SINGUILUCAN
• Cuentan con sietes especies, de las cuales, tres fueron declaradas en peligro de extinción.
En la comunidad de La Raya, en Singuilucan; una Asociación Civil trabaja en el proyecto denominado Jardín de Mayahuel, cuyo objetivo es que los habitantes de la región, donde se dan algún tipo de magueyes, revaloren esta especie y así evitar su posible extinción, como es el caso de algunas variedades.
El secretario de esta Asociación Civil que tiene un año de haberse integrado, Jesús Jaimes Olvera, explicó que se trata de un proyecto familiar, que surge de la necesidad de mejorar las condiciones de las plantas de maguey y el gusto por promover el pulque, que es el principal derivado.
Reconoció que anteriormente existían más de un centenar de variedades de ésta planta; sin embargo, en el jardín cuentan con siete especies, de las cuales, al menos tres fueron declaradas en peligro de extinción.
“Tenemos Maguey Cimarrón, que es de aquí de la región de Singuilucan y hay otros dos como el Chalqueño y de la especie Ayoteco, ambos pulqueros; existen varios tipos de maguey pulquero pero sus diferencias son tan específicas que a simple vista parece que solo hay unos cuantos magueyes”, detalló Jaimes Olvera.
Por su parte, la presidenta de la AC Rita Fernández López, explicó que el crecimiento de las especies, hasta que puedan ser explotadas como pulqueros u otros derivados, oscila entre los seis y los 12 o 15 años; lo cual no lo hace ver como algo atractivo actualmente, si se compara con otros cultivos.
En el Jardín de Mayahuel, se buscará que el proceso de crecimiento de las siete especies, sea de 6 años con abonos naturales y evitando los químicos, y al mismo tiempo dar a conocer entre los visitantes como los lugareños, la importancia que tiene el maguey y sus derivados.
La asociación cuenta con dos fechas importantes en las cuales hacen invitación abierta para que los interesados acudan, durante un fin de semana.
La primera de estas fechas es a final de octubre, durante el aniversario del Jardín y en mayo el FECUMAPU (Festival Cultural del Maguey Pulquero), donde asisten alrededor de 250 personas; en tanto que trabajan para poder dar cabida a más visitantes cada vez, con propuestas artísticas diversas como música, teatro, entre otras.
Aunado a ello, la asociación trabaja con estudiantes o sociedad civil, a través de talleres diferentes con base en el interés de los asistentes; además de sesiones de temascales, al menos una vez al mes, donde promueven también la cultura del cuidado de la tierra.
Parte de los derivados que tienen son: miel de aguamiel, la cual es diferente de la miel de agave; levaduras para pan a base de Chascle, que es el residuo asentado al fondo del recipiente del pulque; vinagre de pulque, destilado de Pulque con técnica prehispánica y artesanías diversas como tambores y didyeridú o incus con partes del maguey.
Además las plantaciones de maguey también tienen utilidad culinaria, como caracoles, chinicuiles y mesal, que es lo que se obtiene al raspar el maguey para obtener el aguamiel; todo ello es compartido a través de los talleres y en las ferias donde se presentan.
“Lo que queremos como asociación es hacer autosustentable el jardín, mejorar las técnicas para que sean productivas las plantas, y hacia fuera, que este espacio pueda compartirse con la comunidad y que en el mediano plazo puedan hacer los mismos productos y quizá otros; pero que esta zona, no solo el jardín, sea reconocida por sus productos derivados del maguey”, coincidieron.
Los integrantes de la AC, explicaron que hay diversas formas de aprovechar un maguey; sin embargo lo que ha puesto a algunas especies en peligro de extinción, fue la falta de siembra y reforestación de las especies tras su explotación.
Jesús Jaimes destacó un estudio elaborado recientemente por la Universidad de Chapingo para hacer biocombustibles con el jugo de las pencas del maguey; “incluso en una zona de Apan, no muy lejos de aquí, donde una empresa concesionada japonesa cuenta con sembradíos con esta finalidad y las empresas mexicanas no lo hacen”.
Finalmente, dijeron que en el sitio recibieron durante estos dos años a visitantes de diversos puntos del país, sobre todo de regiones pulqueras como Estado de México, Puebla, Ciudad de México, Tlaxcala y otros países como Francia, Holanda, Estados Unidos, Cuba, entre otros.
