Busca acabar con una tradición de siete décadas
● El republicano condiciona la defensa de sus socios a que aporten más dinero a la organización
“No tiene conocimiento de la política de seguridad americana, así que sigue sus instintos y dice tonterías”, dice Mike Murphy, ex asesor de políticos candidatos presidenciales republicanos. “Potencialmente puede convertirse en un problema. Socavar la alianza de la OTAN reflejarán el mal criterio de Trump y le dañará”. Murphy aventura que en el discurso de clausura, Trump podría intentar rectificar.
Si Donald Trump gana las elecciones presidenciales, los días de EU como aliado leal de sus socios europeos pueden estar contados. Trump declaró que, si es presidente, no se sentirá obligado a defender a los países de la OTAN en caso de ataque exterior, como prescribe el tratado de la organización.
“Hay muchos miembros de la OTAN que no pagan las facturas”, dice Trump en entrevista con The New York Times, en alusión a las bajas contribuciones de varios al presupuesto de organización, en comparación con las de los EU.
Cuando el Times le pregunta si, en caso de un ataque de Rusia, los estados bálticos, que son miembros de la OTAN, pueden confiar en que EU acudirá a su ayuda, responde: “¿Han cumplido con sus obligaciones con nosotros? Si cumplen con sus obligaciones con nosotros, la respuesta es sí.”
“¿Y si no?”, pregunta Times. “Bueno”, responde Trump. “No digo ‘si no’. Digo que ahora hay muchos países que no han cumplido sus obligaciones con nosotros”.
La obligación de la defensa mutua es el núcleo de la OTAN, lo que le da sentido en última instancia. Un ataque contra un miembro es un ataque contra todos. Desvincularse de esta obligación rompe con casi siete décadas de implicación de EU en la seguridad europea. Y rompe con la tradición del internacionalismo militar del Partido Republicano, cuyo liderazgo ha asumido oficialmente Trump en la convención de Cleveland.
El miércoles, en su discurso a la convención, el propio número dos de Trump, el candidato a la vicepresidencia Mike Pence, dijo: “Donald Trump reconstruirá nuestras fuerzas armadas y estará junto a nuestros aliados”. La frase refleja la ortodoxia republicana de las últimas décadas, pero no -como mínimo en su segunda parte- el pensamiento de Donald Trump.
No es la primera vez que Trump expresa dudas sobre la vigencia de la OTAN. Pero la claridad con la que formula estas amenazas, y el hecho de que lo haga en vísperas del discurso de clausura de la convención que hace inevitable su candidatura, multiplica el impacto de sus palabras. La posibilidad de que Trump sea presidente, que hasta hace unos meses pocos tomaban en serio, es real, y los socios y aliados miden cada palabra al milímetro.