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Trump aprueba un refuerzo militar en Afganistán

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Renuncia a fijar fechas para una retirada
    •    El bélico Donald cambia objetivos: “Ya no vamos a construir naciones, vamos a matar terroristas”


Los halcones de la Administración se han impuesto frente a quienes abogaban por proseguir la retirada, muy especialmente, el exestratega jefe de Trump, Steve Bannon, fuera de la Casa Blanca la semana pasada y valedor de la retórica más aislacionista. Esta partida la perdió hace tiempo. En junio el Pentágono propuso a Trump un plan para sumar 3.000 soldados más y el presidente optó otorgar al departamento de Defensa la autoridad para determinar la cuantía y naturaleza del contingente
La guerra más larga de EU sigue sin tener una fecha de fin a la vista, ahora ya ni siquiera escrita en un papel. Donald Trump se dirigió la noche del lunes a estadounidenses y reconoció que su estrategia para Afganistán tendrá que diferir de lo que él defendía antes de llegar a la Casa Blanca, que lo enquistado del conflicto hace imposible la retirada inmediata de las tropas.
En un discurso en horario de máxima audiencia, desde la base militar de Fort Myer, en Arlington (Virginia), renunció a fijar un año para lograr la retirada de sus tropas -algo que sí hizo su predecesor, Barack Obama- y recalcó que serán las “condiciones” las que indiquen que el momento ha llegado.
“Una retirada apresurada crearía un vacío que los terroristas, incluidos el Estado Islámico y Al Qaeda llenarían de inmediato, tal y como ocurrió antes del 11-S. Y, como sabemos, América se fue de Irak de forma equivocada y apresurada”, señaló el republicano, culpando a Obama de esto último.
Estados Unidos lleva casi 16 años atrapado en la guerra afgana, sin haberla ganado y sin haber dotado a las fuerzas locales de autonomía suficiente como para abandonarlas, y el Pentágono ha acabado por convencer a Trump para que redoble sus esfuerzos en la zona. Aunque el presidente también advirtió de que no daría pistas al enemigo sobre las tropas que desplegaría, el departamento de Defensa tiene la autorización para elevar los efectivos en unos 3.000 o 4.000 soldados (ahora hay 8.500).
El empresario neoyorquino no ocultó que se trataba de una capitulación en toda regla. “Comprendo la frustración de los americanos”, dijo al principio de su discurso. “Mi primer instinto era salir, y a mí, históricamente, me ha gustado seguir mis instintos, pero he oído toda mi vida que las decisiones son muy distintas cuando te sientas en la mesa del Despacho Oval”, explicó.
Fue el mayor reconocimiento público desde que llegó al Gobierno, el pasado 20 de enero, de lo distintas que se ven las cosas desde el poder. Distintas de cómo las juzgaba en la campaña electoral o de cuando, por ejemplo, en 2012, tuiteaba este mensaje: “Es tiempo de salir de Afganistán. Construimos carreteras y escuelas para gente que nos odia. No favorece nuestro interés nacional”.