Los pies son unas de las partes de nuestro cuerpo que más desgaste sufren debido a la presión y fricción constante a la que han de hacer frente. Si a ello le unimos un mal calzado, los problemas en esta zona del cuerpo no tardarán en aparecer.
Remedios para eliminar callos y durezas
Bicarbonato de sodio
Coloca agua caliente en un recipiente grande, añade 4 o 5 cucharadas de bicarbonato de sodio y pon tus pies a remojo durante un rato. También puedes optar por exfoliarlos masajeando la zona donde tengas la dureza con una pasta casera elaborada a partir de una cucharada de agua y 3 de bicarbonato.
Vinagre
Empapa un trozo de algodón en vinagre, frótalo sobre la zona a tratar y, con ayuda de una gasa o tirita, déjalo pegado al callo durante toda la noche. Por la mañana, frota la zona con piedra pómez.
Maicena o almidón de maíz
Este nos ayuda a mantener la piel seca y protegida de la fricción y los hongos, sólo espolvorea un poco de maicena entre los dedos y la planta de tus pies para mantenerlos protegidos.
Zumo de limón y aspirina
Mezcla 3 o 4 pastillas de aspirina con una cucharada de jugo de limón exprimido y aplica la pasta resultante directamente sobre el callo. Envuélvela con un poco de film transparente y déjala actuar durante 15-20 minutos. Pasado este tiempo, retira con agua tibia y frota el callo con piedra pómez.