(EL UNIVERSAL).- Son tiempos difíciles para la migración mexicana. Las políticas de la nueva administración estadounidense, junto con fenómenos como la violencia, ensombrecen el panorama para los trabajadores migrantes que buscan oportunidades de trabajo y una mejor calidad de vida.
Son las conclusiones del reporte periódico que este jueves presentó la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas de los Derechos Humanos (ACNUDH), sobre la revisión del cumplimiento de la Convención Internacional de la protección de los derechos de los trabajadores migrantes y de sus familiares.
Situaciones como las iniciativas de la ampliación del muro fronterizo entre México y Estados Unidos, las consecuencias de la cancelación del Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, conocido como DACA por sus siglas en inglés, las deportaciones de miles de migrantes que viven en los Estados Unidos, y la demonización de los migrantes con estereotipos negativos en la sociedad, han provocado que el fenómeno de la migración se vuelva más complicada en los últimos meses.
A esto hay que sumarle los fenómenos de violencia y corrupción en México, situación que genera problemas como el secuestro y asalto de migrantes por grupos de narcotráfico, lo que provoca una falta de acceso a la justicia, verdad y reparaciones por las violaciones de sus derechos humanos.
Con aproximadamente 5.6 millones de migrantes mexicanos viviendo ilegalmente en los Estados Unidos y con los recientes cambios de las políticas migratorias de este país impulsadas por el presidente Donald Trump, el gobierno de México deberá ajustar sus políticas y programas gubernamentales sí busca hacer frente al fenómeno de la migración, el cual podría impactar de diversas maneras a la sociedad mexicana.