Donald Trump convoca a los fotógrafos cada vez que firma una ley en la Casa Blanca pero el jueves prefirió cerrar las puertas. Fue su portavoz, Sean Spicer, el que informó de que el presidente de EU puso su sello a una normativa para restringir una vez más el acceso al aborto en todo el país. El texto, que salió adelante por una ventaja mínima en el Congreso, permite a los estados que retiren la financiación pública a Planned Parenthood. La organización proporciona atención médica a millones de mujeres sin recursos en todo el país y sus servicios incluyen interrupciones de embarazos, lo que ha inspirado el rechazo de los republicanos.
La firma de Trump es el último golpe a esta fundación en el marco de iniciativas políticas ultraconservadoras que durante los últimos años han intentado drenar sus recursos.
Si los estados deciden retirar la financiación a Planned Parenthood, podrían forzar el cierre de la mayoría de sus clínicas. Trump pasó de defender en el pasado el derecho al aborto a prometer que nombraría jueces al Tribunal Supremo que estén dispuestos a revocarlo. Sus acciones hablan ahora más alto que sus palabras.