Tu eliges: ¿Drogadicto o líder?

De adicto a ADICTO

Niños en el abismo de la muerte


He palpado el dolor de una madre, el mar de angustia, de dolor y de desesperación que la invaden, al confirmar que su hijo de 14 años está drogándose a diario, externa impotencia, culpa, dolor, coraje decepción y se pregunta, una y otra vez ¿Por qué? Soy testigo de ese sufrimiento y muchas de estas mujeres desesperadas no saben a dónde acudir, ni qué hacer ante la magnitud de esta adicción y me veo obligado a dar un mensaje informativo, redactar este texto para orientar y concientizar, para que en tu casa puedas poner los candados y proteger a tus hijos, puedas darles el blindaje y evitar que los haga trizas cualquier tipo de adicción, recomendando mi obra literaria y mi propia experiencia en este laberinto del ayer y mi recuperación, “Luz del hoy”.

Tenemos un serio problema de salud pública y estamos cruzados de brazos.  Yo soy espejo y me reflejo, mis hijos serán lo que yo transmita, si mi escuela es enseñarles conductas tóxicas, ellos serán tóxicos, fracasados, nacidos para perder, un buen padre debe de proteger a sus hijos dándoles un buen ejemplo en todos los sentidos.

Cuando hay un drogadicto en casa, no te la acabas, te saca canas verdes y ¿Qué necesidad hay? cuando de tu hijo, puedes tener un líder, un hombre de bien, un ser libre de drogas y de conductas tóxicas.


¿Qué es una adicción?

En la actualidad se acepta como adicción, cualquier actividad que el individuo no sea capaz de controlar, que lo lleve a conductas compulsivas y perjudique su calidad de vida, como por ejemplo fumar marihuana, usar inhalantes, pastillas, alcohol, heroína, morfina, cocaína, cristal y cualquier sustancia que entre a su cuerpo y altere su Sistema Central Nervioso, eso es droga y es una adicción.

Una adicción es una obsesión que no puedes evitar, se es adicto al cigarro, al sexo, al juego, al sufrimiento a las relaciones tóxicas y conductas enfermas; quien es adicto, es un enfermo emocional y la adicción a cualquier tipo de sustancia o actividad, se considera como una enfermedad, y debe ser tratada como tal, hay demasiada confusión en los términos, hay personas que sin ser expertos en estos temas, emiten sus diagnósticos y confunden más a la familia, por desgracia en sus decisiones cometen error tras error.

La enfermedad es progresiva, incurable, de por vida y contagiosa, tener un drogadicto en casa, es propiamente tener una maldición. Hay niños que se hacen adultos, crecen de un anexo a otro, de un centro de rehabilitación a otro, salen y recaen, tocan todos los fondos habidos y por haber, sufren, hacen sufrir y no logran salir del infierno, debido a que se cometen serias equivocaciones y muchas veces los que deberían anexarse son los padres y no los hijos adictos. Finalmente, todo termina cuando el adicto muere por mediocre.

¿El adicto, nace o se hace? 


Me dicen tantas incongruencias “es que Calderón la regó en esta guerra inútil contra el narco, tan fácil que hubiera sido negociar con ellos, todo el mundo tiene su precio”, “a mi hijo lo echaron a perder los del barrio”, “esa bola de culpa la tuvo mi ex esposo por infiel y borracho”, “los  pandilleros, buenos para nada, marihuanos mal nacidos”, “fue tanta tele”.

El origen de esta enfermedad es genética, no estriba en las escuelas, ni en las malas amistades, sin dejar de considerar que son ambos puntos, factores determinantes en fomentarse una adicción, el adicto tiene una herencia emocional genética de sus antecesores, abuelos, maternos y paternos, la enfermedad está en la sangre, nace en un hogar disfuncional, donde no hay ejemplos dignos a seguir, por muchas razones no se le fomentaron buenos hábitos, ni valores, carece de carácter, es un tipo débil, endeble que creció entre gritos, violencia y mucha neurosis, el adicto es miedoso, acomplejado, indeciso, más aún, la huella del abandono le pesa y lo marca de por vida, las ausencias de padre y madre, o de ambos lo dañan severamente, como lo hace el hecho de que sus padres se la pasen peleando, gritando, insultándose, devaluándose, desprestigiándose, entre sus hijos, el hecho de que los pleitos sean por todo y por nada, todo ello, son ingredientes básicos en un niño drogadicto, es decir, la escuela emocional que reciben en sus hogares y cuando este niño sale a la calle, alguien le invita a fumar, le dan una cerveza, una bolsa con Resistol cinco mil o tinta fuerte, una jeringa con heroína, una pastilla o un pase de cocaína, este niño, sin conciencia, sin carácter, sin valores, sin autoestima, sin espíritu de lucha, no sabe decir no y en un dos por tres anestesia sus emociones, siente como arrullo al alma, las drogas, al principio son tremendamente placenteras, pero gestan altos niveles de ansiedad y provocan angustia, dolor, malestar y una enorme necesidad de continuar drogándose.

 Droga, es cualquier tipo de sustancia que entra al cuerpo, afecta y altera la mente, el cerebro, hay infinidad de drogas y un niño propenso, es aquel que viene de un hogar disfuncional, que tiene un daño emocional y un pésimo ejemplo. Es decir, la gran mayoría de los niños, son carne de caño para esta devastadora y cruel enfermedad qué hace pedazos a cualquiera.

¿Cuáles son las características de un adicto? 


El niño, joven, el drogadicto, muestra con frecuencia los ojos irritados, rojos, brillosos, la piel áspera, grasosa, amarillenta, mirada dilatada en el caso del marihuana, presenta un lenguaje corporal como en cámara lenta, camina y se mueve muy despacio, incluso, arrastra la lengua, habla muy calmado, tiene atascamientos de comida, deja de comer por algún tiempo y cuando lo hace, come con demasiada ansiedad y en gran cantidad, en el uso de cocaína, esta droga te quita el hambre, hay demasiada neurosis, el adicto se torna intocable, intolerable, insoportable, es irritable, no se le puede decir nada porque se pone sumamente agresivo, es violento, cambia su lenguaje y comienza a usar palabras que antes no pronunciaba, igual, su vestimenta demuestra cambios, como su manera de socializar en casa, la mayor parte del tiempo está asilado, distante, indiferente, sus amistades son nuevas, otros jóvenes que caminan, hablan y se conducen igual que él, son copias al carbón, calcas perfectas el uno del otro.

La pereza prolongada es otro indicador, hay drogadictos “funcionales”, trabajan y gran parte de lo que ganan, lo tiran en comprar drogas. Un marihuano, en la mayoría de los casos, es un neurótico nefasto, mecha corta, explosivo, infantil, déspota, seco, indiferente. Sin amigos.

Un adicto es una bomba de tiempo

En muchos casos, comienzan a desaparecer cosas de valor de la casa, primero son objetos que nadie extraña de inmediato, luego, pierden la vergüenza, se roban todos lo que está a su alcance, duermen todo el santo día y de noche andan en las calles, muchos niños, muchos jóvenes, hombres y mujeres se prostituyen, ofrecen sus cuerpos y servicios sexuales a cambio de sustancias.

Un drogadicto es capaz de hacer cualquier delito. Por supuesto que claudican en sus estudios, al menos que sea en la escuela donde comercializan la droga o sea su refugio de malvivientes, son en su conjunto, una bomba de tiempo, en cualquier momento tienen accidentes de tránsito, tienen problemas con la ley y son sometidos a la cárcel, llegan al hospital por sobredosis o por cualquier otra causa, son inquilinos seguros en los panteones, algunos mueren de sobredosis, asesinados, o a consecuencia de la droga en sus muy diversas características, todos, no hay adicto excluido, sufre de soledad, frustración, culpa, porque en el fondo, nadie quiere ser un adicto mediocre. Desde temprana edad, niños y niñas ofrecen placeres sexuales a cambio de sustancias. 


Es mitómano y un gran actor

El adicto es mentiroso, chantajista emocional, soberbio, muy inteligente, sabe dramatizar, actuar, tiene una gran habilidad para conmover y convencer, es un ser diferente, hipersensible, neurótico, carece de hábitos, no sabe cerrar círculos, no asume su responsabilidad y no sabe manejar sus emociones, es un nacido para perder que habrá de fracasar en todo, en la escuela, como pareja, no sabe vivir acompañado y todas sus relaciones serán enfermizas, por demás destructivas, su enfermedad crecerá y crecerá y habrá de orillarlo a tocar fondos, tristemente, fondos de mucho dolor dentro de una vida incongruente.

En mi libro, “La Saliva del Diablo”, hablo de las características de un adicto y ofrezco testimonios, reales y crudos de lo que es esta enfermedad, la que inicia en un niño, en un joven que se droga, primero un par de veces a la semana, se emborracha solo los sábados, después, tres días, cuatro días a la semana, hasta que lo hace diario “yo me drogaba para vivir y vivía para drogarme”. La cocaína, fue mi esposa, mi amiga, mi amante, mi todo. Hoy se, que esta enfermedad, perra enfermedad perversa del alma, es contagiosa, multifactorial, es mental, físicas, emocional, espiritual y tiene que ver con mi personalidad, mis miedos, complejos, traumas. 614 256 85 20

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