matrimonio, tenía problemas pero sin llegar a los golpes, y fue en esta semana cuando tuvieron una fricción. Les comentó que con frecuencia su esposa se desesperaba porque padecía fuertes dolores en el abdomen y se enfermaba a cada rato. La llevaba al médico pero no le daban a lo que tenía.
Dijo que lo que les caía de extraño era que los martes y viernes sufría los dolores más intensamente y ella caía en cama. Buscando el remedio fue a ver a un curandero en Chignahuapan, Puebla, quien les dijo que alguien del pueblo se la quería echar al plato. En una ocasión Verónica Reyes le dijo a su marido que ya no aguantaba los dolores y que se iba a matar. Sin embargo, él no creyó que lo fuera a hacer.
Para la consumación de sus propósitos suicidas, Verónica usó una pistola que la familia tenía para su seguridad. Aunque los agentes no creen en la brujería, por lo que se van a dedicar a indagar el asunto para esclarecerlo. En tanto, pidieron el reporte del resultado de la autopsia de ley, mismo que reveló como causa de muerte: que la bala le atravesó el pulmón izquierdo. Buscarán sin descanso a quien le causaba el daño, por lo que sólo trabajarán martes y viernes.
ANDABA A SALTO DE MATA, PUES HABÍA MATADO A SU VIEJA
Roberto de la Rosa Mondragón andaba paseando por San Juan del Río, Querétaro, donde lo vieron los gendarmes, muy sospechoso, porque caminaba moviendo la cabeza para todos lados, y cuando veía a un policía se agachaba y se iba de lado para que pensaran que era de Pénjamo. Uno de los uniformados no le quitaba la vista de encima y cuando se acercó junto a él, se orinó en los pantalones por el miedo de que lo agarraran, y ese fue su error.
Cuestionado, dijo que tiene 22 años y es oriundo de Pachuca, por lo que le preguntaron qué andaba haciendo en aquel lugar. A lo que les contesto que andaba buscando trabajo. Uno de los uniformados le dio un golpe en la cholla, diciéndole que no fuera chismoso, porque Hidalgo es tierra de trabajo, “sí, pero no hay trabajo”.
Le pidieron su identificación y contestó que la había perdido. Le dijeron que se subiera a la camioneta patrulla porque lo iban a llevar a la barandilla; al llevarlo lo pasaron a la oficina para consultar datos personales a través de la Unidad Plataforma México, donde le encontraron que tenía una orden de aprehensión por homicidio, ya que se había echado a su vieja. Fue conducido a Pachuca, a disposición del juez penal correspondiente, y se quedó en el Cereso.
TESORERO TRAMPOSO
Se ha hecho como el tío Lolo para no pagar los gastos a las víctimas de un choque que ocasionó. Vamos regresarnos para recordar que hace un año el panista Elías Ávila Ruiz, tesorero del Ayuntamiento de Acaxochitlán, provocó, en estado de ebriedad, un grave accidente, dejando a tres personas lesionadas, las cuales, en la actualidad, presentan secuelas.
El accidente ocurrió el primero de mayo del 2014. Luz de los Ángeles Rodríguez Mendoza, una de las afectadas, explicó que iba a bordo de un Volkswagen Pointer, color gris, acompañada de su hija, Janet García Rodríguez, y Alfredo Sánchez Benítez.
Circulaban sobre la carretera federal Pachuca- Ciudad Sahagún, cuando, a la altura del kilómetros 17.5, fueron envestidos por un automóvil Volkswagen Jetta negro, placas de circulación HMM-4998 conducido a alta velocidad. Iba tan borracho que no había prendido las luces, y le dio un madrazo por la retaguardia, los arrastró unos 20 metros, cayendo a una pequeña barranca.
“A diferencia de mis acompañantes, no perdí la conciencia, todo el tiempo estuve alerta, voltee a ver que mi hija estuviera bien, pero quedé de una sola pieza al ver que mi coche no traía la parte de atrás. Me salí por la ventanilla y a gatas, buscaba a mi hija, porque estaba todo oscuro”.
Dijo que afortunadamente, un desconocido le echó la mano y los auxilió, y le explicó que el que le pegó era el conductor del coche Jetta, de nombre Elías Ávila Ruiz, que estaba hasta las chanclas de borracho. Alfredo Santos Benítez quedó prensado, con cuatro costillas fracturadas, los rescatistas rompieron lo que quedaba del coche para sacarlo. “Mi hija Janet García Rodríguez fue la más perjudicada, con hemorragia cerebral, y diagnosticada con hematomas, le pusieron clavos en los codos, y le quedó una cicatriz muy visible en la cara”.
Luz de los Ángeles quedó herida de una pierna y a la fecha, tiene secuelas de una contractura; jalada por el cinturón de seguridad, le ocasionó una hernia femoral, es de por vida y los dolores seguirán. Tras los hechos, se informó que los heridos fueron llevados al Hospital General, pero con engaños, el abogado de Ávila Ruiz, especificó que los perjudicados hicieron un convenio para pasarlos al Marfil, donde estarían mejor.
Pero con ese documento el desgraciado se deslindó de su responsabilidad, según se dice que el oficial Gómez acompañó a Ávila Ruiz en todo momento, y lo llevó a que fueran a un Oxxo a tomarse un café para que se le bajara la briaga.
No fue detenido a pesar de que se trataba de lesiones que ponían en peligro la vida, y ser un delito que se persigue de oficio. El funcionario hizo gala de sus influencias como servidor público, para que no hubiera registro del accidente. No hay libro de los hechos en el Hospital General de Pachuca, ni en la Policía Federal de Caminos, todo el tiempo fue resguardado por el oficial alcahuete, Gómez.
La señora Rodríguez Mendoza dijo que en una ocasión hubo un careo de conciliación donde acudió Ávila Ruiz con su abogado, quien dijo que su representado no estaba dispuesto a pagar los medicamentos y la atención de los lesionados porque estaba amparado.
Desaparecieron el Jetta negro que conducía Ávila Ruiz. “Llevamos un año y el MP indica que no se ha reunido el desahogo de las pruebas, tenemos fotos de un dictamen médico de las lesiones que pusieron en riesgo nuestra vida.
“También una chica, llamada Bárbara, presunta pareja del mendigo que nos chocó, se acerco a uno de mis familiares sobornándolos con 5 mil pesos, con el objetivo que dejaran así las cosas”.
LES CONTARON UNA PELÍCULA DE NARCOS
Los dueños de un rancho, según ellos, dicen que tienen muchos años que lo habían dejado abandonado porque tienen otros negocios en la capital, al llegar quedaron con el hocico abierto, pues encontraron cosas robadas y tenían cartuchos y rifles.
Tremenda sorpresa se llevaron los propietarios de un rancho que se encuentra en el barrio de Tlatempa, municipio de Acaxochitlán, al darse cuenta que su propiedad se había convertido en una cueva de Alibaba y sus 40 ladrones. Encontraron cartuchos y una carrillera de revolucionario, comentaron que les dio miedo, pensaron que a lo mejor era gente de Villa.
José Martín y Elías Vargas Fonseca dijeron a las autoridades que viven en el Distrito Federal, mostraron documentos de que son los dueños del rancho, cuando llegaron lo encontraron hecho un desmadre, se observaba que había sido talado clandestinamente, y quedó como el Parque Nacional del Chico, por eso dieron parte a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), que ahora se ve como El Hiloche de Real del Monte. Al parecer le han estado dando en la madre a los árboles desde hace mucho tiempo, cuando llegaron las autoridades ordenaron que aseguraran la madera, estaba un camión cargado de troncos.
Llamaron a los uniformados y a los agentes de la Coordinación de Investigación para que le fuera a echar un ojo porque le habían dado en la madre a la cerradura principal, que ellos dicen que desde hace años que se fueron y la dejaron cerrada como la puerta negra. Comentaron que el predio es de 13.5 hectáreas, 11 son boscosas y el resto está distribuido en huerto y terreno, dijo Martín Vargas. “Entramos a las habitaciones y parece que estuvo gente extraña, con un desorden de todos los diablos, al revisarlo encontramos muchas cosas que no son de nuestra propiedad, había cientos de bicicletas, televisores, estéreos, balas de diferente calibres, y no son de nosotros, como el rancho está en el monte pudieron los ladrones esconder el botín de algunos robos”.
Comentaron que ya tenían un buen tiempo de no ir, y ahora tienen miedo de que les den en la madre cuando lleguen los desconocidos a buscar lo que encontraron. De hecho, fueron llevados a Tulancingo, ante el MP, a declarar, junto con todo lo que hallaron, dijeron que lo que van a hacer es irse otra temporada al Distrito Federal, con el carnal Marcelo, no vaya a ser el diablo y se los ejecuten, las autoridades les dieron una orden y quedaron advertidos que no pueden salir del país, dijo que su rancho quedará decomisado hasta que quede claro lo que está oscuro.
JURA QUE VIO UN ALMA EN PENA
Con los pelos parados, muy espantado, mirando para todos lados, y amarillo como chale, lo sacaron de un agujero donde se había caído. Alfonso Vázquez Hernández, de 50 años de edad, su familia lo llevó al Hospital General porque estaba todo desmadrado. Allá rindió su declaración ante el Agente Social, y les dijo que se encontraba en el cerro de San Nicolás, en Pachuca, juntando un poco de leña, serían como las 7 de la noche.
De pronto sintió que le picaron las costillas, volteó y no era nadie, le dio escalofrío, que se le puso la carne de gallina, y mucho miedo, comenzaba a oscurecer y mejor se regresó a su casa, cuando iba bajando el cerro, se le apareció un esqueleto, con pedazos de carne podrida, le salían gusanos, y apestaba bien feo. Se le acercó y le extendió los brazos.
Alfonso quedó mudo, sintió que le cortaron las patas, y se desmayó, rodando por la pendiente, cayendo en un agujero como de 3 metros, no sabe cuánto tiempo duró sin conocimiento. Pasaron por ahí unos vecinos del barrio de Españita, se les ocurrió orinarse en el agujero donde él estaba, al sentir lo mojado despertó, les gritó, pero ellos se espantaron y se echaron a correr.
Él siguió pidiendo auxilio, pero nadie le ayudaba, pasaron las horas, era medianoche, y no podía salir, al no llegar a su casa, sus familiares fueron a buscarlo, escucharon sus gritos, y lo sacaron de donde estaba, lo llevaron cargando a su domicilio, les juró por la memoria de su jefa, que lo había aventado un muerto.
Su vieja se lo creyó porque Alfonso no toma, ni es chismoso, pero el MP le dijo que iba a levantar el acta por accidente, que ellos no pueden encerrar a un muerto, que le iban a decir al administrador del Panteón Municipal que regañara a los que lo cuidan, porque se les escapó un alma en pena.
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