La regulación en el caso de la compra de armas de fuego apenas contempla permisos previos ni la necesidad de acudir a los llamados «background checks» (revisión de los historiales). Cualquier persona que busque adquirir un arma, sea cual sea, podrá hacerlo libremente acudiendo a vendedores particulares o una de las ferias de venta tan célebres en Estados Unidos, y muy particularmente en este estado.
El tiroteo en una escuela de Santa Fe, en el que fueron asesinadas al menos diez personas por un estudiante, ha vuelto a poner sobre la mesa la facilidad para adquirir armas de fuego en Estados Unidos. El estado de Texas es uno de los más permisivos de la Unión para ser propietario y portar armas de fuego. Carente casi de regulaciones, a menudo sus instituciones han suavizado o dejado sin efecto, en su caso, las leyes de control que aprobaba el Gobierno Federal. Mientras la mayoría de los estados imponen la obligación de contar con un permiso para comprar y portar armas, Texas no requiere ni permiso previo ni registro ni licencia a la hora de acceder a ellas. Sólo en el caso de las pistolas, se exige un permiso para llevarlas encima. Paradójicamente, las armas largas se mantienen sin regulación.
Por si fuera poca la permisividad de este estado con las armas, el pasado primero de septiembre el Congreso de Texas aprobó una nueva legislación en la que reforzaba los derechos de los propietarios y portadores de armas. Con una ventaja añadida para los compradores de pistolas. El precio del permiso para llevarlas se redujo de 140 a 40 dólares.
