
Faltaban 79 minutos por jugar, tiempo suficiente para recuperarse, más los jugadores de la Selección Nacional Olímpica sabían que todo había terminado.
Las miradas absortas, mandíbulas apretadas y brazos caídos reflejaron la frustración de un equipo que mostró su peor rostro en el momento más inoportuno.
Y ni qué decir de la falta de sangre para intentar recuperarse. Todo empieza en lo mental y a ellos los aniquiló el penalti convertido por Ritsu Doan (11′).
660 segundos de terror para Jaime Lozano y sus futbolistas, suficientes para decretar la derrota ante Japón (1-2) y complicarse en demasía la clasificación a los cuartos de final en los Juegos Olímpicos.
Eso explicó la desolación del “Jimmy” tras el silbatazo final del portugués Artur Dias. Un grupo de impostores se presentó en el mundialista estadio de Saitama, porque lo mostrado este domingo nada tuvo que ver con el dulce debut del jueves ante Francia.
El Tricolor extravió el buen juego, lo que explica la pesadilla frente a un rival tan rápido como preciso.
La mejor expresión de esa mezcla llegó cuando apenas se habían jugado seis minutos.