Trump intenta vender armas a Japón

En plena escalada con Corea del Norte
    •    Fracaso estrepitoso


Con ese escenario Trump llegó ayer a Corea del Sur, donde en los últimos días se han sucedido las manifestaciones a favor y en contra. Mientras numerosos surcoreanos advertían de que su estancia sólo empeoraría la situación, Seúl anunciaba la imposición de nuevas sanciones contra una veintena de personalidades norcoreanas.
Una gran sintonía. Así es como se percibe la relación entre Donald Trump y su homólogo japonés, Shinzo Abe. Una afinidad que va desde lo personal a lo político, pero que ayer dejó entrever algunas fisuras. Así lo demostró el dirigente norteamericano cuando, en la segunda jornada de su visita al país nipón, criticó abiertamente que Japón haya sido el ganador durante décadas del acuerdo bilateral de comercio, un área que constituye uno de los puntos fuertes de la agenda de Trump en su gira por Asia.
Las relaciones comerciales «no son libres ni recíprocas», declaró Trump en una reunión con un grupo de ejecutivos japoneses y americanos. El presidente lamentó el déficit comercial de EU y lo achacó a la falta de suficientes exportaciones americanas al mercado nipón, que mantiene un superávit de casi 70.000 millones de dólares.
Para darle la vuelta a esos datos, Trump indicó que ya ha comenzado con Tokio el proceso para conseguir «un pacto comercial que sea justo para ambos países».
Pero no sólo eso preocupa a Donald, ha aunado los principales objetivos de su gira asiática: el comercio y el conflicto con Corea del Norte. Trump sugirió que su gran aliado, Japón, debería comprar una cantidad masiva de armamento estadounidense con el fin de generar puestos de trabajo en suelo americano y poder interceptar y derribar en el cielo los misiles norcoreanos que sobrevuelen el archipiélago.
Mientras Trump insistía sobre qué tipo de misiles o cazas serían los adecuados para aumentar la seguridad en Japón, Abe aclaró que sólo derribarían los misiles «si es necesario» y mostró su intención de mejorar la defensa del país «cualitativa y cuantitativamente».
Sin embargo, ninguno anunció un acuerdo formal al respecto, aunque sí coincidieron en seguir apostando por su política de «máxima presión» hacia Pyongyang y en trabajar juntos para hacer frente a la amenaza norcoreana.
Trump dijo haber terminado con la «paciencia estratégica» de su predecesor en la Casa Blanca argumentando que en los últimos 25 años no se había avanzado, mientras Abe señaló que Japón «está al cien por cien» con EU y abogó por mantener «todas las opciones sobre de la mesa».

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