Tras unos días dormido, el asunto de las filtraciones de las fuerzas de seguridad a la prensa de EU volvió ayer al candelero. Donald Trump atacó esta vez al FBI después de que CNN difundiera que la Casa Blanca había pedido a los federales que desmintieran públicamente contactos entre el Kremlin y el entorno de Trump.
“El FBI es totalmente incapaz de parar a los ‘filtradores’ de la Seguridad Nacional que han permeado nuestro gobierno durante mucho tiempo. Ni siquiera pueden…”, dijo en Twitter, “encontrar a los filtradores de la propia FBI. Están entregando información clasificada que podría tener un efecto devastador en EU. ENCUÉNTRENLOS AHORA”.
Poco antes, la CNN señalaba, citando una fuente judicial y otra de la Casa Blanca, el jefe de gabinete de Trump, Reince Priebus, pidió hace días -sin éxito- que el FBI desacreditara públicamente noticias sobre supuestos contactos entre el equipo electoral del ahora presidente y el entorno del Kremlin.
Según la cadena, fuentes de la Casa Blanca afirman que pidieron este desmentido público después de que el propio FBI restara credibilidad a las informaciones sobre esos contactos, difundidas por The New York Times y CNN a mediados de febrero.