RELATOS DE VIDA
Es justamente en temporada de lluvia y frío, cuando surgen las ganas por hacer algo muy tranquilo, o bien muy alocado, algo en donde se pueda generar calor, tapado con una cobija textil o arropado con una cobija humana.
Es también en esta época cuando la ansiedad o depresión, pueden llegar a sus niveles más altos, ante la necesidad de tener a una persona con quien poder enclaustrarse en casa a ver películas y comer chatarra, para concluir con un cafecito o un chocolate acompañado de un pan dulce.
O en el más perverso de los casos, tener a ese ser, aún inolvidable, para encerrarse en el cuarto dejando que la lujuria fluya, y se apague solo por el cansancio por tantas venidas y regresadas, o por el hambre que la actividad física genera.
Es en esta temporada cuando la nostalgia es una constante, los ánimos suelen disminuir, y las ansias por llamar a esa persona que hace mucho tiempo se fue para comprar cigarros, son más fuertes y constantes.
Pero también son días que pueden incitar a recordar la niñez, y salir a brincar en los charcos, o confeccionar barquitos de papel para echarlos a navegar en los riachuelos formados por los escurrimientos de la lluvia.
En fin… la temporada de lluvia y frío puede ser tomada de diferentes formas, todo depende del estado animal personal, lo importante es disfrutar.