En menos de tres meses, la euforia de la clase política rusa con relación a Trump se ha transformado en desconcierto y temor a que las relaciones entre Moscú y Washington entren en una nueva época de redoblada incertidumbre.

El ataque norteamericano contra la base aérea siria de Shayrat completó este proceso. Antes de la expeditiva acción militar de Trump, se esperaba que el viaje del secretario de Estado Rex Tillerson a Moscú fuera el inicio -tímido, pero inicio al fin- de una cierta normalización.

Tillerson acude a Moscú en una visita decisiva para el futuro de las relaciones con Rusia. Las sospechas acorralan al jefe del comité que investiga a Trump y Rusia.

Este era el mensaje que transmitían el lunes los expertos en relaciones internacionales autores del informe Hoja de ruta para las relaciones entre Rusia y EU.

Este documento está destinado a reanimar las relaciones bilaterales en diversos campos, desde la economía a la seguridad estratégica, pasando por la seguridad en el ciberespacio, y fue preparado conjuntamente por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) de Washington y el Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia (CAIR).