¡Trump sí presionó al director del FBI!

¿Trump fuera?; ¿tendremos tanta suerte?   

Para que cerrara la investigación sobre Flynn en la trama rusa; esto ya no es una trumpejada… es una posible prueba de obstrucción a la justicia, un delito por el que se puede echar a un presidente
Otro factor que juega contra Trump es su desmesura. Sus excesos verbales y gestuales en los que incurre al tratar a quienes declara enemigos… como Comey. La relación entre ambos saltó por los aires el martes de la semana pasada. Trump, harto de “esa cosa de Rusia”, le destituyó; le llamó “fanfarrón” y vapuleó en público su trabajo. Pese a las alharacas, el despido se interpretó como un ataque a la línea de flotación de las investigaciones sobre la trama rusa, con el que Comey, intentaba determinar si el equipo electoral de Trump se coordinó con el Kremlin en la campaña que sufrió Hillary Clinton
Donald Trump entró en aguas peligrosas. Su incapacidad para distinguir los límites se ha vuelto una amenaza mayor para su mandato. El último ejemplo fue el explosivo descubrimiento, revelado ayer por The New York Times, de que el presidente pidió al director del FBI, James Comey, cerrase la investigación sobre el antiguo consejero de Seguridad Nacional, Michael Flynn, uno de los personajes más oscuros de la trama rusa y cuya conducta está siendo revisada por el Comité de Inteligencia del Senado.
La insólita presión fue ejercida en el Despacho Oval el 14 de febrero pasado. Ocurrió al día siguiente de que el teniente general Flynn, después de sólo 24 días en el puesto, fuese destituido por haber mentido sobre sus conversaciones con el embajador ruso en Washington, Sergéi Kislyak.
Tras una reunión sobre cuestiones de seguridad con otros altos cargos, Trump pidió quedarse a solas con el director del FBI. Cara a cara, el presidente empezó quejándose de las filtraciones y de la inacción de la agencia a la hora de detener a sus causantes. Incluso, según los medios estadounidenses, llegó a expresar su deseo de ver detenido a algún periodista. Aclarada su posición, el republicano saltó a la yugular.
“Espero que puedas ver la forma de dejar esto pasar, de dejar pasar lo de Flynn. Es buen tipo. Espero que le puedas dejar ir”, le dijo el presidente.
Comey guardó silencio y sólo comentó: “Estoy de acuerdo en que es un buen tipo”.
La reconstrucción figura en una nota que el director del FBI redactó al día siguiente de la reunión. Comey, como ha sido práctica suya desde hace décadas, elaboró un memorándum privado por cada conversación (telefónica o presencial) que mantuvo con el presidente. Luego, además, las comentó con su equipo. En este caso, concluyeron que el presidente había intentado influir en la investigación de la trama rusa, pero decidieron mantenerlo en secreto para no afectar las pesquisas.
Este tipo de documentos pueden ser requeridos en un juicio como prueba. Y ahora amenazan con salir a la luz y convertirse en un obús contra la Casa Blanca.

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