Seguramente tanto Trump como Hillary, son parecidos en tanto que buscarían el bien de su país en la presidencia, no el nuestro. A pesar de que Trump enseñó los dientes y Hillary la sonrisa, ambos estarían comprometidos con su bandera de barras y estrellas. Sin embargo se esperaba con ansias el triunfo de Hillary.
No ocurrió así, fue un revés a la esperanza en EU, en México y en realidad en el mundo. Sin embargo, la esperanza se desvanece ante la realidad y la realidad es que Donald Trump será un presidente acorde con nuestro mundo: un mundo desordenado, donde manda el dinero y no los principios; un mundo violento y de conveniencias, inmisericorde y rencoroso.
Trump es sin duda el nuevo Hitler, es un hombre astuto que supo sumar el descontento de un pueblo norteamericano castigado y con ansias de volver a reconformar el “sueño americano”; supo sin duda captar la ira de los blancos resentidos sobre todo contra los inmigrantes, en especial contra los mexicanos.
Para nuestro país no podemos esperar nada bueno. Los inmigrantes mexicanos han sido y son actualmente motivo de preocupación; ¿qué pasará?, ¿deportará a millones de connacionales?, ¿construirá el muro con coste para nuestro país?; ¿renegociará el Tratado de Libre Comercio?; ¿el dólar se irá a los 50 pesos?
Y a nivel mundial, ¿tendremos que rezar para que no apriete el botón de la tercera guerra mundial?
Sin duda Donald Trump será un presidente acorde al mundo que vivimos con una sociedad enferma. A México le queda negociar lo mejor posible con el nuevo hombre fuerte de EU. El mundo y en especial México, quedan con una enorme incertidumbre.
