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Última oportunidad para salvar el TLCAN

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    •    Pasaron 24 años para que el gobierno de los Estados Unidos, que defendió el libre comercio durante años, se retractara y diera marcha atrás en sus compromisos comerciales

 

Hoy martes inicia la sexta ronda de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la supervivencia está en las manos de los negociadores que se reúnen este día en Montreal, Canadá, para tratar de llegar a acuerdos sobre capítulos espinosos que quedaron en la mesa en 2017. Los negociadores de los Estados Unidos, Canadá y México, desde este domingo 21 enero iniciaron los contactos, dos días antes de lo previsto, para tratar de rediseñar el Acuerdo comercial firmado en 1993 y entrado en vigor en 1994, para crear un nuevo espacio de integración regional en la primer zona de libre comercio América del norte.
Pasaron 24 años para que el gobierno de los Estados Unidos, que defendió el libre comercio durante años, se retractara y diera marcha atrás en sus compromisos comerciales, bajo el argumento de la pérdida de empleos con la deslocalización de las empresas estadounidenses, según el presidente Donald Trump, quien hizo de su rechazo al TLCAN una de sus banderas de campaña rumbo a la Casa Blanca.
Las primeras cinco sesiones de negociación celebradas desde agosto de 2017 en los tres países, no tuvieron éxito y se dejaron lo temas complicados para discutirlos en este años, a pesar del interés inicial de terminar las negociaciones en 2017 por los tres países. La posición del presidente Trump y sus negociadores, que intentan producir una “mutación” del libre comercio que reduzca el déficit comercial de los Estados Unidos respecto a los dos países, ha empujado a que México y Canadá se unan frente a la intransigencia estadounidense.
Hoy martes en Montreal, los negociadores canadienses y mexicanos intentarán por todos los medios evitar que el presidente Donald Trump concrete su amenaza de sacar a su país del TLCAN si los resultados de las negociaciones no favorecen a su país, las cuales reiteró en una entrevista reciente a Wall Street Journal, el jueves 11 de enero pasado, donde advirtió que durante su campaña, dijo que lo que renegociaría el TLCAN o terminaría con él, aseverando que su posición no había cambiado, por lo que prefería salir si no le favorecen los resultados de la renegación.
El presidente Trump no ha cambiado su tono hostil contra México, no sólo ha seguido amenazando con sacar a su país del TLCAN, sino que ha reiterado nuevamente que construirá su muro fronterizo en la frontera con México  y que los mexicanos serán quienes deberán pagar por su construcción, directa o indirectamente; señalando que el superávit comercial de México con su país supera ya los 71 mil millones de dólares, por lo que 20 mil millones de dólares son sólo un “cacahuetes”, respecto a lo que los mexicanos ganan gracias al comercio  ventajoso con los Estados Unidos.
El presidente Donald Trump sigue sacando sus propias conclusiones de las relaciones comerciales con sus vecinos, buscando culpables de la reconversión industrial de su país que es realmente la culpable de la pérdida de empleos y la deslocalización de cientos de empresas. Las amenazas del presidente Trump pueden ir en serio, en Canadá nadie lo duda, pero este país es su mejor aliado militar y comercial en el mundo de hoy, por lo que bien podrá voltearle la espalda a México pero no a los canadienses.
Si bien se queja del superávit comercial con México, con Canadá los estadounidenses se han beneficiado; pues la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio de los Estados Unidos, señalaron que tuvieron un superávit de 7,700 millones de dólares en 2016. En cambio, es con China que realmente los Estados Unidos tienen problemas; su balanza comercial es negativa en más de 309 mil millones de dólares, seguida por México, cuyo déficit comercial real es de poco más de 63 mil millones de dólares.
Pero al margen de todo lo anterior, es probable que a México le convenga cualquier resultado surgido de la renegociación del TLCAN, antes que perder los mercados para el 80%, en promedio, del total de sus exportaciones. Es mejor que los negociadores mexicanos recurran al Plan B para salvar, al menos, los mercados para el 40% de las exportaciones mexicanas a los Estados Unidos a quedarse sin esos mercados; ello representaría la pérdida de miles de empleos, la devaluación del peso y el inicio de una crisis similar a la de los errores de diciembre de 1994.