Trump y la Asamblea General de la ONU

Como cada año, ha iniciado el septuagésimo segundo (72º) período ordinario de sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el cual se efectuará del 19 al 25 de septiembre.  La Asamblea General es el principal órgano de deliberación de la ONU y cada años llegan a su máxima tribuna los mandatarios del todo el planeta, quienes exponen sus consideraciones sobre los principales temas que preocupan a la humanidad.

La Asamblea General, fue creada en 1945 de acuerdo a lo establecido en la Carta de la ONU y es el órgano máximo de deliberación, “adopción de políticas y representación”; la cual está conformada por los 193 miembros de la Organización “y constituye un foro singular para las deliberaciones multilaterales sobre toda la gama de cuestiones internacionales que abarca la Carta” de la ONU.

En mayo pasado, el ministro de relaciones exteriores de Eslovaquia, Miroslav Lajčák, fue elegido presidente del 72° período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, precisando que trabajaría para acercar a la organización multilateral a los ciudadanos, al señalar: “Creo que podemos hacer más para acercar a las Naciones Unidas a los ciudadanos del mundo.”, precisó. Hoy más que nunca la ONU requiere ser reformada para lograr ese propósito, detener los crímenes contra la humanidad y poner fin a los desplazamientos forzados de las comunidades por guerras, diferencias religiosas e ideológicas.

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, antes que comience el debate general de alto nivel en la Asamblea General de la ONU, ha querido situarse a la cabeza de los líderes que impulsa las reformas de la organización multilateral y ha querido hacer un llamado para iniciar los trabajos para reformarla.

El presidente Donald Trump ayer lunes, por primera vez, hizo su aparición en la ONU y ha pretendido con su presencia, inaugural el 72° período de sesiones de la Asamblea General de la ONU. El propósito fue claro, en una intervención breve, pretendió exponer las líneas generales de su visión sobre lo que debe ser la ONU, para que el resto de los mandatarios que intervengan en la Asamblea se manifiesten al respecto. Sus críticas estuvieron dirigidas a la burocracia y la corrupción dentro de la ONU, exigiendo resultados.

El llamado del presidente Trump a la reforma de la ONU no ha sido bien visto por muchos países, entre ellos Francia, Alemania, Rusia, entre ellos, los cuales han preferido apoyar las reformas iniciadas por el Secretario General de la ONU, António Guterres, quien en su discurso señaló que él estaba trabajando ya en las reformas que requiere la ONU.

Pero el presidente Trump quizá sólo ha querido neutralizar el miedo escénico con su primera intervención en la ONU de ayer lunes, pues hoy martes hablará desde la tribuna de la ONU frente a los Jefes de estado y de Gobierno, o sus representantes, de los 193 países miembros. Su intervención se realizará en una coyuntura clave, donde los desastres naturales parecen multiplicarse en el mundo, los conflictos armados en Afganistán, Iraq y Siria continúan arrojando refugiados, el conflicto étnico y religioso en Birmania con los musulmanes rohinyá ha superado la cifra de 380 mil desplazados hacia Bangladesh (el país más pobre del planeta), el conflicto nuclear con Corea del Norte e Irán mantienen al planeta al borde del colapso nuclear y la inseguridad en las capitales occidentales va en aumento con los atentados terroristas del estado Islámico (ISIA).

Hay pues, muchos temas candentes en la mesa donde los países requieren llegar a acuerdos y buscar soluciones conjuntas a los problemas del mundo actual.  Sin embargo, no debería ser el presidente Trump quien le diga a los mandatarios el camino que deben seguir, sino éstos deberían reencausar al impredecible Donald Trump para que, en primer lugar, incluya nuevamente a su país en los Acuerdos de país sobre el calentamiento global para frenar las catástrofes naturales que ya han costado millones de dólares en su país y, en segundo lugar, a buscar una acuerdo para guardar las armas nucleares, las que pueden dañar aún más al planeta.

Este martes, el  presidente Trump llegará a una Asamblea General de la ONU, donde la mayoría de sus miembros son sus críticos y no lo respaldan. El presidente Trump tendrá un día difícil y es posible que muchos le den la espalda; pues con su lema “América es primero”, miles de ciudadanos de otros países que vivían en los Estados Unidos han sido deportados, mientras que amenaza con poner fin al libre comercio y al multilateralismo, para privilegiar los acuerdos bilaterales.

Hoy sabremos cuál es realmente el proyecto de reforma de la ONU que propone el presidente Trump, cuando asuma la palabra en la tribuna de la Asamblea General de la ONU; pero también, veremos como los Estados Unidos han comenzado a perder poder en el contexto internacional y ya no son la potencia que fueron, lo cual evidencia el surgimiento del liderazgo de otras potencias como China.

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