Hoy se observa a una Casa Blanca dirigida por interinos
    •    Tiene la mayor tasa de rotación de personal en décadas. Dice que le gusta la flexibilidad


La administración Trump parece haberse instalado en la interinidad. En ninguna otra Administración de los últimos cinco presidentes ha existido un número tan alto de despidos y dimisiones en puestos de alto nivel que no tienen relevo fijo.
Sin embargo, el mandatario parece sentirse cómodo con el actual estado de las cosas. “No tengo prisa”, declaró Trump a principios de año, no mucho después de que John Kelly, su jefe de Gabinete, pieza clave en la Casa Blanca, abandonara su puesto. El cargo de Kelly sigue en posesión de un interino, Mick Mulvaney.
Trump no ve fragilidad y precariedad en lo interino. Trump ve “flexibilidad”, según sus propias palabras. “Me gusta lo interino, me da margen de maniobra”, insistió. Para cualquiera que haya seguido la carrera del excéntrico magnate, incluso antes de sentarse en el Despacho Oval, su modus operandi en cuanto a su gabinete no debería de ser una sorpresa: Después de todo, estamos hablando del hombre que se hizo una celebridad televisiva gracias a un programa cuya frase insignia en horario de máxima audiencia era “estás despedido”.
Trump no engaña a nadie. Desde el inicio de su mandato declaró que las luchas intestinas y cierto caos entre la gente que trabaja para él le parece síntoma de vitalidad, “esa pelea, esa rivalidad, saca lo mejor de cada uno”.