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Un disparo al corazón humano

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Imágenes que han removido conciencias

  • La fotografía del niño sirio ahogado se ha convertido en icono del drama migratorio; otras fotografías también fueron en su momento la chispa que despertó a la sociedad

Ese día Nilüfer Demir vio al niño mecido por el oleaje y se le heló la sangre. Ningún grito, el silencio auguraba que no había nada que hacer. El mar arrojó al niño como diciendo esto es vuestro, a mí no me pertenece. Polo rojo, pantalón corto, zapatos, ropa cómoda que parece comprada para el viaje.

¿Y ahora ¿qué? Europa ya tiene su foto de la ignominia. El vocerío de los despachos, las explicaciones económicas y geopolíticas, acalladas por el silencio trasgresor de una fotografía. Para Nilüfer Demir ese día podría haber sido un día más. Sus fotografías de inmigrantes llegando a la isla de Kos se hubiesen distribuido de manera habitual a través de la agencia de noticias Dogan y engrosarían el aluvión de imágenes que llegan a las redacciones de los periódicos.

Con el foco informativo puesto en Hungría, los editores gráficos hubiesen seleccionado otras imágenes para sus lectores, familias de Alepo, de Kobane, de cualquier lugar de Siria pasando la frontera. Multitudes luchando por subir a un tren que los lleve a Alemania, huyendo del IS o de Bashar Asad.

Un tremendo dolor y tristeza se adueñan de Nilüfer. El sonido metálico del obturador descarga la impotencia y la devuelven al oficio. Ha sido testigo respetuoso y ha disparado con dolor su cámara. Ha hecho la foto que nunca le hubiese gustado hacer asumiendo el compromiso ético de mostrar una verdad incómoda.

Otros fotógrafos, en otros momentos de la historia también abrieron la puerta trasera. Don McCullin odiaba profundamente la guerra y luchó contra ella mostrando con su cámara la aflicción y la tragedia de los seres humanos. «Soy la personificación de la culpabilidad, soy el que carga con la culpa. No duermo bien… me despierto y pienso en cosas… La fotografía ha sido muy generosa conmigo, pero al mismo tiempo me ha afectado francamente». Chipre, Congo, Vietnam, miserias y muertes delante de la cámara, infectando al fotógrafo, sacudiendo a la opinión pública.