Al probable responsable del homicidio de una joven de 25 años y de su hijo de cinco años, en el fraccionamiento “Ciudad Natura”, en la ciudad de Cancún, el 5 de julio pasado, le fue dictada la vinculación a proceso, de acuerdo con la resolución dictada por la juez de Control del Sistema Penal Oral, Landy Pamplona Pérez, quien determinó que “J. R. P.” se mantendrá en prisión en tanto concluye el proceso en su contra, lapso que no puede superar los dos años.
Luego de una audiencia maratónica, el imputado escuchó que, una vez desahogadas las pruebas y evidencias de la Fiscalía General, los elementos exhibidos por su defensa, testimonios, peritajes y estudios de criminalística, el conjunto “permite establecer la probabilidad” de que haya privado de la vida a “G.M.O.” y a su hijo “A.F.M.” entre las 5 y las 5:30 horas del cinco de julio pasado, en el domicilio que él compartía con las víctimas.
La Juez, resolvió dictar el auto de vinculación a proceso contra “J.R.P”, lo que equivale al auto de formal prisión del sistema penal anterior.
Pamplona Pérez le explicó al imputado -quien lucía devastado desde su retorno a la sala, durante el segundo receso dictado por la juez- que puede apelar la resolución, pues ésta no es una sentencia definitiva.
“La investigación no ha terminado. Su derecho a la presunción de inocencia sigue vigente. No queda en estado de indefensión”, le dijo, al tiempo en que instruyó a los cuatro elementos de la Fiscalía, a proveer a la defensa del imputado, de todos los elementos de investigación que sean necesarios para esclarecer el caso.
La Fiscalía solicitó a la juez que se declarase la prisión preventiva oficiosa hasta por dos años, mientras que la defensa objetó y pidió una medida cautelar “menos lasciva”, ante la presunción de inocencia, como el fijar la exhibición de una garantía económica o la previsión de no salir de la ciudad.
La juez consideró no procedente la solicitud de la abogada, al tratarse del delito de homicidio calificado, que de acuerdo con el Código Penal alcanza una pena de 25 a 50 años de cárcel, ante lo cual existe el riesgo de que el imputado “pudiera evadirse de la acción de la Justicia, ante una posible condena”.
La Fiscalía también solicitó el plazo de cuatro meses para cerrar la investigación, debido a que requieren de un estudio de ADN, cuya elaboración se realiza en laboratorios que no existen en Quintana Roo y que se ubican en el Estado de México.
Sus familiares, entre ellos su esposa y sus dos hermanos, permanecieron con él algunos minutos y entre llanto y abrazos vieron cómo fue sacado de la sala y del edificio de los juzgados, para ser conducido a la cárcel.
En la audiencia, que tuvo una asistencia excepcional, estuvieron presentes el esposo de la víctima y su madre, así como la mamá de la occisa.
Debido a que la sala en donde se desarrolló la audiencia es provisional, en tanto el juzgado se traspasa a un edificio contiguo y nuevo, sólo pudieron ingresar un promedio de 15 personas, lo que dejó afuera a mucha gente, que pudo acceder posteriormente después de los recesos al tomar el lugar de algunas personas que no regresaron.
Las imputaciones
“J.R.P”. es acusado por la Fiscalía General de asesinar a su pareja sentimental “G.M.O”., estando ella acostada en la cama que compartían y utilizando un cuchillo marca Tremotina que se encontraba en su domicilio. Con el arma, presuntamente le provocó una herida en el cuello de 10 centímetros de largo y tres, de profundidad, lesionando la tráquea.
El niño de cinco años, que en septiembre habría cumplido seis, se despertó con los gritos y ruidos; el imputado, al percatarse de su presencia, tomó el cuchillo con que probablemente asesinó a la joven y actuó contra el menor, primero azotándolo sobre el piso y luego clavándole el arma, ocasionándole una herida de tres centímetros en el cuello, una lesión en el hombro, la fractura de éste y del codo.
Conforme a las evidencias y pruebas ofrecidas por la Fiscalía, el imputado actuó sabiendo las consecuencias de su conducta, aprovechándose de su “posición de superioridad frente a las víctimas; siendo hombre y estando armado, tenía ventaja contra las víctimas sin que éstas pudieran repeler”.
El responsable del crimen actuó con traición “al ir a vivir ella (la víctima) y el niño con el imputado, demuestra que tenía confianza en él, y dormían con él”.
Entre los alegatos de la defensa, se reiteró que el imputado había sido detenido e incomunicado ilegalmente, además de haber sido víctima de tortura para declararse culpable, llevado a Playa del Carmen para hacer tiempo, sembrarle droga y acusarlo de posesión de marihuana, en tanto se giraba la orden de aprehensión por el doble homicidio.
La juez, que en audiencia previa, celebrada la semana pasada, instruyó a abrir una investigación sobre esos hechos, determinó que los dichos “configuran un hecho delictivo diverso”, es decir, materia de otra investigación, que no desacredita la imputación que se le hace por el homicidio de la mujer y el niño.
Desestimó, en esta etapa, que no se haya comprobado hasta ahora si la huella en la espalda del niño y en el sofá pegado a la ventana del inmueble, coinciden con el calzado del imputado, pues argumentó que esa confronta se puede realizar aún, pero no impide que se le vincule a proceso.
La Fiscalía presentó como evidencia, el peritaje de una huella encontrada en la hoja del cuchillo, que coincide en seis puntos con el meñique del imputado, quien en su declaración aceptó haber tocado el mango del arma “con la punta de mis deditos”.
Otro elemento en detrimento del imputado, es que ni la puerta, ni la ventana del domicilio, fueron forzados por el homicida, lo que implica que éste “tenía libre acceso” al inmueble. El imputado declaró que tenía llaves de la casa y que la ventana tenía seguro, porque siempre estaba cerrada.
Aceptó que una noche antes se había quedado a dormir en el domicilio y que se marchó a las 5:40 horas. Los vecinos que rindieron declaración dijeron que a las 5 horas se escucharon gritos y golpes, ruidos que cesaron a las 5:20 horas.