Turquía está aumentando su presencia en la guerra Siria ante la dura resistencia del Estado Islámico (EI). La semana pasada los yihadistas difundieron en redes sociales las imágenes de dos soldados turcos torturados y quemados vivos como ejemplo de que no van a rendirse con facilidad.
Ankara respondió al desafío con más efectivos en el enclave de Al-Bab -en cuyo sitio también participan los rebeldes sirios- y con la petición de ayuda a la coalición internacional liderada por EU. La solicitud de Ankara viene a complicar la ya compleja madeja de intereses internacionales en el volátil conflicto sirio.
“No es aceptable que ciertos círculos que critican a Turquía en su lucha contra el EI, no estén facilitando el apoyo necesario en las operaciones en la zona desde Azez a Jarabulus, en Dabiq y en al-Bab”, señaló el lunes el portavoz de la Presidencia turca, Ibrahim Kalin, en rueda de prensa.
El asedio de al-Bab forma parte de la operación Escudo del Eúfrates iniciada este verano por Turquía contra el EI y las milicias kurdas, que en los últimos meses tomaron la franja norte de Siria, fronteriza con Turquía, con el apoyo de EU, y que también luchan contra el EI.