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Trump: Su pasado con las mujeres ensucia la campaña

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  • Los desprecios se vuelven contra él al publicarse sus años de «playboy» manipulador

Algunas de las 50 mujeres entrevistadas detallan mal comportamiento de Trump hacia ellas, con comentarios denigrantes o ejerciendo como su verdadero propietario. Otras, generalmente aquellas con puestos ejecutivos en sus empresas, se consideraban respetadas y se refieren a él con calificativos de «amable» y «adulador». Una diferencia de trato que ya pagó Marla Maples, la segunda y anterior esposa de Trump, cuando la definió como «un diez en tetas y un cero en cerebro». El magnate, que acostumbra a jugar a filósofo sobre asuntos básicos, defiende que «las mujeres inteligentes se comportan como muy femeninas, pero por dentro son asesinas.

« ¡Quiero a las mujeres!» « ¡Me encantan las mujeres!». Es difícil asistir a un mitin de campaña en el que Donald Trump no proclame su admiración hacia el género femenino.

Ha sido durante meses la justificación de quien encendió la mecha de las descalificaciones, un mensaje consciente para ganarse a un amplio sector de votantes masculinos, y ahora empieza a pagar su precio. La candidata rival Carly Fiorina, la periodista Megan Kelly… La lista es larga.

A las puertas de su objetivo de ser el nominado republicano, empiezan a llegar las facturas de una fiesta con tanto exceso. Es la campaña sucia y ruidosa que el «establishment» y los republicanos moderados querían evitar. La publicación de los detalles de su controvertido pasado de mujeriego manipulador, en su posición dominante de millonario y con comportamientos como mínimo extravagantes en los instantes de la seducción, irrumpió en el paréntesis electoral que media hasta el final de las primarias el 7 junio. Ejecutivas, misses, modelos… Un rosario de relatos controvertidos, algunos de los cuales le piden cuentas. De aquellos polvos estos lodos.

Trump alega que el paso del tiempo «añade muchas mentiras» a su pasado y pregunta por qué los medios no cuentan también el pasado de Hillary Clinton, pero el hecho es que el casi seguro aspirante a presidir EU fue quien tiró de la cuerda. Tras unos primeros meses de desprecios hacia otras mujeres, hace unos días, en uno de sus mítines, atacó a la demócrata asegurando que «si no fuera mujer, no tendría ni el 5% de los votos». Esta misma semana, su afición a enfrentarse con el sexo opuesto le llevó a una batería de descalificaciones mutuas con la senadora por Massachusetts Elizabeth Warren, que se prolongó durante días.