
● Ganó siete Super Bowls, lo nombraron el Jugador Más Valioso en tres ocasiones, y tiene más pases de anotación que nadie
“El Mejor de todos los tiempos”, ni siquiera figuraba en el radar del Draft del 2000
El día finalmente llegó. Ayer por la tarde, Adam Schefter reportó que “múltiples fuentes” le confirmaron a él y a Jeff Darlington que Thomas Edward Patrick Brady, colgaba el casco y las hombreras luego de 22 años jugando en la NFL. Brady, quien en agosto próximo cumple 45 años, había dado algunos indicios de que esto ocurriría, pero todos sus fanáticos, tanto en Tampa como en Nueva Inglaterra, esperaban que no ocurriera.
“Tom” Brady dice adiós una semana después de que casi lograra uno de esos regresos milagrosos a los que nos acostumbró en los 20 años que fue titular con los Patriotas y Bucaneros, franquicias con las que ganó todo y a todos. A Nueva Inglaterra le entregó 6 Trofeos Vince Lombardi, y de no ser por los Gigantes de Nueva York y Águilas de Filadelfia, Tom habría ganado 9 anillos sólo con los Pats. Su último campeonato llegó jugando en Tampa Bay, en el Raymond James Stadium. Así es, “Tom” Brady fue el primer quarterback que jugó y ganó un Súper Tazón como local, en su propio campo.
“El Inmortal”, “el Mejor de todos los tiempos”, ni siquiera figuraba en el radar del Draft del 2000. Antes de que los Patriotas le seleccionaran, fueron elegidos 198 atletas; él llegó en el puesto 199. Seis quarterbacks recibieron un voto de confianza antes que él: Chad Pennington, Giovanni Carmazzi, Chris Redman, Tee Martin, Marc Bulger y Spergon Wynn.
Su primer año fue suplente de la súper estrella Drew Bledsoe, pero el 23 de septiembre del 2001, un golpe de Mo Lewis, linebacker de los Jets de Nueva York, cambiaría la historia.
Han pasado siete mil 433 días desde aquella fecha. Fueron 20 años, cuatro meses y seis días, en los que Brady dominó como pocos atletas lo han hecho. Puede tener la satisfacción de decir que se despide como el mariscal de campo con más victorias, yardas y pases de touchdown lanzados, tanto en temporada regular como en postemporada. Y aunque muchos siempre pondrán en tela de juicio aquel juego contra los Potros de Indianápolis en donde se manchó su imagen con el llamado “deflategate”, resulta innegable que su legado y su figura trascienden en los emparrillados.
“Tom” Brady se retira, y con él no sólo se van las memorias de los últimos 20 años en el fútbol americano, sino que también concluye una era en la que el rival a vencer era el equipo para el que “Tom” jugara. Se termina una era que ya había visto las despedidas de contemporáneos suyos como los hermanos Manning, Drew Brees, Charles Woodson, Randy Moss o Adam Vinatieri.