No le importó atropellar la libertad de expresión
• Nueva derrota para el visceral Trump
La Casa Blanca decidió poner fin a cualquier vínculo y golpeó con toda contundencia. El miércoles, el presidente le acusó de “haber perdido la cabeza” y señaló que ni representaba a su base electoral ni había tenido tanta influencia sobre él. En un segundo y venenoso paso, la portavoz Sarah Huckabee Sanders lanzó el jueves un mensaje a los dueños de Breitbart, conminándoles a alejarse de Bannon.
La libertad de expresión le ganó ayer la partida a Donald Trump. Su intento de frenar la publicación de Fuego y Furia, el agrio retrato de la vida en la Casa Blanca, acabó en un sonoro fracaso. La editorial se plantó y adelantó la distribución de la obra. El resultado fue que, en una de las medianoches más frías del año en Washington, se pudieron ver librerías abiertas y abarrotadas de clientes en busca del ejemplar. En pocas horas, se agotó la tirada.
Pero el movimiento no tardó en colocarle en rumbo de colisión con Trump. En Alabama, al alimón con Sarah Palin, respaldó al antediluviano Roy Moore, un candidato rechazado en principio por la dirección del partido y el presidente. El estrepitoso fracaso de Moore y, semanas después, la aparición del demoledor libro Fuego y Furia, en el que atacaba abiertamente a los hijos de Trump y mostraba su desdén hacia el mandatario, acabaron por romper la baraja.