Home Orbe Trump y Le Pen: las diferencias y los parecidos

Trump y Le Pen: las diferencias y los parecidos

0

Los extremos que se juntan

Los dos políticos comparten discurso nacionalista, xenófobo y antiélite pero difieren en cuanto a carácter y estilo
Trump, aunque venía de fuera del sistema, era el candidato de uno de los dos grandes partidos del sistema, el republicano. “El Frente Nacional, en cambio, es un partido con el que ningún otro partido francés tiene alianzas. Está en una situación de fuera de juego respecto al sistema”. La ‘extraterritorialidad’ del FN, unida al sistema con dos vueltas, complica su acceso al poder, puesto que hasta ahora el resto de partidos y votantes, de izquierda y derecha, se han unido en su contra y han sumado suficientes votos para impedir su victoria.
El mismo tono de voz en sus mítines, la voz crispada y amenazante. El mismo mensaje contra las élites políticas y mediáticas, y la misma promesa de elevar fronteras -físicas y económicas- para recuperar la soberanía de sus países, supuestamente perdida. El dedo acusador hacia los inmigrantes, también. La habilidad para captar el aire de los tiempos, el malestar que aflige a las sociedades occidentales. Y una idéntica nostalgia de un pasado nacional idealizado.
Aquí terminan los parecidos. Basta escuchar unos minutos a Le Pen, la candidata que aspira a repetir esta primavera en Francia el éxito inesperado de Trump en las elecciones de noviembre en EU, para entender que ambos tienen en común esto, un aire de familia, y poco más.
En sus mítines electorales Trump improvisaba, disparaba sus dardos verbales, a diestra y siniestra, sin miedo a meterse en las polémicas más descabelladas que en seguida monopolizaban los titulares: disponía una legión de periodistas registrando y amplificando su mensaje, minuto a minuto.
Le Pen es distinta. Más disciplinada, lee sus discursos y no se sale del guión (tampoco hace el mismo uso compulsivo de Twitter que Trump). Raramente insulta a sus adversarios. No pronuncia una palabra sin calcular su efecto. Y tiene la ventaja -o el inconveniente- de no ver convertida cada frase suya en motivo de indignación global y noticia de primera plana.
Ambos políticos coinciden asimismo en la capacidad de conectar con los votantes de clase trabajadora industrial maltratados por la globalización.
En sus mítines, y en el primer debate electoral, la semana pasada, aparece como una versión articulada del presidente estadounidense, un Trump sin su componente errático e irracional. “No hay puntos en común, en realidad”, dice Jean-Yves Camus, director del Observatorio de las radicalidades políticas en la Fundación Jean Jaurès, próxima al Partido Socialista.
Camus, que siguió en EU la campaña que dio la victoria a Trump y en Francia ha estudiado de cerca al Frente Nacional de Le Pen, señala la diferencia en el sistema electoral. El presidente francés se elegirá por sufragio universal, a dos vueltas, mientras que el estadounidense se elige por un sistema de grandes electores que permitió al republicano Trump ganar pese a obtener casi tres millones de votos menos que su rival demócrata, Hillary Clinton.