- “No sé bien que es eso. Los del gobierno me dieron un cubrebocas y veo que mucha gente también los trae”
- Soy un hombre sano y a mi edad me tengo que morir, de esa enfermedad o de otra, nada me preocupa ni a nadie le preocupo”
Su casa es una jardinera de la Plaza de la Constitución. Asegura que no le teme a la Covid-19, porque a la edad, de casi 90 años, Don Mario Romero Mendoza, asegura que no padece ninguna enfermedad y eso que come todo lo que la gente le da en la calle.
Él es indigente que a su edad está lúcido. Dice recordar dónde vive su familia en la comunidad de Xochitlán de las Flores, perteneciente al municipio de Tula de Allende, pero que para no causarle molestia es que decidió vivir en la calle, donde es más feliz.
“Esa jardinera” y señala a una de las jardineras del Teatro al Aire Libre “es mi casa. Ahí duermo, como y vivo feliz. Bueno, en ocasiones algunos trabajadores del gobierno me corren. Debe ser porque ando todo sucio, dicen que doy mal aspecto, pero no tengo donde bañarme”.
Al darle confianza de que se puede expresar, Don Mario comenta: “Lo que sí le puedo decir es que no le hago daño a nadie. Si me agreden o maltratan, me defiendo, sólo les miento la madre, pero usted cree que a mi edad pueda golpear a alguien”.
¿Sabe usted algo de la enfermedad del Covid-19?, le pregunto.
“Le repito yo soy un hombre sano y a mi edad me tengo que morir, de esa enfermedad o de otra, nada me preocupa ni a nadie le preocupo”, señala sonriente y ahora él interroga:
-¿Usted qué opina, señito?
Don Mario escribe y escribe números y más números en unas hojas blancas sueltas, y al preguntarle qué escribe, señala que son las cantidades de dinero que un día manejó, pero que no recuerda dónde se quedó su dinero.